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Caquetá, el departamento que ya no quiere deforestar
100.00 árboles nativos de la Amazonía serán plantados desde abril a octubre en el departamento.
La primera sembratón se hizo en la vereda Costa Rica del municipio de Florencia. Foto: Isabela Durán San juan.
La tercera sembratón de árboles llamada 'Conectándonos por la Amazonía' es una estrategía que busca reducir los efectos que ha causado la deforestación en Caquetá, donde solo entre 2010 y 2016 se perdieron 145.507 hectáreas de bosque natural, según información del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi.
El objetivo de la sembratón es proteger 378 hectáreas de bosque y beneficiar a 252 familias de la región, dicho ejercicio es promovido por Agrosolidaria, organización de productores y cultivadores de frutos amazónicos.
Su lanzamiento tuvo lugar en el colegio San Francisco de Asís de Florencia, donde se reunieron emprendimientos que se mantienen gracias a prácticas sostenibles para la región, personas de la Universidad de la Amazonía, Luis Antonio Cicery Ruiz, alcalde de Florencia, Ricardo Calderón, director de Agrosolidaria, Luz Marina Mantilla Cardenas, directora general de Sinchi y Alejandro Gutierrez, gerente de sustentabilidad de Natura. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, estaba invitada al evento pero se le imposibilitó viajar por temas logísticos.
Cicery Ruiz le contó a EL TIEMPO que recién llegado el presidente Gustavo Petro a su puesto, le expresó su idea de crear la 'Alta Consejería Presidencial para la Amazonía' ya que, según el alcalde existe “una desarticulación de esfuerzos entre instituciones públicas y privadas”, la misión de esa nueva entidad sería organizar las labores de las secretarías ambientales, del Sinchi y demás instituciones involucradas en el Amazonas dado que “cada una parece estar por su lado”.
El alcalde de Florencia dio a conocer que a principios de mayo, se llevará a cabo una reunión de alcaldes de municipios que integran la Amazonía. Foto:Isabela Durán San juan.
El evento estuvo dedicado a los estudiantes pues se dio un en el que les explicaron el cambio climático a través de preguntas que ellos mismos llevaron. Asimismo, otro protagonista del lanzamiento fue el copoazú, fruto endémico del Amazonas y una de las plantas dispuestas a ser sembradas.
Copoazú: el fruto de las oportunidades en Caquetá
En algunas partes de la Amazonía colombiana se da una planta cuyas bondades son casi ilimitadas, este es el Theobroma grandiflorum, alimento de los dioses con grandes flores o sencillamente, copoazú.
Como se muestra en la ficha técnica elaborada por Sinchi, en la pulpa del fruto abunda el fósforo y la pectina, mientras que el calcio y la vitamina D, está en contenido medio. Otro beneficio del también llamado cacao blanco es la capacidad de articulación que ofrece a sus productores en Caquetá.
La organización Agrosolidaria con su seccional en Florencia, ha servido de puente entre los productores, la tecnificación y la comercialización del fruto. Jenny Paola Toro Bedoya, ingeniera de alimentos y jefe de producción de la planta de procesamiento de copoazú, explica que “Agrosolidaria es una asociación de segundo nivel porque tiene 12 asociaciones vinculadas, las cuales, la mayoría son productores de copoazú, sacha inchi, arazá, entre otros plantas amazónicas”.
Esos productores son familias asociadas de Florencia y algunas de Belén de los Andaquíes, que le venden a Agrosolidaria lo que resulta de su cultivo. Dejan la baba del cacao blanco en las puertas de la planta agroindustrial Copoazú ubicada en el Km 5, Vía Morelia, desvío Charco Azul, porque “la carcasa es muy pesada para que el productor la esté cargando”, comenta la ingeniera Toro, quien además aclara que “ellos (los productores) la abren y todo lo de adentro, lo extraen y nos lo traen a nosotros”.
Así luce el fruto de copoazú arrancado de su árbol. Foto:Isabela Durán San juan.
De la baba, obtienen dos elementos: la pulpa, que la pasteurizan, empacan y queda lista para hacer productos como el néctar de copoazú. Su sabor se acerca al de “una guanábana”, “una pera un poquito ácida” y a la “mezcla de chocolate con banano, pero más banano que chocolate”, aseguran quienes prueban por primera vez ese jugo, que, frío es ideal para refrescar el calor caqueteño. Se vende como una bebida embotellada.
Por otro lado, la semilla se fermenta, seca y prensa para conseguir la manteca y la cocoa o cacao, que se ofrece como chocolate en polvo, y es una alternativa de las tradicionales mezclas en polvo para obtener bebidas achocolatadas.
Extracción de la semilla y pulpa de la fruta en la planta agroindustrial. Foto:Isabela Durán San juan.
Este proyecto inició en 2010, recuerda Jenny Toro, quien ha construído su proyecto de vida profesional en busca del crecimiento social de su región: “yo empecé en Agrosolidaria haciendo mis prácticas empresariales y me quedé, porque quería seguir contribuyendo a la conservación del departamento”.
Pero el proceso de crecimiento de la planta agroindustrial ha sido lento a causa de varios retos que la producción de alimentos basados en copoazú ha afrontado. El principal es el reconocimiento porque “son productos diferentes, no son de consumo masivo y darlos a conocer es difícil” lamenta la ingeniera y jefa de producción. “Se conoce más en otras partes que en la región, aquí (Caquetá) pocas personas saben del copoazú” agrega.
Durante la sembratón que se llevó a cabo la semana pasada, participó Melixa Ramírez, docente de la Institución Educativa Barrios Unidos del Sur de Florencia en compañía de varios estudiantes de dicho colegio. Ella, mientras acomodaba la tierra alrededor de la planta de copoazú y buscaba sostén en una de las montañas de la vereda Costa Rica de Florencia, contó que sus alumnos se hacían muchas preguntas acerca de la naturaleza que los rodea, una es “¿por qué tienen que venir personas de otras partes a nuestro territorio a hablarnos de lo que sabemos que debemos cuidar?”.
Melixa Ramírez es profesora de Tecnología e Informática, pero los temas ambientales siempre le han interesado. Foto:Isabela Durán San juan.
Con 18 años, Adrián Ferney Vaquero Quebradas es un recolector de copoazú, que se llena de convicción cuando habla de ese fruto amazónico, porque involucra por completo a su familia en la asociación que tienen vinculada a Agrosolidaria: “mi hermana le ayuda en la parte istrativa a mi papá, que es el representante legal de la asociación. Otro hermano, cuando sale del colegio, se va a la planta a ayudar y mi mamá es la jefa de procesamiento”.
Desde los 8 años, Adrián ha tenido o con la producción de copoazú. Foto:Isabela Durán San juan.
La familia de Adrian es una de las 40 familias que pertenecen a la Asociación de Copoazú en Belén de los Andaquíes. Su sueño es estudiar ingeniería en alimentos, gastronomía y turismo para seguir aportando, desde su trabajo, a La Mona, vereda donde vive. El joven sabe que no todos sus compañeros de generación comparten ese sentir, pues es un desafío despertar y mantener el interés de los jóvenes caqueteños respecto a la siembra de copoazú. “En la asociación, los papás involucran a sus hijos, les dicen que siembren debido a que esto genera bioeconomía. En 2022, fuimos a una institución de mi vereda, hablamos con los de décimo y undécimo para capacitarlos en cuanto al copoazú”.
El alimento de los dioses ha evolucionado tanto, que hoy en día, también es un cosmético. Esto sucede gracias a la labor de productores asociados a Agrosolidaria y Natura. Alejandro Gutiérrez, gerente de sustentabilidad del clúster andino de la compañía de belleza brasilera, se refiere a esa relación como “cadenas de valor” puesto que hay muchas familias que se dedican a la siembra del copoazú, a bajar el fruto del árbol y entregarlo a Agrosolidaria. Luego, Natura compra la semilla que produce la manteca.
“Uno de los pilares de la cadena es el comercio justo, esto implica sentarse directamente con los agricultores para preguntarles cuánto les vale cultivar el copoazú para definir el valor del producto, o sea, de las semillas y la manteca”, explica Gutierrez cuando se le pregunta acerca de la negociación con los productores, quienes son el eslabón inicial de la cadena.
Además de la compra de las semillas y la manteca de copoazú, Natura apoya a través de asesorías, procesos de formación y recursos para fortalecer la maquinaria de la planta de Agrosolidaria.
La mayoría de los productos que resultan de las asociaciones tienen en su reverso un párrafo que resume sus esfuerzos: “detrás de este producto hay comunidades del Caquetá, cultivando bosques que alimentan nuestro futuro y conservan los frutos de la Amazonía”.
A través del copoazú, sacha inchi, arazá y demás frutos amazónicos, muchas familias buscan una nueva oportunidad para corregir la denominación histórica que Caquetá ha tenido como el departamento con más deforestación en Colombia.