No he podido saber si es bueno o malo, pero yo me cuestiono absolutamente todo. Me paso la vida analizando emociones, sentimientos y relaciones, mías y ajenas. En el plano personal, me pregunto si he tomado las mejores decisiones, si he sido coherente o si he hablado más de lo que he actuado.
Hasta ahora he pensado que todo este remolino cerebral busca evitar que yo dé pasos en falso o que es una forma de evitarme futuros dolores de cabeza. Sin embargo, debo confesar que estoy por sacar una conclusión: es físico miedo a avanzar.
Casi que ha sido más fácil quedarme en la contemplación y en el análisis que arriesgarme a actuar y exponer mi corazón o mi zona de confort. Me la paso haciendo listas de pros y contras, visualizando los posibles escenarios, soñando con el futuro ideal y justo a la hora de tomar una decisión, me estanco en los peros.
Soy tan obstinada con el resultado final que he olvidado disfrutar el proceso. Estoy tan empeñada en no equivocarme que cometo errores al intentar esquivarlos. Quiero que todo sea tan perfecto que no me gozo las imperfecciones de la vida ni dejo espacios para simplemente ser.
¿Por qué les hago estas confesiones? Porque creo que muchos de ustedes, al igual que yo, han permitido que la historia del pasado de sus vidas paralice su presente. En vez de avanzar, están como en una bicicleta estática, pedaleando y pedaleando sin moverse un solo centímetro. Este es un proceso agotador y desgastador. Pensar y repensar sin tomar decisiones es como viajar por una autopista alemana con el freno de mano puesto. Tal vez nos movemos, pero nunca a nuestra máxima potencia.
No les estoy planteando que no debemos pensar antes de actuar. Ni que debemos reaccionar de manera impulsiva, sin reflexión. Les estoy recordando que tomar decisiones es superar el miedo a arrepentirse, ¡y ya eso es muy valioso!
Si pensamos que al no actuar nos estamos protegiendo de sufrir, estamos garantizados para fracasar. Creo que el sufrimiento viene cuando no aprendemos ni crecemos por encima de cuando no tenemos los resultados que esperamos.
Hoy les recuerdo este proverbio chino: “Aquel que lo piensa mucho antes de dar un paso se pasará toda su vida en un solo pie”.
Alexandra Pumarejo
@deTuLadoConAlex
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