Alas enormes, lencería colorida y artistas en escena como The Weeknd o Rihanna que iban marcando el ritmo en la pasarela de las esbeltas modelos, conocidas como los ángeles de Victoria’s Secret, así era uno de los desfiles que por años encantó al mundo de la moda, pero el show llegó a su fin en 2018 cuando la reconocida marca de ropa interior viró en otra dirección, empujada por la necesidad de ser más inclusiva, con la representación de cuerpos y bellezas diversas que les pedía el público.
Este cambio fue evidente en ‘The Tour 2023’, el esperado regreso de la marca con modelos de la talla de
Naomi Campbell, Adriana Lima y Gigi Hadid en un formato bastante diferente del esperado.
El resultado es un fashion film, disponible en el streaming de Prime Video, que cuenta la historia de 20 mujeres creativas de varias partes del mundo.
Una de las elegidas por la marca estadounidense fue la diseñadora paisa Melissa Valdés Duque, egresada de La Colegiatura, que conquistó con su propuesta narrativa a través de prendas hechas con diferentes técnicas y materiales.
Valdés integra el equipo de la Casa Bogotá, uno de los cuatro lugares seleccionados por el equipo de Victoria’s Secret para visibilizar a través de su enorme plataforma. Lagos, Tokio, Londres y la capital de Colombia fueron las ciudades escogidas para tal fin. En cada una, un equipo de cinco mujeres, conformado por artistas de diferentes disciplinas, cuenta su visión de la moda, la belleza, la sensibilidad y el poder femenino con su propuesta.
Por Colombia, además de Valdés Duque, están la cantante Goyo, la activista y bailarina Piscis Canizales, la directora de cine Cristina Sánchez Salamanca y la pintora Lorena Torres, ellas son las representantes, no solo del país, sino de Latinoamérica en este nuevo show.
La diseñadora es una de las que más tiempo tiene en pantalla, pues su visión de la moda y el trabajo manual detrás de las piezas resultantes son protagonistas. Las prendas que ideó y creo con su madre, Gloria Duque y un equipo en su mayoría compuesto por mujeres, fueron utilizadas por Adriana Lima y Gigi Hadid, con quienes pudo hablar de su propuesta. Su parte del documental es emotiva y en ella se presenta en algunos minutos su historia.
La paisa de 24 años es recién egresada, pero su carrera va viento en popa. Además de esta colaboración con la marca de lencería, se ganó un concurso llamado Arts of Fashion que le permitió hacer su pasantía en la casa de bordados de Chanel. También participó varias veces en Colombiamoda, en la pasarela de Jóvenes Creadores, uno de los espacios donde se perfilan los estudiantes más innovadores, allí enseñan sus propuestas en el principal espacio de la moda en el país.
Lo conceptual más allá de lo bello
Desde sus inicios en la moda, la apuesta de Melissa ha sido expresar conceptos. Sin una relación estrecha con este mundo de los diseñadores o la ropa, la creación por medio de las manualidades la apasionaba, lo que la llevó por un camino en el que podía plasmar ideas y convertirlas en piezas.
“Para mí vas a más allá de lo estético, de lo lindo, te debe hacer sentir algo o conmoverte. Entonces siempre en mis trabajos he querido contar historias personales o de personas cercanas. Antes trabajé mucho sobre el conflicto armado, por una historia familiar donde mi familia fue desplazada y lamentablemente perdimos familiares cuando vivíamos en Granada, Antioquia. A partir de ahí empecé a crear, con fotografías, con materiales, yo quería explorar esos monstruos y miedos desde la conceptualización”, asegura.
En el caso de la cápsula que desarrolló para Victoria’s Secret la idea central fueron las cicatrices. De ahí que eligiera el croché como una de las técnicas para representar esos mapas que dejan las marcas en el cuerpo y que suelen ser rojas o más oscuras que la carne, los colores más presentes en estas piezas.
Su inspiración llegó de varios lugares, comenta la creativa, uno de ellos fue una chica que vio en la calle y que lucía una cicatriz muy grande, en lugar de cubrirla. Esa misma noche, mientras se miraba al espejo notó que sus estrías se veían más rojas, lo que la hizo pensar. Sumado a ello, a su madre, uno de sus principales apoyos, le habían encontrado 18 tumores en el cuello y tuvieron que intervenirla para retirarlos, dejándole una gran cicatriz.
“Esa cicatriz me marcó demasiado, me hizo pensar cómo te puede o devolver la vida o quitártela. Y hay un montón de historias, muchas veces tenemos muchas cicatrices que no se ven, pero que llevamos en nuestro interior. Entonces, conceptualmente me encantó la idea de contar cómo esa piel y todas esas fibras se rompen y te hacen nuevas formas en el cuerpo, como un mapa. Empecé a tomar fotografías de cuerpos y de gente con cicatrices, a jugar con eso y ver qué materiales o qué cosas podían reflejar lo que quería expresar”, cuenta.
Cadenas, piedras, algodón, canutillos, tubos y guayas fueron algunos de los materiales que eligió con su equipo para llevar a cabo su idea, lo que sorprendió a muchos, pues no suelen ser la primera elección para hacer croché.
El síndrome de la impostora
A diferencia de las otras diseñadoras que aparecen en ‘The Tour 2023’ Melissa no tiene un taller, ni un equipo de trabajo consolidado. Su marca estaba enfocada en rios y no sentía que contara con el músculo para lograr un encargo de la magnitud que implica hacer prendas para Victoria’s Secret.
También dudó de su talento y de los motivos por los cuales fue seleccionada entre tantas otras talentosas diseñadoras. Esto lo expresa en el documental y habla sobre el síndrome de la impostora, un trastorno que se refiere a la dificultad que tienen las personas para asimilar y sentirse merecedoras de sus logros.
En su caso, Valdés quedó muy sorprendida de que la aran por Instagram e incluso desconfió del mensaje, pensando que era una broma. "Para mí era superloco, sentía que me estaba poniendo la ropa de mi mamá, como zapatos grandes que no me quedaban, pero realmente ellos vieron algo en mí".
Con el pasar de los meses y con el trabajo avanzando, su pensamiento se transformó y se enfocó en demostrar que tenía la capacidad y que su trabajo iba a lograr transmitir lo que ella buscaba, sin importar que fuera la diseñadora más joven entre las seleccionadas.
Otra motivación fue la recuperación de su mamá, quien fue crucial en todo el proceso, pues desde sus primeros años universitarios ha sido su mejor compañera porque cuando otros le decían que eso que soñaba no se podía hacer, con ella lo hacían posible. La emoción de que lo que estaban creando con sus manos lo lucieran famosas modelos como Adriana Lima la motivó y dice Melissa que la ayudó mucho en la recuperación de la cirugía.
Los 14 vestidos que realizaron para Victoria’s Secret fueron hechos 100 % a mano, lo que implica mucho tiempo y detalle. Cerca de 20 personas trabajaron en ello, especialmente en los bordados, que son la parte más compleja. Por eso, la marca le dio la opción a la joven paisa de desarrollar un textil que se acomodara a su visión y le ayudara a recortar tiempos para poder entregar a tiempo.
Fue así como viajaron a Suiza a una de las mejores fábricas de telas que trabaja con Prada, Chanel, entre otros nombres de lujo. Con ese desarrollo tecnológico se ahorraban horas de trabajo manual, pero al ingresar la tela al país las autoridades aduaneras se las decomisaron por temas de impuestos. Superados los contratiempos, lograron entregar lo solicitado y viajaron a España a grabar el resultado que quedó en el fashion film.
Melissa explica que aunque sus piezas han recibido numerosos elogios, no están a la venta, pues quedan en el archivo de la marca como sucedió con las alas de los desfiles, pero ella puede usar lo que desarrolló para futuras colecciones.
La respuesta del público
Uno de los argumentos detrás del cambio de Victoria’s Secret es que la marca se estaba quedando atrás con respecto a la competencia por aferrarse a los estándares de belleza de la primera década de los 2000.
Por eso, en ‘The Tour’ hay representación diversa. Cuerpos más grandes, diferentes visiones de la feminidad y formas disruptivas, particularmente en el trabajo de las diseñadoras de Londres y Tokio.
Y esto no ha dejado indiferente a esa parte del público que todavía se aferra al estándar del cuerpo y la estética del 90-60-90. En redes sociales los comentarios de odio y ataque hacia las creadoras y modelos no se han hecho esperar.
“Para mí ha sido muy chocante ver como todas las personas que decían que querían el cambio, que estaban cansados de solo ver modelos delgadas y después de que sale el documental recibimos un montón de comentarios de odio hacia nosotras súper fuerte diciendo que quieren de vuelta a sus ángeles. Yo trato de no leer los comentarios porque sé que son cosas muy polémicas para algunos”, asegura Valdés Duque.
Pero también ha recibido muchos comentarios positivos de gente de Colombia, de Brasil, de Estados Unidos y de varias partes de Latinoamérica.
“Siento que estar ahí es muy aspiracional para las personas que estudian moda. Muchas chicas de mi universidad donde doy clase me han escrito, me han mandado sus trabajos, hasta audios o videos reaccionando al documental. Me conmueve mucho ver que a la gente sí le gustó y que la gente sí se conecta con las historias. Me pone triste que no valoren todos los trabajos de todos, porque para mí todas las que están ahí por algo y son increíbles, no solo como personas, sino como artistas”, narra la joven.
Después de este comienzo con el pie derecho, Melissa quiere consolidar su marca de rios encontrando el equilibrio que requiere para crear piezas hechas en Colombia, con mucho trabajo manual pero a precios de venta asequibles.
LAURA ALEJANDRA ALBARRACÍN RESTREPO
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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