Ante la grave situación que se vive en el departamento de Arauca, 15 líderes sociales de la región viajaron la semana pasada a Bogotá para reunirse con el padre Darío Echeverri, secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal de Colombia.
El encuentro ocurrió en la iglesia del Voto Nacional el 22 de enero, y en ella expusieron sus principales preocupaciones ante el recrudecimiento del conflicto; resaltaron su temor de que la violencia se intensifique y denunciaron lo que consideran una militarización desproporcionada de la zona.
La preocupación ya había sido puesta sobre la mesa por de la Iglesia en Arauca, entre ellos monseñor Jaime Cristóbal Abril y otros sacerdotes, quienes ya se han reunido con monseñor Luis José Rueda Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal, y con el Nuncio Apostólico en Colombia, por este mismo motivo.
De acuerdo con el padre Darío Echeverri, los lideres que asistieron al encuentro -al que él fue delegado como representante por la Iglesia- no esconden sus posiciones a favor de uno u otro grupo armado, pero por encima de esas razones ideológicas coinciden en el profundo temor que existe hoy en la región por que el conflicto que se está viviendo se profundice y se extienda.
"Todos quisieran que los actores armados de los grupos en confrontación se sentaran a una mesa e, igual que como ha sucedido en otras ocasiones, puedan llagar a pactar sus diferencias y a solucionar sus problemas. Eso es lo primero, la constante de todos los presentes", explica el religioso.
La población también hizo ante la Iglesia una denuncia por la militarización que se vive en ese departamento, que consideran desproporcionado para el tamaño de la población. "Ellos reclaman del Estado una deuda social histórica con este departamento del cual se han extraído riquezas muy grandes, y quizá el compromiso no ha sido proporcional", comenta el padre Echeverri.
A esto se le suma una profunda preocupación por que el conflicto regional se extienda a nivel nacional o que escale a un conflicto binacional con Venezuela.
"Estos participantes agradecen la actitud de escucha de la Iglesia, pero también quisieran que sea una mediadora ante el Gobierno Nacional para reclamar que cumpla con sus obligaciones constitucionales", señala Echeverri, y añade que los líderes también les solicitaron continuar acompañando a una población cuyos temores son muy grandes y no ven con suficiente claridad las razones del conflicto.
“Tienen temor de que el departamento de Arauca se esté convirtiendo en un laboratorio para el conflicto armado; de que haya intereses de Colombia y del extranjero por hacer de este un lugar donde se privilegie la confrontación Colombia - Venezuela con otros intereses extraños y mezquinos”, dice el sacerdote.
REDACCIÓN VIDA
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