Resolver las desigualdades sociales y los problemas de violencia, acentuados en tiempos de pandemia, así como aprender a convivir en paz en medio de las diferencias políticas fueron los principales llamados de los dirigentes de la Iglesia católica en Colombia durante el tradicional sermón de las Siete Palabras del 2021.
La actual emergencia sanitaria originada por la covid-19 fue tal vez el punto más mencionado por los líderes religiosos en la jornada del Viernes Santo. “Este año 2021 nos sigue ofreciendo un panorama signado por la enfermedad y el dolor, pues la pandemia y las consecuencias de la misma continúan poniendo en evidencia nuestra fragilidad personal y comunitaria, así como otras muchas problemáticas que vivimos”, dijo monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo de Santa Rosa de Osos.
“Hoy, frente a la realidad vivida, después de muchas pérdidas humanas, de crisis financiera y muchas otras realidades que nos ha tocado asumir, debemos decir que hemos aprendido demasiado”, mencionó, por su parte, monseñor Omar de Jesús Mejía, arzobispo de Florencia, quien señaló que ante la crisis, los colombianos deben aprender sobre humildad, el valor de la interdependencia y el valor del cuidado.
El religioso también aprovechó para destacar el papel de las mujeres en medio de la emergencia, señalando que han sido muy importantes en diferentes esferas, pero que hasta el momento no se les ha dado su debido reconocimiento: “Homenaje de gratitud a las mujeres cuidadoras de tantos enfermos a causa del covid-19, las mujeres dedicadas al campo de la salud. Gratitud a las madres gestantes, a las mujeres empresarias, a las servidoras públicas, a las cuidadoras de ancianos”.
Hoy, frente a la realidad vivida, después de muchas pérdidas humanas, de crisis financiera y muchas otras realidades que nos ha tocado asumir, debemos decir que hemos aprendido demasiado
Por otro lado, los religiosos también se refirieron a los problemas de violencia que vive el país, haciendo énfasis en la necesidad de reconciliación, en especial tras años de enfrentamientos y afectaciones a la población civil.
Así lo expresó monseñor Óscar Urbina, arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal: “Necesitamos perdonar y ser perdonados en la vida social y política, en la pareja, en el trabajo, en las calles. En medio de una cultura que no conoce el perdón es importante practicar la misericordia. Esto es lo que nos devuelve la paz que tanto necesitamos los colombianos”.
Y agregó: “El perdón nos debe impulsar a construir la paz, que es sin duda un proceso largo, porque debe nacer de las víctimas, así como del compromiso permanente para recuperar su dignidad, reconocer su sufrimiento y reparar los daños ocasionados”.
Necesitamos perdonar y ser perdonados en la vida social y política, en la pareja, en el trabajo, en las calles. En medio de una cultura que no conoce el perdón es importante practicar la misericordia
Respecto al recrudecimiento de la violencia, monseñor Juan Carlos Cárdenas, obispo de Pasto y uno de los religiosos que más ha tratado de cerca los problemas de inseguridad en el sur de Colombia, aseguró que la pandemia ha recrudecido los problemas sociales de estas regiones:
“En muchas de nuestras regiones, particularmente las de periferia, en medio de las restricciones y privaciones que ha traído la pandemia, se siente con mayor crudeza el avance de los males crónicos que aquejan nuestra patria. Particularmente las violencias que siguen segando las vidas de mujeres, jóvenes, niños, campesinos, indígenas, afrodescendientes”, mencionó.
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Ante esto, monseñor Pablo Emiro Salas, arzobispo de Barranquilla, solicitó a todos los sectores de la sociedad tomar acciones para ayudar a las víctimas: “Aún hay muchos hermanos nuestros con heridas personales y sociales sin sanar, muchas situaciones injustas por resolver, que reclaman de todos nosotros actitudes generosas y humildes, que nos permitan recibir y ofrecer el perdón que desde la cruz nos ha reconciliado”.
La política también estuvo presente en el mensaje de la Iglesia, esto de cara a un final de 2021 y un 2022 que estará marcado por la campaña electoral para presidente y Congreso de la República.
Así, la polarización fue uno de los puntos destacados por monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura, quien pidió respeto y armonía pese a las posturas contrarias: “Colombia se debate en extremos que parecen irreconciliables. La violencia y las desigualdades nos muestran una realidad difícil de comprender. No podemos pensar que la culpa siempre es de los demás, ni tampoco podemos creer que el problema lo tienen los demás”.
Asimismo, monseñor Darío Monsalve, arzobispo de Cali, hizo un llamado a tomar conciencia por las afectaciones a futuro de toda decisión política, así como en lo concerniente con el medioambiente y la convivencia en sociedad: “Quizás estamos viviendo tiempos de queja y de reclamo interior a una decadencia de la cultura humana. Ahora ya no seremos ancestros de las generaciones del mañana, sino responsables de si habrá aún un mañana para la humanidad”.
Otro tema que se escuchó desde los púlpitos fue el de la necesidad de frenar un poco la vida acelerada del mundo actual, así como la importancia de evitar salidas fáciles a los problemas económicos.
“¡Cuántos falsos paraísos nos ofrece hoy la sociedad de consumo y al final solo queda el vacío y el sinsentido! Muchos buscan afanosamente la felicidad en las pasiones desenfrenadas, drogas, juegos de azar, el narcotráfico, y cuando tocan fondo se dan cuenta de que ahí no estaba la auténtica dicha”, dijo monseñor Gabriel Ángel Villa, arzobispo de Tunja.
REDACCIÓN VIDA DE HOY