La recuperación del turismo para fin de año sería superior al 80 %

A fines de julio de este año, Ricardo Galindo Bueno asumió las riendas del Viceministerio de Turismo en un momento crítico para la reactivación del sector.

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Casi cuatro meses después no solo da cuenta de una rápida recuperación, sino que el ritmo le permite hacer proyecciones muy positivas: “Al finalizar el 2023 esperamos niveles iguales o superiores a los del 2019”, dice.

Según la Cuenta Satélite de Turismo del Dane, en el 2020 el sector generó un valor agregado de 8,97 billones de pesos y tuvo una participación del 1 por ciento en el PIB Nacional. Para el 2019, generaba un valor agregado por encima de los 25 billones de pesos y tenía una cifra superior al 2,5 por ciento de participación en el PIB nacional.

Hay una recuperación importante; por ejemplo, los datos del valor agregado del PIB de alojamiento y servicios de comida en los dos primeros trimestres de este año muestran una recuperación del 85,6 por ciento del valor frente al mismo periodo del 2019.

Y si comparamos las cifras de este año con las del 2020, la recuperación del sector es del 139 por ciento.

Además, hemos recuperado puestos de trabajo. Según la Gran Encuesta Integrada de Hogares, de junio a agosto del 2021 tuvimos una recuperación del 94 % de los empleos generados en alojamiento y servicios de comida, frente al mismo periodo del 2019, y del 131 por ciento con respecto al mismo periodo del 2020.

El año pasado el PIB de alojamiento y servicios de comida representó el 63 por ciento de esta medición para el 2019; sumó pérdidas por 12,42 billones de pesos. Según la Cuenta Satélite de Turismo, el valor agregado en el 2020 representó el 34 por ciento del valor agregado del 2019, es decir que se presentaron pérdidas del orden de los $ 17,61 billones.

Respecto al promedio de ocupación nacional mensual en el 2021, hasta agosto la recuperación alcanzó el 68,5 % de la registrada de enero a agosto del 2019. El PIB de alojamiento y servicios de comida acumulado hasta el segundo trimestre del 2021 representó el 85,6 por ciento respecto a la misma medición y periodo del 2019.

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Además, de acuerdo con la Aerocivil la llegada de pasajeros aéreos internacionales de enero a agosto del 2021 representó el 41,5 % de la cifra acumulada en el mismo periodo del 2019. En el acumulado del 2021 a agosto, los viajeros extranjeros no residentes tuvieron una representación del 31,4 % frente al mismo periodo del 2019.

Hasta agosto del 2021, la salida de colombianos representó el 56,6 % con respecto a los valores del 2019. Las visitas a los parques nacionales en 2021, hasta agosto, representaron el 45,4 % de las visitas registradas en el mismo periodo del 2019.

El año pasado registramos una caída del 12,91 por ciento con respecto al 2019 en el número de prestadores de servicios formales inscritos en el Registro Nacional de Turismo. Este año se ha observado un aumento de prestadores del 14,95 % con respecto al 2020. En otras palabras: ya estamos por encima de los niveles anteriores a la pandemia.

Según estimaciones de la Dirección de Análisis Sectorial y Promoción, a fines de este año el PIB de alojamiento y servicios de comida cerraría entre un 84 % y un 88 % de los valores de referencia del 2019. En cuanto a la balanza de pagos de los servicios de transporte de pasajeros y viajes, podríamos cerrar con una representación de entre el 34 % y el 38 por ciento del valor del 2019.

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En cuanto a visitantes no residentes esperamos cerrar con una representación de entre el 36 % y el 40 % del 2019. Y en cuanto a llegadas de pasajeros en cruceros, podríamos terminar con entre el 34 % y el 38 % de los valores del año 2019.

En un escenario conservador se espera que a fines del 2022 tengamos una recuperación cercana al 90 % de los niveles del 2019 en cuanto al PIB de alojamiento y servicios de comida; al finalizar el 2023 esperamos niveles iguales o superiores a los del 2019. En el caso de los visitantes no residentes, podríamos superar, para fines del 2023, los valores que alcanzamos en el 2019.

Es importante señalar, entre esas acciones que implementó el Gobierno, la Ley 2068 de 2020, cuyo objetivo central es impulsar la reactivación del sector turismo. Entre los principales beneficios que trajo esa norma, y que vale la pena reconocer y mencionar,  están la reducción del IVA en los tiquetes aéreos, servicios conexos y tarifa istrativa, que pasó del 19 % al 5 %, hasta el 31 de diciembre del 2022.

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También la suspensión transitoria del pago de la sobretasa a la energía para los prestadores de servicios turísticos de los subsectores hotelero, alojamiento, eventos y parques, hasta el 31 de diciembre de 2021, con prórroga al 31 de diciembre de 2022; la exención del IVA para servicios de hotelería y turismo hasta el 31 de diciembre del 2021, con prórroga al 31 de diciembre de 2022; la reducción transitoria del impuesto al consumo al 0 % para bares y restaurantes hasta el 31 de diciembre de este año; la exclusión del IVA para franquicias y para la comercialización de artesanías, también hasta fines del mes próximo; la habilitación de estímulos tributarios territoriales: los concejos podrán otorgar reducciones de impuestos territoriales a los prestadores de servicios turísticos durante el 2021 y 2022; la ampliación de la tarifa especial del 9 % del impuesto sobre la renta para la construcción o remodelación de hoteles, parques temáticos, de ecoturismo, agroturismo y muelles náuticos, y el beneficio tributario para inversiones realizadas en control, conservación y mejoramiento del medio ambiente (descuento de la renta el 25% del valor de la inversión).

Además, los prestadores de servicios turísticos que se encuentren en estado suspendido en el Registro Nacional de Turismo por no haber efectuado el proceso de renovación dentro de las fechas establecidas para el periodo 2020, pudieron reactivar su RNT sin el pago de un salario mínimo.

Sin duda, el cambio cultural está girando hacia el turismo sostenible, destinos y viajeros que respetan la naturaleza y el entorno y en ello estamos trabajando. Pero, además, los destinos de naturaleza, amparados bajo la sombrilla de la sostenibilidad, se volvieron más atractivos para las personas.

Sin desconocer que los destinos de sol y playa siguen encabezando los listados, la naturaleza y el ecoturismo han tomado una gran relevancia porque la pandemia obligó a las personas a pensar en lugares al aire libre, que tengan medidas de bioseguridad y en los que el entorno familiar no tenga un gran riesgo. Esa es una de las opciones más importantes a la hora de buscar un destino de descanso.

En Colombia las istraciones locales están haciendo un esfuerzo por resaltar aún más sus atractivos, pero también contar que se cumple con la bioseguridad necesaria, y esa es una tendencia mundial. Recientemente se desarrollaron en el país importantes congresos internacionales relacionados con conectividad aérea o turismo de reuniones y sobre los temas tradicionales, y se avanzó en la implementación de medidas que sean universales.

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Hay una propuesta a la que nos unimos y es la de tener medidas similares en los países de Suramérica, con el objetivo de que quienes lleguen a visitar el continente encuentren una reglamentación unificada y eso permita que visiten varios países y no solo uno. Sin duda puedo insistir que bioseguridad y sostenibilidad son las nuevas claves en el turismo internacional.

No lo creo. Por lo menos, en el corto plazo, las enseñanzas son muy grandes y los avances tecnológicos para la bioseguridad van a perdurar, y afortunadamente ya sabemos que no es necesario detener la conectividad aérea. La clave sin duda es la aplicación de las normas de bioseguridad entre las personas. Creo que en nuestras manos está la solución.

REDACCIÓN VIAJAR

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