Guaduas: guía para conocer este destino que lo ofrece todo

Decir que Guaduas es una pequeña Colombia no es una exageración. Y entiende uno por qué cuando repasa con cuidado, desde una mesita de la Bizcochería El Néctar, ubicada desde 1910 en la misma esquina de la plaza de la Constitución, los detalles que al sumarse la convierten en un destino que lo ofrece todo.

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Elegir Guaduas es elegir descanso, claro, pero también historia, patrimonio, cultura y una riqueza natural que le otorga su ubicación de privilegio al occidente de Cundinamarca, en un valle de la cordillera Occidental.

De acuerdo con los historiadores, la Villa de Guaduas fue fundada el 20 de abril de 1572 por Andrés Díaz Venero de Leyva, entonces presidente de la Real Audiencia de Santafé, sobre el antiguo Camino Real que desde Honda –uno de los puertos más importantes del río Magdalena– conducía a Santafé. En sus inicios fue un sitio de descanso para los viajeros que hacían este recorrido; no obstante, fue abandonado durante años.

Pero el 13 de diciembre de 1610, fray Tomás de Morales fundó, en ese lugar, el convento franciscano de La Soledad, lo que dio pie a la reactivación del poblado. El 27 de diciembre de 1644 le fue devuelto su carácter de villa.

Por el Camino Real que la atraviesa los antiguos guadueros vieron pasar desde virreyes y gestores de la independencia –con Policarpa Salavarrieta y José Antonio Galán a la cabeza– hasta los de la Expedición Botánica que, dirigidos por José Celestino Mutis, tuvieron en Guaduas uno de sus principales centros de investigación. De hecho, uno de los personajes más recordados de esta población es el pintor y botánico Javier Matiz, que plasmó en láminas, con total maestría, las imágenes de la amplia variedad de flora del país.

Su centro histórico, declarado en 1959 monumento nacional (hoy Bien de Interés Cultural), y sus alrededores cuentan toda esta historia a través de sus monumentos, casonas y vestigios, entre los que se destaca un largo tramo empedrado del Camino Real, que aún se conserva.

Conscientes del valor patrimonial que tienen en sus manos, y de su potencial turístico, habitantes, comerciantes y hoteleros se han dado a la tarea de rehabilitarlo poco a poco, y de proyectar a Guaduas como un destino ideal, en todos los sentidos.

Si ya se siente tentado a conocer este municipio, que hace parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia, esta es una guía de lo que debe conocer y hacer para sacarle el máximo provecho a su visita.

Plaza de la Constitución: en este lugar, que es el eje de la vida social y cultural de Guaduas, se encuentra una pileta construida en el mismo lugar que ocupó la fuente que abasteció de agua antiguamente a la población, y cerca de ella la escultura elaborada por Silvano Cuéllar de la heroína Policarpa Salavarrieta ‘La Pola’, nacida en Guaduas.

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Restaurante Casa Real. La casona que ahora alberga a este reconocido restaurante fue construida entre los siglos XVII y XVIII. Anselmo Quintero, su propietario, nació frente a esta construcción, que siempre despertó en él curiosidad. Se sabe que pudo pertenecerle a un comerciante y que probablemente en este lugar reposaba carga que venía del Camino Real. También que aquí funcionó una de las primeras fábricas de gaseosas del país: La Especial.

Tras varios intentos, Quintero y su esposa, la maestra Luz Marina Garzón, lograron comprarla en el 2007, con el propósito de devolverle la vida. Con mucho esfuerzo han ido restaurándola sin alterar su esencia, echando mano de materiales iguales o similares a los originales. Sus visitantes pueden comer en el encantador patio empedrado y luego recorrer esta casa, que sus dueños han convertido en un pequeño museo dotado con objetos que, en su mayoría, hacen parte de la historia del lugar, como un filtro de agua y las máquinas gasificadora y selladora de La Especial. También hay un cuarto amoblado al estilo antiguo.

Restaurante El Museo. En 1952, el historiador y periodista Alberto Hincapié Espinosa fundó, en la que fue la casa del virrey Ezpeleta (conocido como el virrey Guaduero), un museo. Tras el fallecimiento de Hincapié, al lugar, que atesoraba memorias de Guaduas, se le dieron usos distintos. Hoy funciona allí un restaurante que en sus rincones exhibe aún objetos y elementos de la época colonial.

El Patio del Moro. Esta casona del siglo XVIII conserva su estructura original, tanto en los pisos como en el enmaderado y los techos. Destaca el patio con el empedrado de la época.

Hoy funciona como restaurante. Mariela Bohórquez, su propietaria, recibe a los visitantes sedientos con jugos de fruta bien fríos y les habla sobre la importancia patrimonial de este lugar: “En esta casa, que se construyó como posada del Camino Real en 1770, está la representación de la arquitectura colonial, con un patio central, canalización de aguas lluvias, letrinas, baño de inmersión y conserva la cocina tradicional y habitaciones con objetos e imágenes antiguas y religiosas”, dice. En este lugar se llevan a cabo talleres de arte, de distinto orden.

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Catedral de San Miguel Arcángel. Su construcción fue iniciada por el presbítero Justiniano Gutiérrez en 1809, a partir del diseño y los planos de fray Domingo de Petrés. Su fachada, de estilo neoclásico y un blanco impecable, la han convertido en una de las imágenes más reconocibles de Guaduas. Fernando Arturo Rojas, guía especializado, cuenta que “la segunda torre fue construida entre 1959 y 1962 por el párroco de la época”.

Casa de Policarpa Salavarrieta. Se trata de una construcción sencilla, de dos habitaciones, una cocina y patio, dotada con objetos que evocan la época de ‘La Pola’; está dedicada a preservar la memoria de la heroína. En este lugar, el guía Jesús Ulloa, ataviado con un traje típico de esos años, cuenta detalladamente la historia de esta mujer que dio su vida por la causa de la independencia nacional.

Convento de la Soledad. El 13 de diciembre de 1610 empezó a construirse la recoleta de los Ángeles de los Franciscanos o convento de la Soledad; su edificación tardó 16 años. En torno a él se desarrolló paulatinamente Guaduas. En años recientes funcionó la alcaldía, que debió trasladarse a otro lugar dado el alto nivel de deterioro de este patrimonio.

Las gallinas más famosas de Colombia. Si pasa por Guaduas es indispensable la visita al taller de Julia Castillo. Esta artesana ganó reconocimiento nacional e internacional gracias a la elaboración, en arcilla, de piezas de colección artesanales, para la cocina y el hogar, con base en la figura de la gallina kika.

Su hijo Arturo, hoy al frente de este lugar abierto a los visitantes que quieran conocer el proceso de elaboración de estos bellos y curiosos productos, cuenta que hoy exportan, entre otros países, a Estados Unidos, México, Italia y Canadá.

Casa Consistorial. Su construcción comenzó en 1644 y fue sede de la autoridad española. Allí llegó en una jaula la cabeza del mártir de la Independencia José Antonio Galán.

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Un dulce final. El recorrido por el centro histórico puede finalizarse con una rápida visita a la Casa de la Cultura, que alberga al Museo Arqueológico, y cerrarse en la Bizcochería El Néctar. Este es uno de los locales más emblemáticos del municipio.

Sus bizcochos, postres, colaciones y bebidas se preparan siguiendo las recetas de los fundadores de este local, que es un patrimonio familiar. Gloria Bohórquez, una de sus propietarias, resalta el hecho de que El Néctar ha endulzado la vida de muchas generaciones de guadueros. “Sin importar en qué lugar del mundo vivan –dice–, siempre vuelven a esta bizcochería”.

La agencia de turismo Panche ofrece recorridos y experiencias para disfrutar Guaduas y su entorno, con base en cuatro pilares: naturaleza, aventura, cultura e historia. A partir de ellos tiene disponibles diez planes en total. Con sus guías podrá conocer, entre otros atractivos, los siguientes:

Miradores Piedra Capira y Montaña Maguane: tienen vistas extraordinarias sobre el valle del Magdalena. En días despejados pueden verse los nevados del Ruiz, del Tolima y Santa Isabel.

Salto Versalles: se trata de una bella caída de agua de cerca de 40 metros de altura.

Camino Real: caminata por esta vía colonial, para disfrutar relatos y observar fauna y flora locales.

Parapente sobre el balcón del Magdalena: brinda la oportunidad de volar sobre el valle del Magdalena. La empresa Bamah ofrece estas experiencias, para los más aventureros. Si le llama la atención, puede obtener más información en el 312 3430949.

Senderismo: el hermoso entorno natural de Guaduas es propicio para pasear y caminar. Es muy recomendable el recorrido que incluye la Posada Corinto, una casa de estilo colonial construida junto al Camino Real (los turistas pueden alojarse y tener una experiencia de tranquilidad y descanso absolutos), y Loma Ventura, pasando por la laguna Milagros. Cuando esté en la orilla, tome dos piedras del suelo, pida con fe un deseo y arrójela al agua. Y conserve la otra como un amuleto personal.

Guaduas tiene una oferta amplia de alojamientos, para todos los gustos. Vale la pena destacar, sin embargo, los hoteles boutique, construidos en casonas restauradas en el centro histórico de la población.

Uno de ellos es el Lombok Hotel & Spa (antes hotel Casablanca); tiene jardines preciosos, piscina, terraza, restaurante, recepción las 24 horas del día, parqueadero privado y wifi.

Sus habitaciones, todas amplias y bien decoradas, incluyen servicio de televisión por cable, aire acondicionado, terraza o balcones, desde los que se puede pasar un rato relajado, junto a las piletas. Cuenta con zonas comunes, elegantes y tranquilas. 

A él se suma Casa Ensueño, que ofrece alojamiento solo para adultos con piscina, spa, salón compartido, jardín y terraza con una linda vista sobre Guaduas; precisamente en ella se organizan celebraciones que van desde cumpleaños y cenas románticas, hasta matrimonios. Todas las habitaciones tienen baño privado y servicio de televisión por cable.

Casa Ensueño es un alojamiento tan acogedor, que no pocos huéspedes lo han elegido para trabajar de manera remota, de modo que se ofrece un servicio de wifi robusto para evitar problemas de conectividad.

Guillermo Caicedo, su , destaca el hecho de que sus clientes les den altas calificaciones en plataformas como Booking, "de hecho, muchos de nuestros huéspedes llegan referidos por quienes ya han tenido la experiencia de alojarse con nosotros".

Y para quienes quieren descanso y o con la naturaleza están las cabañas ecológicas de la Estancia Rural Santa Lucía, a siete minutos de Guaduas.

Sus propietarios llevan siete años trabajando en la construcción y adecuación de este lugar, en un terreno que poco a poco han ido reforestando; de hecho, en este momento crecen entre 800 y 1.000 árboles nativos, incluidas palmas de cera.

Cuenta con un restaurante que sirve desayunos y ofrece servicio de wifi en esta área. Cada cabaña, cuyas capacidades oscilan entre 2 y 7 personas, tiene su propio de energía solar y el televisor brilla por su ausencia. Todo el complejo funciona con procesos limpios y fue construido pensando en garantizar a los huéspedes un entorno sereno, tranquilo y en conexión con la naturaleza.

SONIA PERILLA SANTAMARÍA

REDACCIÓN VIAJAR

En Twitter: @ViajarET