Seguro pasas gran parte de tu tiempo, o todo el que puedes, al lado de tu pequeño tesoro, pero ahora te cansa un poco su comportamiento, porque cada que juegas con él y captas su atención con algún juguete o elemento, él te lo recibe y lo bota e incluso, lo que dejas a su alrededor lo arroja fuera de su cuna, por ejemplo.
Aunque te parezca un acto necio y, en parte, malcriado de tu niño, debes saber que es completamente normal y hace parte del desarrollo psicomotor del bebé. Es así como empieza a descubrir el mundo gracias al progreso de sus sentidos y a un deseo innato por ser cada día más autónomo.
Lo que ocurre es que una vez los niños logran sostenerse sentados, el siguiente paso será tratar de agarrar los objetos con mayor precisión entre sus dedos. “El pequeño empezará a separar, con mayor fuerza, los brazos de su cuerpo y a mejorar el control al agarrar. En ese momento quieren experimentar cómo caen los objetos que ellos mismos lanzan; así es que esta actividad se volverá parte del juego de exploración, pues querrá repetir la actividad una y otra vez”, afirma la pediatra Claudia Lis Villanueva.
Al afianzar esta habilidad (la coordinación mano-ojo), se genera la destreza que les permite lanzar al piso todos los objetos que están al alcance de sus manos. De esta manera, mejoran su fuerza y motricidad fina, lo que les permitirá coger con precisión objetos con una sola mano.
Luego, su lógica captará que todo lo que es lanzado caerá al piso por efecto de la gravedad. Y aunque su cerebro no entienda este concepto, sí entiende el efecto. Así es que juguetes, comida, teteros y todo lo que cojan va a ser lanzado al piso sin que puedas evitarlo.
Y aquí es donde debes llenarte de paciencia y entrar a gozarte la actividad con tu hijo, pues esta forma de juego es un indicador de que el bebé tiene un desarrollo psicomotor adecuado. “En este momento no se debe hablar de orden, ni de atención, pues es un ejercicio lúdico que lo entretendrá”, aclara la especialista.
Entonces, mas que evitar que el niño tire todo al suelo, lo que debes hacer es poner a su disposición los juguetes adecuados, que no se rompan y que no representen ningún peligro para él, ni nadie en el hogar.
Como lo explican los expertos, esta actitud de los niños pequeños va hasta el año de edad, momento en que ya ha explorado lo suficiente y le atraen otras cosas de su mundo. Ahora puedes explicarle, mirándolo a los ojos, con seriedad y con un lenguaje corporal que, por ejemplo, no se juega con la comida y que nunca se arroja al piso. Además, que existen algunos objetos que sí se pueden lanzar al piso y otros que no.