La capital del país, que cuenta con más de ocho millones de habitantes, se extiende sobre un territorio diverso que abarca desde zonas urbanas densamente pobladas hasta paisajes rurales y naturales de gran importancia ecológica. Dentro de sus 20 localidades, Sumapaz se destaca por sus características geográficas y su papel en la preservación ambiental.
Esta localidad, que se ubica en el extremo sur de la capital, Sumapaz es la más extensa de Bogotá, con aproximadamente 78.000 hectáreas. Sin embargo, a pesar de su tamaño, alberga una población reducida de cerca de 2.700 personas.
Además, su altitud, que supera los 3.500 metros sobre el nivel del mar (msnm), la convierte en la zona habitada más alta de la ciudad. Esta condición geográfica influye en su clima, caracterizado por temperaturas bajas y una vegetación propia de los ecosistemas de páramo.
De hecho, uno de los aspectos más relevantes de Sumapaz es su función ecológica. La localidad alberga el Páramo de Sumapaz, considerado el más grande del mundo, una región de vital importancia para la regulación hídrica del país.
En el recorrido hasta San Juan es un paisaje casi que desolado. Foto:John Pérez @johnperez.23 / EL TIEMPO
Y, cabe resaltar que, estos ecosistemas de alta montaña funcionan como esponjas naturales que capturan, almacenan y liberan agua, garantizando el suministro hídrico para Bogotá y otras zonas del centro del país.
Además, el páramo es hábitat de una gran diversidad de especies, muchas de ellas endémicas y adaptadas a las duras condiciones climáticas. Entre las especies emblemáticas se encuentran el oso de anteojos, el cóndor de los Andes y diversas variedades de frailejones, plantas fundamentales para la captura y conservación del agua.
Históricamente, Sumapaz ha sido una región de gran importancia social y política. Durante el siglo pasado, fue escenario de movimientos campesinos y conflictos ligados a la lucha por la tierra. En décadas más recientes, la zona estuvo marcada por la presencia de grupos insurgentes, lo que influyó en la dinámica de sus comunidades y en el desarrollo de programas de seguridad y paz.
La economía local se basa principalmente en la agricultura y la ganadería. Aquí, sus habitantes cultivan productos como papa, maíz y cebolla, mientras que la ganadería bovina complementa la producción agropecuaria. Estas actividades se realizan de manera tradicional y, en algunos casos, bajo prácticas agroecológicas que buscan armonizar la productividad con la conservación del entorno.
El a Sumapaz representa un reto debido a su geografía. Las vías de comunicación son limitadas y, en algunos casos, se ven afectadas por las condiciones climáticas.
Por otro lado, esta situación ha dificultado la prestación de servicios básicos, como salud y educación, lo que obliga a muchos habitantes a desplazarse a otras localidades para acceder a atención médica o continuar con su formación académica.
Sin embargo, esta misma distancia del centro urbano ha permitido que Sumapaz conserve su riqueza natural y cultural. La tradición campesina sigue viva en las comunidades locales, que celebran festividades y ferias agropecuarias como parte de su identidad.
Everardo Gamba ha sido presidente de la junta de acción local de la vereda Laguna Verde. Foto:Angie Franco
Conservación del páramo
El turismo sostenible se ha convertido en una alternativa económica para la región. Con el auge del ecoturismo, cada vez más personas visitan Sumapaz para recorrer sus senderos, observar aves y conocer su biodiversidad. No obstante, esta actividad debe regularse de manera responsable para evitar impactos negativos en el ecosistema.
La conservación del Páramo de Sumapaz es una prioridad para la ciudad y el país. Diversas organizaciones ambientales y la comunidad local han implementado proyectos de restauración, educación ambiental y monitoreo de especies con el fin de garantizar la protección de este hábitat. La participación de los habitantes es fundamental, ya que su conocimiento del territorio resulta clave para el éxito de estas iniciativas.
Sumapaz representa un contraste con la Bogotá urbana y moderna. Mientras el centro de la ciudad avanza con nuevas construcciones y una creciente infraestructura, esta localidad mantiene viva la esencia rural de la capital, recordando la importancia de la conexión con la naturaleza.
El reto a futuro es integrar a Sumapaz en el desarrollo de la ciudad sin afectar su identidad ni su papel como reserva ecológica. Para ello, es fundamental que las políticas públicas promuevan un equilibrio entre el crecimiento económico y la conservación ambiental.
Sumapaz no es solo la localidad más alta y extensa de Bogotá, sino también un ecosistema clave para el bienestar de la ciudad. Su preservación y el fortalecimiento de sus comunidades son una responsabilidad compartida entre las autoridades y los ciudadanos.
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