Un mensaje urgente y un video con un pedido de ayuda alertaron a Mariela Aguirre sobre un perro en apuros en las alcantarillas de Corrientes, en Argentina. Inmediatamente, Mariela y dos amigas acudieron al rescate, aunque al principio todo parecía en vano. Dentro de la alcantarilla, no se escuchaba ni veía nada, relató Mariela, quien no se dio por vencida y solicitó apoyo al Ente Proyecto de Defensas de Goya (PRO.DE.GO.) de la Municipalidad.
La búsqueda se prolongó durante una hora y media hasta que, finalmente, los sonidos de llanto del canino guiaron a los rescatistas a otra alcantarilla donde encontraron al perro, un anciano en estado deplorable, infestado de garrapatas y prácticamente incapaz de ver u oír. “Pensamos que se había muerto”, dijo Mariela, quien relató el emotivo momento del rescate.
El milagro fue que alguien lo escuchara y pudiera sacarlo
Tras el hallazgo, el perrito, bautizado como Lázaro, fue llevado a una peluquería para mascotas, donde fue limpiado y luego a una clínica veterinaria. Los exámenes revelaron que Lázaro sufría de anemia y requería tratamiento, que incluía vitaminas y gotas para los ojos. “El milagro fue que alguien lo escuchara y pudiera sacarlo”, afirmó Mariela, refiriéndose a la difícil situación del perro.
Durante su recuperación en una casa de tránsito, Lázaro mostró signos de haber sido parte de un hogar anteriormente. “Calculamos que es un perrito de 14 o 15 años y pensamos que tuvo familia porque tiene costumbres de haber estado en un hogar”, explicó Mariela. Durante diez días, Lázaro se recuperó en un ambiente lleno de cuidados y amor.
La historia tuvo un final feliz cuando Rina, una ciudadana conmovida por la situación de Lázaro, decidió adoptarlo. Ahora, Lázaro disfruta de la compañía y el amor de su nueva familia, respondiendo a llamados y mostrando afecto.
“Nos cuenta que cuando llega de su trabajo la espera del otro lado de la puerta y es al primero que le cocina: a Lázaro le gusta tanto la comida que le prepara su mamá que lo deja limpito, sin rastros de alimento”, comentó Mariela sobre la nueva vida de Lázaro.
A pesas de su poco oído, “Lázaro escucha algunos sonidos: cuando en la casa aplauden o lo llaman, él mueve la cabeza hacia el lugar de donde viene el sonido y mueve la colita, también ladra y le encanta que lo acaricien”.
La tarde los encuentra a ambos compartiendo mate en el patio, una escena que simboliza la nueva y feliz etapa de Lázaro, gracias al esfuerzo y la compasión de quienes no dudaron en cambiarle la vida.
Lázaro jugando luego de ser rescatado. Foto:La Nación
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.
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