Quienes han conducido un automóvil desde muy jóvenes saben toda clase de trucos y claves a la hora de manejar.
Sin embargo, llega un momento de la vida en que por ciertas condiciones de salud, es mejor colgar las llaves y dejar de conducir.
En Colombia, para que los adultos mayores de 60 años puedan seguir conduciendo, deben renovar su licencia cada cinco años, mientras que los mayores de 80 años deben renovar dicho documento cada año.
Aunque cada año hace que las personas se vuelvan más sabias, hay situaciones que también trae la edad y en el caso de aquellos que conducen un automóvil, existen algunas señales que pueden determinar que puede ser la hora de dejar de manejar.
De acuerdo con la Neuropsicóloga Isabel Sala, de la unidad de memoria del servicio de neurología del Hospital San Pau en España: "existe una mayor siniestralidad entre los 20 y 60 años. Mayores de 65 hasta 85 estaríamos dependiendo de las franjas en un 3-5% del total de fallecidos en carretera".
Sin embargo, hay que tener en cuenta la calidad de envejecimiento de cada persona para saber si hay algún tipo de incapacidad para conducir, si este es de tipo cognitivo o físico.
"La edad es un factor de riesgo de deterioro cognitivo pero esto no implica 100 por ciento que por cumplir años tengas que tener un deterioro cognitivo", asegura la profesional.
Cuanto existe alguna dificultad cognitiva, aunque sea visible, es posible que quien la padece no la acepte y se ponga en riesgo al conducir.
De acuerdo con Sala, esta situación se denomina anosognosia.
Así mismo, estas dificultades en el manejo cognitivo relacionadas con la conducción, pueden ser falta de atención, tiempo de reacción, funciones visoperceptivas y visoespaciales, que se pueden observar al momento de hacer giros incorrectos, dificultades de atención y falta de orientación.
Si alguna de esas señales empiezan a notarse, es importante que se evalúe la posibilidad de dejar de conducir, teniendo en cuenta recomendaciones como: "Es importante abordar el abandono de la conducción antes de que suponga un riesgo y para ello es recomendable tratar este tema con tiempo para que el paciente o la persona que lo tiene que dejar pueda ir procesando, planificando y preparándose", asegura Sala.
Hay que tratar este tema con tacto e indicándole a la persona los riesgos que conlleva el continuar conduciendo con estas dificultades, las cuales no solo ponen en riesgo la salud del conductor sino de quienes se encuentran a su alrededor, como pasajeros y peatones.
Quienes rodean a la persona que debe dejar de conducir son quienes más deben acompañarlo en el proceso, ya que la persona puede sentirse dependiente y sin libertad al tener, por ejemplo, que volver a tomar trasnporte público para trasladarse de un lugar a otro.
Es importante hacer un acompañamiento a estas personas, ayudarle con toda la información pertinente y apoyarlo en el proceso, para que pueda darse cuenta de que es un proceso normal de la vida.
LUZ ANGELA DOMÍNGUEZ CORAL
Redacción Alcance Digital
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