La araña violinista (Loxosceles reclusa) es una especie arácnida que habita en zonas urbanas y rurales de América, y cuya mordedura puede representar un serio peligro para la salud humana.
Aunque no es agresiva por naturaleza, esta araña puede atacar si se siente amenazada, especialmente cuando queda atrapada en prendas, ropa de cama o toallas. Su veneno, de alta potencia, puede causar daños severos en los tejidos, necrosis e incluso la muerte en casos extremos.
Cómo identificar a la araña violinista
Según la Secretaría de Salud del Gobierno de México, esta especie se distingue por una marca con forma de violín en su parte dorsal, característica que le da su nombre común.
Tiene un tamaño de entre 1 y 3 centímetros, cuerpo de color marrón claro o beige, y una particularidad anatómica: posee solo seis ojos dispuestos en tres pares, a diferencia de las ocho unidades que presentan la mayoría de las arañas.
Esta araña tiene hábitos nocturnos y suele esconderse durante el día en sitios oscuros, polvorientos o poco frecuentados. Sus escondites favoritos incluyen:
Grietas en paredes y techos.
Armarios con ropa guardada.
Librerías.
Detrás de cuadros.
Debajo de tanques de gas o cornisas.
Su actividad aumenta durante las noches cálidas, especialmente en verano, por lo que es vital extremar precauciones en esas épocas del año.
Recomendaciones para prevenir su presencia
Los expertos sugieren una serie de medidas preventivas para reducir el riesgo de encuentros con esta especie:
Sacudir ropa, zapatos y sábanas antes de usarlos.
No acumular objetos en desuso.
Limpiar y ventilar espacios oscuros con regularidad.
Sellar grietas y rendijas en la estructura del hogar.
Utilizar guantes al manipular objetos almacenados o al limpiar zonas poco transitadas.
Ante una posible mordedura de araña violinista, los especialistas recomiendan:
Aplicar hielo sobre la zona afectada.
Colocar un vendaje compresivo frío.
Lavar la herida con agua y jabón.
Acudir de inmediato al centro de salud más cercano.
¿Por qué su veneno es tan peligroso?
El veneno de la Loxosceles reclusa contiene enzimas que destruyen proteínas, lo que puede llevar a la necrosis del tejido.
En pocas horas, la zona afectada puede presentar oscurecimiento, ampollas y, si no se trata, avanzar hacia una lesión grave con daño profundo en los tejidos. En casos extremos, la toxina puede afectar órganos internos y poner en riesgo la vida.
En caso de recibir una picadura, visite al médico lo más pronto posible. Foto:iStock
Su adaptabilidad a diferentes entornos, desde áreas rurales hasta viviendas urbanas, la convierte en una amenaza latente. La identificación oportuna y la acción rápida son fundamentales para prevenir consecuencias graves.
* Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Portafolio, y contó con la revisión de la periodista y un editor.
En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal,
elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada
con
sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando
esta
utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí