Noticia

Vivió en un búnker 10 días para estudiar el sueño, la felicidad y la salud: aprendió esta clave

Se sometió a un experimento para comprender cómo estos factores afectan su bienestar general.

La mujer realizó un importante estudio sobre el sueño Foto: Instagram @travel_and_foodie_warriors

RedactorActualizado:
El ritmo circadiano es el reloj biológico interno que regula nuestros patrones de sueño, alimentación y energía a lo largo del día. Sin embargo, este puede verse alterado por factores como la luz solar, la calidad del sueño y los horarios de las comidas.
Con este escenario, Lynne Peeples, periodista científica y autora de El reloj interior: vivir en sincronía con nuestros ritmos circadianos, decidió someterse a un experimento extremo para comprender cómo estos factores afectan su bienestar general.

El experimento en el búnker para estudiar los ritmos circadianos

Según comentó al medio CNBC Make It, para explorar cómo la falta de señales externas podría afectar su ritmo circadiano, vivió durante 10 días en un búnker subterráneo, en un antiguo silo de misiles nucleares ubicado en Arkansas
La oscuridad total y la ausencia de luz solar directa fueron componentes fundamentales del experimento, que también implicó cubrir todos los dispositivos electrónicos con cinta negra para evitar cualquier noción del tiempo. 
Además, las luces del búnker eran de un tono rojo tenue, ya que, como explicó Peeples, "el rojo es la longitud de onda de la luz que menos afecta a nuestros ritmos circadianos".
Durante este tiempo, se dedicó a documentar su experiencia mediante grabaciones de voz, con el fin de comparar su horario interno con su rutina habitual. A medida que avanzaba el experimento, se dio cuenta de que, aunque sus relojes internos marcaban bastante bien el tiempo, el aislamiento del ciclo natural de luz y oscuridad comenzó a tener efectos en su salud física y mental.

Dormir es esencial para el organismo Foto:iStock

Al principio, el experimento fue relativamente sencillo: pudo mantener una rutina que se asemejaba a su horario habitual, gracias a la precisión de su reloj biológico. Sin embargo, a mitad de la experiencia, comenzó a experimentar síntomas de desfase horario, que incluyeron fatiga extrema, cambios de temperatura corporal, hambre a deshoras y problemas de concentración.
"Me sentí completamente trastornada. Vivía mi día mientras todos los demás dormían", comentó al portal citado sobre la experiencia.
Los hallazgos del experimento confirman lo que investigaciones previas sugieren año a año: una adecuada exposición a la luz solar y una rutina establecida son esenciales para el funcionamiento óptimo del cuerpo.
"Para mantener esa calibración de los ritmos circadianos, es necesario obtener luz brillante, especialmente por la mañana", explicó. La exposición al sol en la primera hora después de despertarse ayuda a sincronizar el reloj biológico y facilita una mejor calidad de sueño.
Además, se recomienda caminar durante 15 minutos por la mañana y estar cerca de una ventana durante el día para recibir suficiente luz natural. Por la noche, es importante atenuar las luces en la casa para preparar el cuerpo para el sueño, un proceso conocido como "mitigar la sobreexposición a la luz nocturna".

Sigue toda la información de Internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

Conforme a los criterios de

Saber más
Mis portales

¡Notamos que te gusta estar bien informado!

¡Notamos que te gusta

estar bien informado!

Para continuar leyendo, si ya eres suscriptor:

En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí