La piel, siendo el órgano más extenso y expuesto del cuerpo humano, requiere cuidados específicos, especialmente cuando se enfrenta a trastornos como el acné. Este problema dermatológico, aunque común, puede intensificarse, llevando a condiciones más severas.
Según la Mayo Clinic, esta condición surge cuando los folículos pilosos se obstruyen con grasa y células muertas, pero se agrava cuando estas obstrucciones provocan roturas en la piel, generando inflamaciones parecidas a forúnculos.
Los quistes formados son grandes y dolorosos, llenos de pus, grasa y células cutáneas, y requieren atención médica especializada debido a su potencial para dejar cicatrices permanentes.
El acné quístico es una enfermedad cutánea. Foto:iStock
La Academia Española de Dermatología y Venerología identifica el incremento en la producción de grasa como un factor clave en la aparición del acné quístico, que puede llevar a la obstrucción de los folículos y, consecuentemente, a inflamaciones e infecciones. Además, factores como desequilibrios hormonales, la secreción sebácea y la dieta pueden influir en su desarrollo.
Para su tratamiento, se recomienda una limpieza diaria y meticulosa de la piel, utilizando productos especializados. No obstante, antes de comenzar cualquier rutina, es crucial consultar a un dermatólogo para obtener un diagnóstico preciso y orientación sobre las estrategias más efectivas para combatir el acné quístico.
Abordar el tratamiento del acné no implica una solución única para todos, ya que la efectividad varía de persona a persona debido a múltiples factores que inciden en la aparición de las espinillas. Según 'Un Como', estos son los pasos esenciales para combatir el acné:
Consulta dermatológica: el primer paso es visitar a un dermatólogo para obtener un plan de tratamiento personalizado.
Higiene facial adecuada: utilice jabones específicos para pieles propensas al acné o con pH neutro para mantener la limpieza de su rostro.
Adherencia al tratamiento indicado: siga un único tratamiento, a menos que su médico recomiende una combinación específica. Evite mezclar remedios caseros y tratamientos farmacológicos sin asesoramiento profesional.
Hidratación integral: beber suficiente agua es tan crucial como mantener la piel humectada con cremas adecuadas para pieles acnéicas.
Exfoliación cautelosa: la exfoliación regular ayuda a eliminar células muertas y profundiza la limpieza, previniendo la acumulación de impurezas y posibles infecciones.
Evitar manipular las lesiones: resistir la tentación de exprimir granos, ya que esto puede empeorar su apariencia e incluso provocar infecciones.
Dieta y ejercicio saludables: mejorar la alimentación y mantener una rutina de ejercicio ayuda a eliminar toxinas, beneficiando la salud de la piel y pudiendo regular desbalances hormonales.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal, y contó con la revisión de la periodista y un editor.
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