El síndrome de Cushing es un trastorno endocrino complejo, a menudo desconocido y difícil de diagnosticar, provocado por niveles elevados de cortisol en el cuerpo. Esta hormona esteroide, producida por las glándulas suprarrenales, tiene un papel crucial en el control del estrés, la regulación de la presión arterial, la función cardiovascular, el sistema inmunitario y el metabolismo. Sin embargo, cuando se produce en exceso, puede desencadenar una serie de síntomas debilitantes y graves.
La enfermedad afecta más a mujeres, especialmente entre los 25 y 45 años. Foto:iStock.
Tipos de síndrome de Cushing
Existen dos formas principales de síndrome de Cushing, que se diferencian por su origen. Según la Sociedad de Endocrinología de Estados Unidos, el síndrome de Cushing exógeno es el más común y suele ser temporal. Se produce en personas que están tomando medicamentos similares al cortisol para tratar otras afecciones. En este caso, el síndrome desaparece una vez que el paciente deja de tomar los fármacos.
Por otro lado, el síndrome de Cushing endógeno es menos frecuente y se debe a la producción excesiva de cortisol por las glándulas suprarrenales. Este tipo es más complejo de diagnosticar y, en muchos casos, se origina debido a tumores que secretan hormonas, bien en las glándulas suprarrenales o en la pituitaria, una glándula ubicada en la base del cerebro.
El exceso de cortisol afecta a cada persona de manera diferente, lo que hace que los síntomas puedan variar significativamente entre los pacientes. Esto complica aún más el diagnóstico, ya que los signos pueden solaparse con los de otras enfermedades. Entre los síntomas más comunes se incluyen:
Aumento de peso, especialmente en la parte superior del cuerpo.
Cara redonda y acumulación de grasa en el área del cuello y hombros.
Niveles elevados de azúcar en la sangre (diabetes).
Hipertensión (presión arterial alta).
Pérdida de densidad ósea (osteoporosis).
Debilidad muscular y pérdida de masa muscular.
Piel delgada y propensa a moretones.
Estrías rojas o púrpuras, especialmente en el abdomen y debajo de los brazos.
Depresión, ansiedad y dificultades cognitivas.
Exceso de vello facial en mujeres.
La variedad de estos síntomas puede dificultar el diagnóstico temprano del síndrome, que a menudo se prolonga durante un período considerable, entre dos y cuatro años, según señala la doctora Felicia Hanzu, coordinadora del Área de Neuroendocrinología de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Esta demora en la detección puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes.
Los signos pueden solaparse con los de otras enfermedades Foto:iStock
Dificultades en el diagnóstico y la importancia de la detección precoz
El síndrome de Cushing es una enfermedad rara, cuya prevalencia es de entre 2 y 4 casos por millón de habitantes al año, según datos de la SEEN. Además, se estima que el Cushing endógeno es entre tres y cinco veces más común en mujeres que en hombres. El diagnóstico de este trastorno es complejo debido a la heterogeneidad de sus manifestaciones, lo que implica que cada caso sea único y requiera un enfoque personalizado. En este sentido, la doctora Elena Valassi, endocrinóloga en el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), resalta la importancia de contar con herramientas adecuadas para personalizar el tratamiento y mejorar el manejo de la enfermedad.
La edad del diagnóstico varía según la causa subyacente. La enfermedad de Cushing de origen hipofisario, que se debe a un tumor en la glándula pituitaria, afecta principalmente a mujeres entre los 25 y los 45 años.
Por otro lado, los tumores suprarrenales que secretan cortisol y provocan el síndrome de Cushing suelen manifestarse en la primera década de vida o, en su mayoría, entre los 40 y 50 años.
El tratamiento del síndrome de Cushing depende de su origen. En el caso del síndrome exógeno, los síntomas desaparecen una vez que el paciente deja de tomar los medicamentos que provocaban la elevación del cortisol.
Para el síndrome endógeno, la intervención inicial casi siempre es quirúrgica, con la extirpación del tumor causante de la producción excesiva de cortisol. Aunque la cirugía es generalmente efectiva, algunos pacientes pueden requerir medicamentos para reducir la producción de cortisol o radioterapia para destruir células tumorales remanentes. En casos más graves, puede ser necesario extirpar ambas glándulas suprarrenales para controlar la enfermedad.
Recientemente, se han producido avances significativos en la mejora de las pruebas de laboratorio, las pruebas de imagen funcional y la aparición de nuevos fármacos que bloquean la síntesis de cortisol. Estos progresos están contribuyendo a una mejor gestión de la enfermedad y a una mayor calidad de vida para los pacientes.
La detección precoz es clave, pero puede demorar entre dos y cuatro años. Foto:iStock
El manejo adecuado y un diagnóstico temprano pueden evitar complicaciones graves y mejorar significativamente la calidad de vida de quienes padecen el síndrome de Cushing, una enfermedad que, a pesar de ser rara, sigue afectando a muchas personas en todo el mundo.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de EFE y contó con la revisión de un periodista y un editor.
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