A lo largo de los años, los arqueólogos han descubierto diferentes huellas del pasado que han quedado enterradas en la tierra. Estas ayudan a entender como era la cultura, costumbres o los artefactos que antes se utilizaban.
Recientemente, los arqueólogos de la Universidad de Liverpool y la Universidad de Aberystwyth, en Reino Unido, descubrieron lo que sería la evidencia más antigua de una estructura de madera, de 476.000 años de antigüedad, mucho antes que el Homo sapiens evolucionara.
Esta investigación fue publicada en la revista Nature y ahí comentaron que encontraron “dos troncos entrelazados unidos transversalmente por una muesca cortada intencionalmente”, según explicaron en el artículo.
Este evento histórico tuvo lugar en la cuenca del río Kalambo, en el sitio arqueológico de las cataratas de Kalambo, Zambia, África. Los arqueólogos encontraron un par de troncos entrelazados por un corte realizado entre ellos para que encajaran entre sí.
Larry Barham, arqueólogo de la Universidad de Liverpool y quien dirigió la investigación, le comentó al medio ya mencionado que “este hallazgo ha cambiado mi forma de pensar sobre nuestros primeros ancestros. Olvídese de la etiqueta ‘Edad de Piedra’, mire lo que estaban haciendo estas personas: hicieron algo nuevo y grande con madera. Usaron su inteligencia, imaginación y habilidades para crear algo que nunca habían visto antes, algo que nunca antes había existido”.
Los científicos comentaron que posiblemente el objetivo era parte de una estructura, que podía ser una plataforma o pasarela que servía ante las inundaciones en la zona.
Por otro lado, utilizaron técnicas de datación por luminiscencia, un método que puede determinar la edad de un objeto analizado cuándo los minerales que rodean los restos estuvieron expuestos a la luz del sol.
“Estos nuevos datos no solo amplían el rango de edad de la carpintería en África, sino que amplían nuestra comprensión de la cognición técnica de los primeros homínidos”, aseguraron.
También se cree que los humanos de la Edad de Piedra no eran exclusivamente nómadas, sino que posiblemente se establecieran y utilizaran los árboles para construir estructuras.
Según Barham, probablemente estos seres humanos transformaron “su entorno para hacer la vida más fácil, aunque fuera solo haciendo una plataforma para sentarse junto al río y realizar sus tareas diarias. Esta gente se parecía más a nosotros de lo que pensábamos”.
DANIELA LARRARTE ASAAD
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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