Cuando en el cónclave papal uno de los cardenales obtiene al menos dos tercios de los votos, se emite la tradicional fumata blanca desde la chimenea de la Capilla Sixtina, señal que anuncia al mundo que hay un nuevo papa. Sin embargo, ese humo blanco no implica de inmediato que el pontífice haya sido oficializado: el elegido debe aceptar el encargo y decidir el nombre con el que será conocido como líder de la Iglesia católica.
Tras su aceptación, el nuevo papa es conducido a una estancia adyacente conocida como la Sala de las Lágrimas. El nombre de esta habitación alude al momento íntimo y solemne que allí se vive: un espacio reservado para que el elegido pueda asimilar su nueva responsabilidad, rezar e incluso llorar en privado antes de su presentación pública.
Anuncio del nuevo papa en la Capilla Sixtina Foto:AFP
En esta sala se encuentran tres sotanas blancas de distintos tamaños para adaptarse a la complexión del nuevo pontífice, así como varios elementos litúrgicos: sobrepelliz, muceta morada, estola púrpura bordada en oro, fajines, una cruz dorada y diferentes pares de zapatos.
El papa decide con qué atuendo se presentará ante los fieles. Por ejemplo, Benedicto XVI apareció con la esclavina y la estola, mientras que Francisco optó por una imagen más sobria, sin esos rios.
Presentación en el balcón de la Basílica de San Pedro
Una vez vestido, el nuevo papa regresa a la Capilla Sixtina para un momento de oración con los cardenales y luego se dirige hacia el balcón central de la Basílica de San Pedro.
Antes de su aparición, el protodiacono del Colegio Cardenalicio, actualmente el cardenal francés Dominique Mamberti, se encarga de proclamar la fórmula tradicional: Habemus Papam, seguida del nombre secular y el nombre pontificio del elegido.
El nuevo pontífice se presenta entonces ante la multitud reunida en la plaza de San Pedro. Desde el balcón, dirige sus primeras palabras como papa y concede la bendición urbi et orbi (a la ciudad y al mundo), marcando así el inicio de su pontificado ante los ojos de la Iglesia y de la comunidad internacional.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Agencia EFE, y contó con la revisión de la periodista y un editor.
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