Además del Ron Viejo de Caldas y el Aguardiente Cristal, el Aguardiente Sin Azúcar Amarillo de Manzanares 24°, más conocido como Aguardiente Amarillo, es uno de los productos más reconocidos de la Industria Licorera de Caldas (ILC). En varios departamentos del país se puede comprar ese licor, pero en Bogotá y Cundinamarca y otras regiones tiene cerradas las puertas.
Según el diario Portafolio, los problemas de distribución y comercialización del Aguardiente Amarillo en Cundinamarca, Bogotá y otras regiones del país se debe a que las industrias licoreras deben tener permisos por parte de los gobernadores para poder vender sus productos en otros departamentos. Esos permisos son por 10 años y se pueden prorrogar. Así lo explicó la ILC en un comunicado.
"Estos permisos no podrán ser discriminatorios ni podrán generar barreras de ni restricciones arbitrarias al libre comercio ni al principio de libre competencia, de acuerdo con la Ley de Licores (la 1816 de 2016), es decir, se aplicarán de manera general para todas las empresas que pretendan ingresar aguardientes a distintos territorios", afirmó la ILC.
En el caso puntual de Cundinamarca, la ILC explicó que le otorgó ese permiso en 2017 y dos años después, en 2019, incluyó al Aguardiente Amarillo en el mismo.
Sin embargo, la Dirección de Rentas y Gestión Tributaria adscrita a la Secretaría de Hacienda del Departamento de Cundinamarca expidió el pasado 6 de junio de 2023 la Resolución 797, por la cual revocó la autorización de la adición del producto Aguardiente Amarillo para su ingreso al departamento.
Andrés Elías Borrero, gerente general de la ILC, le aseguró al citado medio que la Secretaría de Hacienda de Cundinamarca no informó con antelación esa decisión.
"La revocación del permiso se hizo de manera arbitraria, pues no se siguió el proceso de ley para tal fin, afectando el derecho al debido proceso, al no haber solicitado el permiso escrito y expreso para la cancelación del permiso. Adicionalmente, tampoco se otorgaron los recursos de apelación y reposición, para poder controvertir esta medida", afirmó la ILC en un comunicado.
La ILC añadió que presentará una acción judicial para pedir la nulidad de la Resolución 797.
La revocación del permiso se hizo de manera arbitraria, pues no se siguió el proceso de ley para tal fin, afectando el derecho al debido proceso.
La Gobernación de Cundinamarca, que fue consultada por este medio, explicó que, como todos los departamentos, se acogió a la norma de monopolios desde 2019 y que, por ejemplo, en Caldas, no venden aguardiente de Cundinamarca.
EL TIEMPO estableció que "el objeto del monopolio como arbitrio rentístico sobre los licores destilados es el de obtener recursos para los departamentos, con una finalidad social asociada a la financiación preferente de los servicios de educación y salud y al de garantizar la protección de la salud pública".
Pérdidas millonarias para la ILC
La venta del Aguardiente Amarillo está prohibida en Bogotá y Cundinamarca -que es uno de los mercados más grandes e importantes del país- pero la restricción para ese licor también existe en otros departamentos como Antioquia, Valle, Huila, Caquetá y Cauca.
El Gerente de la ILC explicó que esto se debe a "vacíos en la Ley colombiana que están imponiendo obstáculos al desarrollo de la industria de licores en el país".
No obstante, la decisión de Cundinamarca de cerrarle el paso al Aguardiente Amarillo deja, según el directivo de la ILC, deja las pérdidas más altas, "unos 73.000 millones de pesos en impuestos este año, afectando las rentas departamentales que van a parar a la salud de los colombianos".
Además, la ILC dejaría de ganar este año unos 55.000 millones de pesos por concepto de ventas, y se dejarían de vender al menos 5 millones de unidades en lo que resta de este año.
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*Con información de Portafolio