Por cuarta vez se realiza la Encuesta Multipropósito, la tercera operación estadística más completa que lleva a cabo el Dane, con el apoyo económico y técnico de la Secretaría Distrital de Planeación.
Los resultados nos permiten identificar cambios que explican preferencias y comportamientos de los bogotanos y sus hogares, a nivel de localidad y UPZ, a tal punto que ya es un instrumento de referencia para decisiones de política pública y de monitoreo y evaluación en el caso del Plan de Desarrollo, no solo de Bogotá, sino también de los 21 municipios de la región.
Bogotá ha cambiado desde que comenzó a aplicarse esta encuesta en el 2011. Para empezar, hoy somos 7,8 millones de habitantes distribuidos en 2,8 millones de hogares. Cada vez crecemos a un menor ritmo y los hogares tienden a ser más pequeños. Hace una década se registraban, en promedio, 3,4 personas por hogar; hoy, 2,7 personas.
En localidades como Teusaquillo y Chapinero predominan los hogares pequeños o unipersonales, mientras que en Ciudad Bolívar, Bosa o Usme el promedio está por encima de tres. Llama la atención el incremento registrado en Santa Fe, que se puede explicar, de alguna manera, por el flujo migratorio de venezolanos que prefieren residir allí.
Seis de cada 10 bogotanos viven en apartamento, sobre todo en el borde nororiental. Caso contrario se observa en Usme o San Cristóbal, donde predomina la vivienda tipo casa. Preocupa la alta presencia de expendios de droga cercanos a la vivienda en la mayoría de las localidades, un tema que podría estar asociado, a su vez, a la existencia de establecimientos de rumba y entretenimiento.
Otros resultados de la encuesta que vale la pena resaltar son la alta proporción de hogares que hoy afirman reciclar: cerca de 3 de cada 4. Quienes aún no lo hacen es porque no tienen espacio o porque creen que al final pierden el tiempo y después se juntan todos los residuos. Falta mayor pedagogía.
Por su parte, la mitad de las personas ocupadas tardan entre 30 minutos y una hora en llegar a su lugar de trabajo.
Resulta igual de interesante la tenencia de mascotas: el 40 % de los hogares tiene al menos una, principalmente perro (66 %) y gato (44 %), tendencia que va en aumento y tiene impactos en la convivencia en el interior de los conjuntos residenciales y en el espacio público como parques y plazoletas.
Otro aspecto que también está generando impacto es la tenencia de vehículos: la cuarta parte de los hogares bogotanos tiene un carro. En Teusaquillo, Chapinero y Usaquén, por ejemplo, la mitad de los hogares tiene al menos uno, contrario a lo que sucede en Ciudad Bolívar, Bosa y Usme, donde el porcentaje es inferior al 10 %. En el caso de la motocicleta, se estima que 1 de cada 10 hogares tiene una. Se observa una tendencia significativa al alza en localidades como San Cristóbal, Bosa, Chapinero y Teusaquillo.
En esta oportunidad la encuesta indaga sobre los tiempos de desplazamiento en los viajes de ida al establecimiento educativo o al trabajo de los bogotanos. Los resultados arrojan que 1 de cada 3 estudiantes de colegio tarda entre 20 y 40 minutos en cada viaje, valores que tienden a ser más elevados en localidades como Usaquén, Chapinero o Teusaquillo, donde más del 30 % de los estudiantes que allí residen registran tiempos superiores a los 40 minutos por trayecto. Peor situación se observa en los estudiantes de educación superior, donde, en promedio, cerca del 68 % de los universitarios de la ciudad tardan más de 40 minutos en un solo desplazamiento. Por su parte, la mitad de las personas ocupadas tardan entre 30 minutos y una hora en llegar a su lugar de trabajo.
Este panorama inicial nos muestra que la ciudad, en una década, ha cambiado bastante y muchos de los problemas no resueltos en su momento tienden a ser más complejos, sumado al surgimiento de nuevos fenómenos urbanos que no pueden pasarse por alto. Por supuesto, hay más resultados relevantes en otros aspectos que afectan la calidad de vida de los bogotanos, los cuales serán analizados en una segunda entrega. Por ahora, les recomiendo consultar el estudio y sacar sus propias conclusiones.
ÓMAR ORÓSTEGUI
Director de Futuros Urbanos
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