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‘Bogotá solo ha tenido debate de egos entre los que la han gobernado’: Carlos Moreno
El urbanista francocolombiano Carlos Moreno habla sobre el modelo de las ciudades de 15 minutos.
Por primera vez, llega a Bogotá el evento internacional Smart City Expo, líder en ciudades inteligentes y que se ha convertido en el centro neurálgico para la discusión y el aprendizaje de esta temática. Se llevará a cabo hasta el viernes 2 de junio, en Corferias.
Uno de los invitados es el francocolombiano Carlos Moreno, urbanista, científico y experto internacional en la smart city humana y en las ciudades y territorios del mañana, reconocido por las ciudades de los 15 minutos. En entrevista con EL TIEMPO, explicó este concepto, dio ejemplos y habló sobre los problemas de Bogotá.
La intervención de este urbanista y experto será el 2 de junio, a las 5:30 p. m., en el ‘Rediseñando la vida urbana: la ciudad de la proximidad’. También presentará su último libro, Vida urbana y proximidad en tiempos de covid-19.
¿Qué son las ciudades de los 15 minutos?
Estamos hablando de un concepto que es la ciudad y los territorios, que pueden tener inclusive media o baja densidad; de la proximidad policéntrica, lugares descentralizados en los cuales ofrezcamos servicios básicos que permitan desaturar la ciudad, disminuir los desplazamientos obligados, objetivar la calidad de vida ofreciendo esos servicios mucho más cercanamente de una manera ‘bajo carbón’ (sin emisiones), como la bicicleta y el transporte público para reducir la dependencia del vehículo automotor. Lo más importante no es el número, que sean 15 o que sean 30 minutos, porque a veces la gente se obsesiona por las cifras, lo esencial es regenerar una ciudad o región por proximidades.
Estas son las obras que se realizan en la intersección de la avenida 68 con primero de Mayo. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO
Hay muchas ciudades que tienen un suroccidente muy denso, pero carente de servicios, y un centro en el que la gente va a trabajar y una ausencia de la política estratégica multimodal, y una extrema dependencia de ciertos servicios que, además, son mediocres. Es el caso de Bogotá, la única metrópolis que no tiene metro.
¿Cuáles son las características claves de estas ciudades?
Se necesita policentrismo, o sea, descentralización. Reconstruir calidad de vida en los diferentes puntos de la ciudad o del territorio. Son seis cosas que necesitamos: un alojamiento digno, salir de las condiciones precarias en las que mucha gente vive y de las grandes desigualdades arquitecturales; servicios de proximidad, estamos hablando de comercio local, circuitos cortos, abastecimiento, servicios médicos y de salud mental, hay que romper el elitismo de que para ir al médico toca gastar dos horas.
Regenerar el tejido médico, los servicios de salud mental y consultorios de medicina general; una educación de proximidad, cómo es posible que levantamos niños a las 4 o 5 de la mañana para estar en un bus 2 horas, hay que descentralizar la educación y que todos tengan esos s; la cultura, el teatro, la música, el cine, los libros, lo que desarrolla el espíritu, y espacios públicos de calidad, miniparques lineales que se conecten entre ellos.
Hubo un debate respecto a esta idea de redistribuir el espacio público, mucha gente decía que se estaba limitando el carro...
Efectivamente tenemos que contextualizar el uso del vehículo. Los carros se convirtieron en una categoría social, que durante 70 años las ciudades se convirtieron en largas distancias porque se segregaron las actividades y, por lo tanto, el carro era el lugar de excelencia en el que la gente se sentía teóricamente libre, pero la masificación de los autos pasó de estar libre a meterse en trancones de 2 horas. El auto no puede considerarse hoy en día un elemento representativo de categoría social, debe utilizarse estrictamente cuando es necesario y nada más.
Lo que realmente hay que preguntarnos es: ¿por qué nos movemos?, ¿para qué?, ¿cuánto tiempo durará? y ¿en qué ciudad quiero vivir? En la respuesta a esas preguntas está el éxito mundial de este concepto de los 15 minutos. Estar en un auto para meterse en un trancón no es un objetivo de la vida, el objetivo es la calidad de vida y tener a los servicios básicos. Tenemos que cambiar la mentalidad... (el uso del carro) se ha convertido en un vicio.
También han planteado que la ciudad de los 15 minutos busca que las personas no salgan de sus barrios...
Eso es un bulo, es una mentira y la desmiento categóricamente en el concepto mismo que se puede leer en todos los libros, artículos y en las implementaciones que son hechas en el mundo entero. Esa idea ha sido una manipulación de los sectores más complotistas, que han salido principalmente de Inglaterra y Canadá, y que han hecho correr estas falsas ideas de que queremos esclavizar a la gente, darles un pasaporte o colocarles un chip electrónico.
¿Cuáles son los casos de éxito de ciudades de 15 minutos?
Hay muchos, yo lo llamo la revolución de la proximidad. No hay que obsesionarse con el número 15, hay que pensar en las proximidades, servicios básicos, descentralización, desaturación, una ciudad más saludable, más amigable, policentrismo y multiuso.
Algunos ejemplos son Roma, Milán, Barcelona, Escocia, Dublín, Mánchester
En el mundo entero, gobernadores y alcaldes se han apoderado de esto, pero no es una varita mágica, hay que convertirlos en proyectos de continuidad, de medio y largo plazo. Algunos ejemplos son Roma, Milán, Barcelona, Escocia, Dublín, Mánchester, Santa Fe, Shanghái. No es solo en Europa, hay en Corea del Sur, en África e, incluso, en América Latina.
¿Cree que Bogotá puede implementar este modelo?
Claro que sí, todas las ciudades del mundo pueden y eso es lo mejor de este concepto en el que he trabajado 13 años. La chispa es que los que están en posición de gobierno local, los alcaldes o los gobernadores, se empoderen de este concepto. Una ciudad como Bogotá, que está pagando muy caro 70 años de segregación, de zonificación, de largas distancias.
Hay que romper ese esquema, ningún alcalde o alcaldesa lo romperá en 4 años, es necesario empezarlo y darle continuidad con transparencia. Tanto el sector público como el privado y los ciudadanos deben encargarse de descentralizar una ciudad que hoy es invivible. No es posible que 10 millones de habitantes a esa escala metropolitana estén usando un transporte en condiciones infrahumanas porque no tienen servicios de proximidad y les toca ir a lugares centralizados. La movilidad es obligada, y en malas condiciones hay que mejorar.
¿Qué cree que le hace falta a Bogotá para ser una ciudad más vividera?
Pensar la ciudad, sanamente, de una manera altruista, para los ciudadanos. Pensar la ciudad no para hacer negocio e imponerles cosas a los ciudadanos. En Bogotá no se ha entrado al siglo XXI, siguen en el siglo pasado. Hay que preguntarse: ¿cómo descentralizar y desaturar los diferentes espacios vectoriales? Hay que trabajar en la segmentación de los barrios, en los tiempos de desplazamiento, pensar en una ciudad moderna, sostenible, humana, descentralizada y servicial. Ese es el debate que Bogotá debe tener; por ahora, Bogotá solo ha tenido uno de egos entre los que la han gobernado.
¿Qué no deja avanzar a Bogotá hacia las soluciones del siglo XXI?
La segregación social y la fragmentación territorial, hay una franja de alta densidad de barrios pobres en los cuales no hay necesidades básicas y hay una concentración de servicios en lugares muy modernos en el occidente, un norte de clase alta y una mentalidad que todavía considera el auto el objeto de una categoría social. Deben descentralizar para ofrecer una alternativa.
Es un trabajo de largo alcance, pero hay que hacerlo de una manera metódica y con paciencia, luchando contra la corrupción. En Bogotá la gente vive del reloj, hay que eliminar eso. Hay que tomar la ciudad y convertirla en proximidades.