Habla dueño del local donde detonó artefacto explosivo, cerca a oficinas del Inpec, en Bogotá

“Los vidrios están todos rotos y las mesas revolcadas. La afectación fue solo de vidrios y nada más. No había rastros del explosivo dentro”, señaló Richar Ríos, propietario de la cafetería El Solar, ubicada a un costado de la sede del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) en la calle 26. Ríos llegó al lugar luego de ser notificado de que un artefacto explosivo habría estallado en la puerta de su establecimiento comercial.

Aunque las autoridades señalan que aún es muy pronto para establecer una hipótesis sobre la explosión, ocurrida hacia las 8:30 de la noche del 20 de noviembre, comienzan a surgir posibles causas del incidente.

Por un lado, los investigadores indican que podría tratarse de un asunto relacionado con extorsiones en la zona. Por otro, altas fuentes de este diario que conocen la situación, afirman que podría ser un atentado dirigido contra el Inpec, en el marco de una posible guerra interna en la institución, que involucra a dragoneantes y a cabecillas de peligrosas organizaciones criminales recluidos en los centros penitenciarios de la ciudad.

Esta hipótesis surge a raíz de recientes hechos en los que uniformados del Inpec han sido amenazados por los llamados "plumas". Hace menos de una semana, un dragoneante de esta institución fue baleado cerca de las instalaciones del Inpec, mismas en las que se detonó el artefacto explosivo de características artesanales, envuelto en bolsas negras de basura.

“Dentro del Inpec hay una guerra muy seria. Si el Gobierno Nacional no interviene, será muy difícil controlar estos eventos, porque son los criminales dentro de las cárceles quienes están generando situaciones criminales y terroristas”, aseguró una fuente informada presente en la zona donde explotó el artefacto.

Respecto a los hechos, el dueño del local afirmó que las autoridades le informaron que, para determinar lo ocurrido en su establecimiento, era necesario esperar al avance de las investigaciones. Además, le indicaron que, una vez concluidas, debería presentar la denuncia correspondiente por los daños ocasionados.

No obstante, el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general José Daniel Gualdrón, señaló que este hecho delictivo es catalogado como un acto terrorista y que, bajo esa premisa, se orientarán las investigaciones.

El propietario del local también señaló que ahora enfrenta una etapa muy difícil para él y su familia. Aunque cuenta con un seguro que podría cubrir parte de los daños, no sabe con certeza cuánto será el monto y espera poder hablar con la istración del edificio para verificar si ellos tienen seguros que ayuden a completar los costos necesarios para recuperar el local comercial.

“Se viene una parte muy dura. Yo tengo un seguro, pero no sé si eso cubra todo. Toca hablar con la istración del edificio, que me imagino sí tiene un seguro, por lo menos para los vidrios. Adentro, la afectación fue principalmente de pintura y no creo que sea demasiado. Cuando me permitan ingresar, evaluaremos si hay daños mayores”, afirmó Ríos.

Por otro lado, el hombre también señaló que nunca ha escuchado de problemas relacionados con los uniformados del Inpec que frecuentan diariamente su cafetería y que por esa razón cree que es extraño todo lo que ocurrió la noche del miércoles. “No hemos escuchado de problemas e inclusive viene mucha gente del Inpec a medio día y nunca se escucha de problemas y menos cosas como estas". 

Finalmente, el propietario indicó que las cámaras de seguridad instaladas en la entrada de su local ya fueron entregadas a los investigadores de la Sijin para su análisis. Sin embargo, antes de hacerlo, tuvo la oportunidad de revisar los videos guardados en su dispositivo móvil. Explicó que, debido al ángulo de la cámara y la posición en la que fue abandonado el explosivo (detrás de una columna), no fue posible identificar al individuo que dejó la bolsa negra con el artefacto.

REDACCIÓN BOGOTÁ