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Noticia
La cronología del robo y secuestro de madre y su hijo en sendero de cerros orientales de Bogotá: 'Iban a disparar'
EL TIEMPO habló con la madre, víctima del violento hurto en la Quebrada la Vieja, y reveló nuevos detalles.
La afectada y su hijo vivieron horas de terror. Foto: Suministrada
La boca de un cañón de lo que parecía un revólver tocó la parte posterior de su cabeza y, como si se tratara de un escalofrío provocado por las bajas temperaturas que se sentían a esa altura del camino de la Quebrada La Vieja, el pánico invadió su cuerpo. María Mercedes Azuero, de 56 años, se sintió indefensa. Lo único que pudo hacer fue seguir las órdenes de dos voces, quienes pedían entre gritos que "bajaran la cabeza".
La mujer, sentada en una piedra ubicada en el sendero que solía recorrer dos veces a la semana por los últimos 16 años, solo podía ver sus zapatos deportivos, la ropa negra de sus atacantes y los tenis de su hijo de 21 años. Era la primera vez que experimentaba la situación que había escuchado con frecuencia en la zona de los cerros orientales de Bogotá, donde miles de deportistas, turistas y ciudadanos caminan y se ejercitan con frecuencia: la iban a robar.
María Mercedes, oriunda de la ciudad de Cali, pero que lleva residiendo en Bogotá desde hace 30 años, aclaró que esta fue la primera vez que la hurtaban mientras hacía deporte, pues ya había sido víctima de un delincuente en la capital una noche cualquiera en cercanías del Parque El Virrey, cuando, con un arma de fuego, una amenaza y un par de insultos, la dejaron sin teléfono celular en cuestión de segundos.
Esta vez, el incidente se prolongaría por casi dos horas, convirtiéndose en lo que considera un "secuestro", donde los obligaron a alejarse a empujones a ella y a su hijo Samuel del aérea de senderismo.
Los sectores por donde los llevaron, a punta de la presión de lo que creían era un cuchillo o un largo destornillador en sus espaldas, se hicieron desconocidos por la mujer porque según describe, estaban llenos de árboles y matorrales entre los que no había caminado. Los hechos que relata sucedieron el pasado jueves 20 de marzo, sobre las 6 de la mañana.
El secuestro y violento robo: su hijo se empezó a sentir mal
Quebrada La Vieja Foto:Acueducto
De acuerdo con Azuero, en entrevista con EL TIEMPO, el caso sucedió en uno de los senderos que quedan en inmediaciones de la Quebrada La Vieja, más exactamente, en un camino que está localizado justo en el medio de la entrada del Club Metropolitan y el punto 'Claro de Luna', el cual es el ingreso oficial del sendero, que es propiedad de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB).
"No tiene un nombre específico o al menos que yo le conozca, no. Llevo más de 16 años subiendo por varios de los senderos (...) es la misma montaña solo que tiene diferentes entradas, uno llega al mismo punto", añadió y, sobre este último, mencionó que lo ha transitado constantemente el último año. Conforme explicó, hace el recorrido, sin falta, los jueves y sábados de las 6 a las 8 de la mañana, justo antes de comenzar su turno de trabajo.
En esta oportunidad no hubo excepción y en compañía de su hijo menor, Samuel, hicieron nuevamente la jornada que ya se sabía casi de memoria: para Mercedes significaba 20 minutos subiendo y 20 bajando por un camino "un poco de escalada".
A las 6 a. m. arrancaron y dejaron su vehículo parqueado al final de la vía pavimentada. Solo cargó, para el camino, las llaves del automóvil y un reloj digital que mide su frecuencia cardíaca, la distancia, las calorías, la respiración y el oxígeno en la sangre. El joven, por otro lado, decidió no dejar su teléfono celular. "Quería tomar fotos", explicó su madre.
"Comenzamos a subir. Ese lugar es un poco escalada, es montaña y mi hijo se comenzó a sentir mal", narró, e indicó que no era algo común, habían subido diferentes días y era la primera vez que sucedía. Estaba mareado. En conversación con este medio, reflexiona que podría haber sido una mala señal y itió que pensó en "devolverse". No obstante, ella "no paraba".
"Yo le dije que nos sentáramos un momentico en una piedra que hay y nos pusimos a conversar. Normalmente siempre subimos, respiramos, hay meditación, corremos, pero él estaba maluco, entonces nos sentamos", apuntó.
La víctima del robo y su hijo. Foto:Suministrada
Tras transcurrir casi 35 minutos desde el inicio del trayecto y de descansar algunos de estos en el punto, visualizaron a dos hombres subir caminando, los primeros del día en aparecer por la zona. María Mercedes hizo o mientras charlaba con su hijo y, de hecho, le preguntó si los conocía.
"Le digo que me parecen extraños. Sin embargo, estábamos sentados y ni nos levantamos. Sí los vi raros. Eran jóvenes, no más de treinta años. Ellos siguieron caminando, dijeron 'buenos días' y en un segundo ya nos tenían amenazados", remarcó. La deportista recordó con detalle que les pidieron mantenerse agachados o "Si no hacíamos lo que nos decían, nos iban a disparar también", contó.
"Lo primero que preguntaron es '¿dónde están sus celulares?, denos el anillo, el reloj, las pulseras, todo lo que tengan'. Yo les dije: 'Nosotros vinimos a hacer deporte, no tengo nada, estoy con mi hijo'", contó, y señaló que en los minutos siguientes no pudo diferenciar nada; solo que les quitaron el reloj, dos pasamontañas que llevaban por el "frío" que hacía arriba, elementos de ejercicio y un teléfono, el de su hijo.
Ambos hombres procedieron a cubrir sus rostros con las prendas robadas y, en tono desesperado, le exigieron el otro celular.
-"¿Dónde está el celular suyo? Necesitamos el celular a la mano", pidió uno de los sujetos, los cuales, de acuerdo con la descripción de la mujer, parecían "apurados".
"Yo les explico que no lo subí, y comenzó a buscarme por todo lado a mirar si tenía cadena, aretes, anillos. Yo me quité la chaqueta y les mostré que no tenía nada y que no estaba escondiendo nada, pero en ese momento se me cayeron las llaves del carro. Él me dice: 'Ah, pero carro sí tiene, entonces como no tiene nada, nos vamos a llevar las llaves del carro'", describió.
Ambos, madre e hijo, seguían contra el suelo, con la mirada posicionada en las hojas secas que allí yacían y con la presión de una cuchilla en la espalda. En un momento, según aseguró, ubicaron al joven de 21 años frente a ella y logró ver cómo lo tenían sometido, al parecer, con un arma de fuego.
"Cuando se dieron cuenta que no había nada como de valor, le piden a mi hijo que abra la cuenta de Nequi y pues él solo tenía tres mil pesos", informó Azuero, quien empezó a notar que el robo había durado un tiempo considerable en el que los sujetos no parecían dispuestos a irse a menos que les dieran "plata".
"Necesitamos plata, necesitamos plata, que le transfieran al Nequi", repitieron los delincuentes y les exigieron, finalmente, un monto de 3 millones de pesos que algún familiar o allegado debía enviarles para salir con vida.
La mujer afectada por el robo en cerros orientales. Foto:Suministrada
La mujer de 56 años intentó dialogar con los sujetos y les dijo que lo máximo que podían darles era un millón o menos: "A la única persona que podemos pedirle es a mi hija, somos los tres no más, y no tiene más de un millón en el banco. Yo les comencé a humanizar la situación, diciéndoles que por qué están haciendo esto, como cambiándoles la versión".
Inesperadamente, María Mercedes recibió respuesta a sus preguntas. Uno de los señalados, el más calmado, como lo llama, le explicó que la causa era el gobierno actual, "que no ha hecho nada por nosotros, en este momento estamos pasando más hambre, peor que antes. Nosotros salimos de la cana y no nos dan oportunidades. No tenemos para mantener a nuestros hijos, yo tengo dos y él tiene tres hijos y tenemos que llevarles para los pañales".
La mujer les indicó que ella estaba en la misma situación: intentando cuidar a su hijo. "No tenemos nada más que darles", solicitó y, tajante, escuchó al otro hombre decir: "pues de malas, a los que les toco perder fueron a ustedes hoy".
La frase, hasta el momento, le sigue retumbando en su cabeza. Ella se quedó unos minutos en silencio mientras que los delincuentes intentaban que funcionara el celular para enviar mensajes, pero no había señal. "Mi hija no contestaba los mensajes", dijo.
Entre las amenazas, uno de los sujetos le llegó a decir que si no les enviaban las transacciones, se irían hasta con el carro. Sin embargo, el delincuente resaltó que, si les daban el dinero, estaban dispuestos a devolverles todas las cosas que les habían quitado hasta el momento.
Los hechos sucedieron en un sendero cercano a Quebrada La Vieja Foto:Suministrada
Pese a su voluntad, la conexión de la red no funcionaba y ni una llamada lograba entrar. Los señalados tomaron la decisión de separarlos: que el hijo bajara un par de metros en el recorrido hasta hallar señal, mientras que María Mercedes se quedaba en la zona.
"Mi hijo sí le dijo: 'No, a mi no me separan de mi mamá o por las malas nos vamos y nos vamos los dos'. Ellos hicieron caso y nos llevaron a otro sitio, ahí ya no lo conocía, nos alejaron del sendero. Nos volvieron a decir que nos agacháramos, pero yo dije: 'yo no camino más'. Yo no conozco esta parte y aquí ya hay señal. Les di la palabra de que nosotros consignábamos'", relató.
Finalmente, su hija mayor recibió los primeros textos, que la tomaron por sorpresa y la dejaron confundida por la cantidad de dinero que le estaba pidiendo su 'hermano'.
La joven, de 23 años, le envió una foto de su cuenta en la que se veía que solo tenía 900 mil. "Igual insistía que no iba a hacerlo a menos que le demostrara que era él el que estaba pidiéndolo y mi hijo pidió que la llamaran porque si no, no le iba a creer", recordó y narró cómo fue la incómoda y corta marcación, en la que se escuchaba a sujetos hablar de fondo, diciendo que "otros de la banda estaban esperando abajo", y la voz de su hijo menor llena de nerviosismo.
Para este punto, más de una hora y media había pasado y ambos hombres se veían cada vez "más impacientes", lo que aumentaba con cada segundo en el que la joven en la llamada hacía una pregunta que no podían responder sus familiares.
"Yo ya estaba muy angustiada, ya llevábamos mucho tiempo. Ya estaban agresivos, estaban desesperados. Yo le dije: 'Escúchame, vas a hacer exactamente lo que yo te estoy diciendo. Estamos en una situación grave, es una orden. Vas a girar la plata que tienes al Nequi de tu hermano ya mismo. ¿Me estás entendiendo la orden que te estoy dando?' Ella me dijo 'sí, ya mismo lo hago'. Así fue la única manera que reaccionó", añadió e indicó que la llamada se colgó.
Los señalados ladrones se quedaron con los 900 mil pesos y un poco más de dinero que tenía su hijo en una cuenta de Bancolombia. Al terminar el "trato" hecho en un principio, María Mercedes volvió a insistir que ya tenían la plata y que les devolviesen las cosas.
Uno de estos le lanzó el reloj, las llaves y le dijo: "Usted tiene buena energía y se ve buena gente yo le devuelvo su reloj. Lléveselo y váyanse". Tan pronto escucharon esa frase, sin mediar palabra se levantaron y empezaron a correr camino abajo.
María Mercedes cree que estas acciones sucedieron por su charla. Al parecer, mientras los tenían con las manos contra la espalda, ella empezó a contarles de su vida y sus proyectos: "Les decía miren yo soy corredora, estoy preparándome para una maratón, yo vengo acá porque me gusta el senderismo, porque amo este sitio, aquí es donde entreno".
La Policía Metropolitana de Bogotá le confirmó a EL TIEMPO que se tuvo conocimiento del caso este viernes, 21 de marzo. El mayor, Carlos Alberto León Sanchez, jefe de la Seccional de Carabineros, detalló que "una vez se estuvo al tanto en la unidad, de manera inmediata, bajo el liderazgo del General Giovanni Cristancho, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, se designa un personal de la seccional de investigación criminal así como de inteligencia".
Por lo pronto, con los testimonios de las víctimas, las autoridades tienen planeado dirigirse al lugar de los hechos y hacer un recorrido para establecer las identidades de los responsables.
La madre y víctima concluye que uno de los factores que incidieron para que el robo se diera fue justo el sendero que eligieron para hacer el recorrido de la mañana.
Las razones por las que las víctimas iban por otro camino de la zona
El hecho se presentó en la mañana del pasado jueves 20 de marzo Foto:Suministrada
La mujer de 56 años es endodoncista, con varios años de experiencia en el campo, y aparenta menos edad de la que se le asoma en su cabello negro, que se marca con unas leves canas en las raíces. María Mercedes, quien tiene dos hijos, se ha dedicado desde el año 2007 a especializarse en uno de sus 'hobbys' más queridos: correr.
Así lo describe Mercedes: "Siempre había hecho ejercicio, aunque el running no era parte de ello. Pero comencé a hacerlo, me inscribí en un grupo y seguí. Corrí la primera maratón en Buenos Aires en el 2010 y clasifiqué directamente para la maratón de Boston para el 2011. Ahí ya fue un amor completo por el 'correr'".
La deportista detalló que en esa misma época, en la que entrenaba para realizar los más de 42 kilómetros de la carrera en Estados Unidos, la más antigua del mundo, conoció "el sendero" de la reserva forestal del bosque oriental de la capital, donde suele hacer yoga, mindfulness y meditación y también entrenar para trail, disciplina que consiste en correr por senderos de montaña. "Allí es un sitio donde hay o con la naturaleza, para despejar", afirmó.
Quebrada La Vieja Foto:Suministrada
De hecho, expresó que iba tanto a la Quebrada La Vieja que en el aérea de excursionismo le dieron una entrada de caminante frecuente, la cual le permitía evitar la inscripción casi diaria para ingresar a los predios de la empresa de servicio público, que inicia desde la calle 71 con la avenida Circunvalar.
Sin embargo, su ruta cambió en 2023, cuando tuvo que pasar casi un año en reposo por una lesión que la obligó a ajustar su rutina y a perder los beneficios que le permitían un ingreso en sectores custodiados.
Hace aproximadamente un año, en 2024, la mujer se puso un nuevo objetivo: completar su séptima maratón, esta vez en Cali, lugar en el que se tiene planeado un evento de tres distancias. María Mercedes planeaba ir por la más alta, los '42K', por lo que en las más recientes fechas se acostumbró a tomar otros atajos para entrenar.
"No aparecía mi registro, me lo quitaron. Yo hablé con ellos y les dije 'pero ustedes me ven todos los días. Miren que tengo más de mil fotos'". Debido a la situación, tomó una decisión que considera "irresponsable": "Ya que yo no podía hacer lo que quería, a las hora que necesitaba, que es antes de entrar a trabajar, yo comenzaba a subir sola y fuera del sector, en el alternativo (...) Cada vez que subía les mencionaba que estaba los jueves, sábados y domingos".
La mujer precisó que el camino no solía estar solo y turistas, personas con sus mascotas y deportistas, preferían ir por dicho sector.
Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá se pronuncia sobre el caso
Al respecto, EL TIEMPO se comunicó con el EAAB, encargada de las rutas mencionadas, y fuentes de la entidad informaron que, a corte del viernes 21 de marzo, no se había recibido el reporte de la ciudadana.
Sobre la jornada del jueves, incluso se detalló que el programa de Caminos de los Cerros Orientales acompañó en la Quebrada La Vieja a 248 personas, quienes "realizaron sus recorridos desde las 6:24 a. m. con el acompañamiento de 8 funcionarios del proyecto distribuidos a lo largo y con presencia de personal de la Policía; la operación terminó a las 11 a. m.".
Sobre la seguridad en la zona, la empresa declaró que los puntos de excursión "únicamente abren la operación una vez se tenga garantizada la presencia y acompañamiento de la Policía y personal del proyecto" y que a los visitantes se les recomienda expresamente realizar sus visitas en los puntos autorizados, al igual que "se les invita a no adelantar a los guías o seguridad presente durante el recorrido".
El Acueducto corroboró con este medio que, además, María Mercedes no aparece en la base de datos de dicha fecha ni "hace parte del programa de Caminantes Frecuentes de los Senderos en la actualidad".