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La biblioteca de un barrio en Barranquilla que lucha por no cerrar
Por el covid se frenaron las ayudas. Intenta mantener el servicio a los habitantes de La Manga.
Biblioteca pública del barrio La Manga en Barranquilla. Foto: Kronos
Hace 11 años funciona en el barrio La Manga, rincón vivo de la cultura afrodescendiente en Barranquilla, una biblioteca pública que ha transformado la vida de muchos niños y adultos, y que, como el resto de esta capital, no ha sido ajena a los efectos negativos de la pandemia de covid-19.
La Manga es cuna de boxeadores y bailadores de ritmos afroantillanos, de humeantes cocinas en donde los fogones no descansan sosteniendo pesadas ollas con bollos y amplios calderos con dulce.
La biblioteca de La Manga se encuentra en la carrera 21 No. 84-37, en donde funcionaba ininterrumpidamente desde el 2010.
La fundadora y doliente de este proyecto es Carmen Villalba, ingeniera que creció por estas calles, y que compró un lote al lado de la casa de sus abuelos para abrir este espacio de lectura, estudio y crecimiento personal, en este sector marginal que ha sido estigmatizado como zona peligrosa e insegura.
Villalba asegura que en estos años ha logrado el reconocimiento del Ministerio de Cultura y Tics, de la Alcaldía, además de empresarios que se han sumado mantener viva la biblioteca. Es así como ha recibido donaciones de libros, computadores, tabletas y recursos para el sostenimiento del lugar.
Carmen Villalba es la directora y fundadora de la bibliteca. Foto:Kronos
“Esto no es solo un sitio lleno de libros y sillas, es un lugar de encuentro del barrio, donde además se lideran reuniones para analizar con la policía y los vecinos temas como la seguridad”, manifiesta Villalba.
En la biblioteca se reúne jóvenes con problemas de drogadicción y mujeres víctimas de violencia intrafamiliar para buscar ayuda. También es el lugar que les ofrece a los vecinos información de servicio sobre asuntos relacionados con servicios de la Registraduría, el Sisben y las empresas de energía o acueducto.
Antes e la pandemia, en el 2019 un total de 27.000 s visitaron la biblioteca. Foto:Kronos
En el 2019, antes de la pandemia, la biblioteca de La Manga fue visitada por 27.000 s. Fue la segunda biblioteca, categoría pequeña, después de la del municipio de Soledad, más visitada según el Ministerio de Cultura, y su programa de red pública de bibliotecas.
El covid frenó todo
La biblioteca de La Manga atraviesa una difícil situación económica agravada por la pandemia del coronavirus. Villalba cuenta que le toca sacar plata de su bolsillo para el pago de servicios, impuestos y sostenimiento del lugar, que se resiste a cerrar sus puertas de manera definitiva.
“El año pasado solo recibimos tres millones de pesos del Distrito, que fue para pagar los gastos del asistente bibliotecario y algo de los servicios”, contó ella.
La biblioteca de La Manga tiene 10 años funcionando. Foto:Kronos
En estos momentos, ella atiende sola la biblioteca. Todos los días cruza la ciudad, vive en el norte, para llegar a La Manga , abrir la biblioteca de 9:00 a.m. a 5:00 p.m., pero no permite el al sitio, en atención a las medidas de bioseguridad.
“No hay plata para comprar elementos de bioseguridad”, dice, por eso atiende desde la ventana a estudiantes, madres y personas del barrio que van en busca de información sobre servicios del Distrito o la Nación. En ocasiones presta libros y en otras les toma las fotos a las secciones que necesitan para responder alguna tarea y las envía por wasap.
Todas las cosas que hemos realizado en estos 10 años, la gente la reconoce como algo serio
“Todo está frenado”, dice ella para referirse a las ayudas económicas que recibía de la istración, el gobierno y empresarios que le dan la mano a la biblioteca.
“Tenía una persona de planta y seis voluntarios, y me tocó decirles que no volvieran porque no tengo cómo sostenerlos”, confiesa.
Villalba asegura que la biblioteca para funcionar y mantener todos los servicios que presta a la comunidad necesita de un presupuesto de unos 100 millones de pesos, lo que se invierte no solo en mantenimiento , sino en programas de lectura en parques y 11 colegios del barrio, en donde los niveles de deserción son altos, por falta de internet y conectividad.
Jóvenes de todas las edades asisten a diario a la biblioteca pública del barrio La Manga, una de las pocas que tiene Barranquilla. Foto:Carlos Capella / ELTIEMPO
Además de talleres de escritura y competencias comunicativas, que tienen mucha acogida. “Todas las cosas que hemos realizado en estos 10 años, la gente la reconoce como algo serio”, subraya.
Ha seguido tocando puertas en empresas privadas. Por lo pronto ya fue escuchada en una ferretería, que le regaló pintura para mejorar la fachada.
Pero entiende que no puede seguir sacando plata de su bolsillo para sostener este proyecto comunitario, porque su condición económica tampoco es fácil.
“Quiero emprender una campaña con empresarios para que aporten a los procesos de la biblioteca, podemos entregar certificados de donación, que les beneficiaran al momento de hacer sus aportes de impuestos”, enfatiza, pues no está dispuesta a dejar que el coronavirus la obligue a cerrar de manera definitiva las puertas de proyecto que hace parte de su forma de servir al barrio La Manga.