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En Antioquia buscan hacer público el páramo más pequeño de Colombia
El predio es de una familia desde hace 100 años. Ellos mismos han hecho el proceso de conservación.
Este páramo tiene más de 250 especies de fauna y flora. Foto: Cortesía Alcaldía de Bello
Las tierras delimitadas como zona del páramo de la Serranía Baldías fueron clasificas como de preservación ecológica y de recuperación para la biodiversidad, ubicadas dentro del área de reserva del occidente del Valle de Aburrá.
Tiene más de 250 especies de fauna y flora, entre ellas palmas de cera, cardos de páramo y los emblemáticos frailejones, de hojas carnosas y aterciopeladas, que retienen agua, crecen un centímetro al año y son extremadamente frágiles.
Al ser el páramo más cercano a una ciudad, y por sus condiciones ambientales, no es apto para ser visitado masivamente (actualmente está prohibido ir). Buscan protegerlo para que no caiga en manos de quienes lo exploten comercialmente, teniendo en cuenta que el desarrollo urbano y rural le viene pisando los talones a esta área rica en recursos hídricos.
Desde hace 100 años, los predios donde se ubica han sido propiedad de la familia Moreno Soto, que lleva a cabo su proceso de conservación desde hace más de cuatro décadas, debido a que este lugar es considerado el ecosistema proveedor de agua más cercano en el sector periférico de valle de aburra, el Occidente y Norte cercano de Antioquia.
El páramo está localizado en la Cordillera Central del departamento, aproximadamente a una hora de viaje, es decir, 30 km de distancia del valle de Aburrá. Se encuentra en jurisdicción de los municipios de Bello, San Jerónimo, San Pedro de los Milagros y Medellín, aunque más del 50 por ciento se encuentra en territorio bellanita, motivo por el que este municipio lidera su adquisición.
De acuerdo con la alcaldía de Bello, la dependencia de La Lonja especializada en valoraciones ecosistémicas es la encargada de hacer el avalúo y los estudios técnicos del lugar y entregará la próxima semana la propuesta de valorización, que básicamente le pone precio al lote y que será la base para presentar la propuesta de cofinanciación ante las demás entidades.
Este ecosistema es clave para la conservación del agua. Foto:Cortesía Alcaldía de Bello
Juan David Casas, secretario de Medio Ambiente de Bello, explicó que se busca crear una mesa de trabajo para articular a Empresas Públicas de Medellín (EPM), las dos autoridades ambientales: Corantioquia y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), la gobernación de Antioquia, el Ministerio de Medio Ambiente y las istraciones Municipales con incidencia en el páramo.
El páramo fue delimitado en 2016 por el Ministerio de Ambiente, con base en información enviada por Corantioquia, con una extensión de 860.84 hectáreas, 520 de ellas en jurisdicción del municipio de Bello, más precisamente en el corregimiento de San Félix.
“Nosotros tenemos un porcentaje del 1 por ciento de recursos de libre inversión del municipio, que se destinan para compra de predios para protección hídrica, pero en Bello eso son cerca de 1.600 millones de pesos anuales, ese monto no nos alcanzaría. Por eso estamos haciendo una gestión directamente ante el Ministerio de Medio Ambiente, para hacer una cofinanciación entre varias entidades”, explicó Casas.
La propuesta de valorización es de carácter técnico, una especie de peritaje, que deberá entrar a conciliarse con el propietario, que aunque es toda una familia, está a la cabeza de Horacio Augusto Moreno, representante de la misma. Luego de ello, Corantioquia como autoridad ambiental de la zona, que es rural, entregará una valoración que no otorga un precio sino un puntaje según la importancia del páramo.
“Ese predio ya tiene declaratoria de Distrito de Manejo Integrado, la declaratoria de páramo, entonces ya tiene como el visto bueno por parte de la autoridad ambiental con respecto a que sí es un predio que reviste una importancia vital para el ecosistema del valle de Aburrá”, aclaró el secretario, que contó que ya ha habido acercamientos con la familia propietaria, de la que destacó su labor.
Desde la perspectiva de la familia, es preciso que se lleve a cabo este proceso, teniendo en cuenta que a la fecha, ninguna entidad ambiental les ha incluido en el llamado Pago por Servicios Ambientales (PSA).
"Estamos en etapa de conversaciones y es muy importante porque el Estado debe ser el que maneje un ecosistema de esa naturaleza, no para un propietario, que no puede hacer nada en su predio y nadie le reconoce esa conservación", dijo Horacio Augusto Moreno, vocero de la familia.
Al sitio no pueden ir grandes cantidades de personas porque carece de un elemento técnico llamado capacidad de carga, motivo por el que no es un sitio de turismo ni de visitas masivas.
“Ese sitio se ha conservado porque nosotros controlamos el ingreso. Como es un páramo tan pequeño (constituye el 0.02% de los ecosistemas paramunos), un ecosistema tan frágil, no tiene capacidad de carga para recibir grandes grupos de personas, entonces si dejamos meter un grupo de 50 personas, pueden destruir en un momentico lo que se ha conservado durante todo el tiempo”, detalló Moreno, aclarando que sí reciben visitas con objetivos ciéntificos y educativos.
Los frailejones de este páramo. Foto:Cortesía Alcaldía de Bello
Su importancia por el agua
En la declaratoria del Ministerio a este páramo en 2016, Corantioquia señala que el ecosistema del páramo Baldías presenta múltiples y variados servicios ecosistémicos para el soporte de las actividades humanas, como la regulación del clima, nicho de fauna y reservorios de flora en sus diferentes componentes de acuerdo a clima y hábitat.
Aunque valora los otros servicios que el lugar presta al medio ambiente, el estudio hace énfasis en los componentes de provisión y regulación hídrica, ya que beneficia a unas 200 mil personas, es decir, no solo a los habitantes de este ecosistema sino a los pobladores de los municipios de Bello, Medellín, San Jerónimo y San Pedro ubicados en las partes medias y bajas aledañas a los polígonos del páramo.
En el páramo nacen las dos microcuencas más importantes de Bello, que son La García y El Hato, también surge la quebrada La Iguaná, que abastece una parte importante del corregimiento de San Cristóbal (perteneciente a Medellín), además de los acueductos de San Pedro y San Jerónimo, que también se nutren de esta cuenca hídrica.
“Queremos que se convierta en un patrimonio público y que las istraciones locales puedan contar con este espacio y que no esté en manos de privados, porque sabemos que, si bien hoy está en conservación, pues mañana pueden iniciar allí algún tipo de proyecto comercial. La idea es que podamos proteger ese espacio y mantenerlo como lo que hoy es, que es el punto de nacimiento de varias microcuencas del todo el valle de Aburrá”, concluyó Casas.
Los propósitos de adquirir los terrenos ya habían sido recomendados en el año 1952, en un estudio elaborado por la sección aguas de EPM, a cargo del ingeniero agrónomo Mariano Roldán, de la Universidad Nacional. No obstante, la familia confirmó que este acercamiento con la alcaldía de Bello es el primero que se ha hecho de manera oficial para la adquisición del páramo.