Tras conocerse que la muerte de María Ángel Molina, la menor de cuatro años que fue raptada y posteriormente asesinada por un hombre en Aguadas (Caldas), fue catalogada como feminicidio agravado por la Fiscalía, de los colectivos feministas de Manizales y Caldas se han pronunciado, indicando que ya pedían que así se catalogara. De igual manera, alzaron su voz en rechazo de la violencia contra la mujer, que -en lo que va del año- ha cobrado la vida de 13 víctimas en todo el país.
El Bloque Feminista de Manizales, conformado por 12 organizaciones de esta índole, refirió que su llamado es a dejar de “normalizar” este tipo de situaciones y piden condenas ejemplares para quienes comentan este tipo de delitos.
“Dejemos de justificar la violencia machista bajo la consigna del amor, dejemos de romantizar la violencia y sobre todo dejemos de normalizar estas atrocidades. No se pueden seguir perpetuando estas violencias y que el feminicida reciba una pequeña sanción mientras se apropia de la vida de una mujer y de una pequeña, como en este caso”, señalaron.
Jhoana Patiño, activista e investigadora en temas de violencia contra las mujeres y femicidio y miembro de este bloque, también se refirió a la situación que enfrenta hoy la madre de la menor, la cual fue doblemente víctima del hombre. A su juicio, todo empieza en la violencia de género, resaltando que en este caso no fue una mujer víctima, sino tres: La madre, su hija de 18 meses que fue raptada y María Ángel.
“En este caso y en otros similares donde pierde la vida una niña o una adolescente porque su victimario quiere vengarse de la madre, tanto ella como la niña son víctimas de violencia de género. A la madre se le está tratando de castigar por una circunstancia que casi siempre está asociada a su condición de mujer; porque eran pareja y se separaron, porque hubo violencia intrafamiliar y lo denunciaron, toda una serie de circunstancias que están alrededor de que la mujer madre que tiene unas obligaciones y unos roles que cumplir frente al varón y este cree que tiene el permiso de “cobrar su honor”. Todo se reduce a la violencia de género que sigue viéndose como un problema menor”, señaló la activista.
Estos colectivos hacen un llamado a la comunidad a identificar estos delitos como un “problema social de base y no como hechos aislados”, esto como la manera de combatirlos.
“El feminicidio es un problema social, cultural y político, no son casos aislados o está relacionado con problemas individuales como enfermedades mentales, o malas conductas del victimario; no puede entenderse así porque desdibuja la profundidad de este problema que nos compete a todos y todas, desde la sociedad civil hasta el Estado”, apuntó Patiño.
Finalmente, hacen un llamado a la inversión del Estado en temas como prevención de la violencia y atención a las víctimas. “Esta es una problemática que afecta la salud pública, somete los derechos de las mujeres y lacera la democracia; además, tiene costos económicos que no están ni calculados. Pero esto es prevenible, se puede evitar, por eso es fundamental entenderlo y atacarlo”, apuntó la activista en temas de género.
Por el momento, el país está atento a las condenas que se den frente a los 13 feminicidios y otros homicidios contra mujeres que se han conocido en lo que va del año y para los cuales se han pedido, de parte de diferentes organizaciones, penas ejemplares.
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