La invasión de campesinos que se registra desde el 19 de agosto en una área protegida de la Sierra Nevada en el sector de Don Diego, zona rural de Santa Marta, parece habérsele salido de control a las autoridades locales y departamentales.
El pasado viernes instituciones del Estado, fuerza pública y organizaciones de derechos humanos en atención al llamado urgente de la comunidad arhuaca, hicieron presencia en la zona e intentaron por medio del diálogo frenar la posesión del terreno.
No obstante, la ocupación irregular contrario a detenerse, se agudizó al punto que de 300 campesinos que rondaban el área, se estima que ya este fin de semana son alrededor de 2 mil las personas que pretenden radicarse en el predio de la hacienda Don Diego, ubicada en el sector de la Lengüeta salida al mar, en el poblado Katansama.
Lo único concreto es que es una situación delicada que se está saliendo de las manos
El panorama
En las redes sociales circulan fotografías y videos publicados por los hermanos mayores, ambientalistas y ciudadanos del común, que revelan la multitud que se viene tomando a la fuerza el terreno de casi 500 hectáreas que actualmente se encuentra en un proceso de extinción de dominio, bajo la responsabilidad de Parques Naturales.
Sobre la identidad y procedencia de los invasores, inicialmente se indicó que eran campesinos de diferentes puntos de la Sierra Nevada de Santa Marta, a quienes el Gobierno Nacional les ha incumplido en diferentes acuerdos; sin embargo, los indígenas tienen dudas al respecto, pues la mayoría de rostros que se ve en el terreno no son conocidos en la región.
Lo que si están seguras estas comunidades, según la Lider Arhuaca, Margarita Villafañe es que quienes invaden son impulsados por alguien que ejerce una gran presión que ni siguiera el Gobierno ha podido evitar.
“Nosotros le dejamos la investigación y los detalles a las autoridades, lo único concreto es que es una situación delicada que se está saliendo de las manos”, expresó Villafañe.
Manifiesto Arhuaco
En un manifiesto firmado por los pueblos Arhuacos Magdalena y La Guajira, enviado al presidente Ivan Duque y otras autoridades nacionales lanzaron el interrogante: ¿Quiénes están realmente detrás de esta acción por apoderarse del territorio indígena y de la Reserva Natural?
Al respecto respondieron que “muy seguramente el Ministerio de Defensa tiene la respuesta, porque es bien conocido el dicho que en la Troncal del Caribe no se mueve una hoja sin el permiso de las fuerzas ilegales. Incluso, hay varios centenares de personas que participan de esta acción han sido traídos de otras ciudades”.
De todas maneras reconocen que junto con la pérdida del control territorial por parte del Estado, existe un incumplimiento del Gobierno Nacional de acuerdos que se han construido durante años con los campesinos legítimos de la región para que se le reconozcan sus derechos sociales, productivos, al trabajo y al a la tierra.
“Estos derechos de los campesinos de la región han sido siempre respaldados por el pueblo Arhuaco. Sin embargo, ni el Gobierno del Expresidente Santos, ni el Gobierno del Presidente Duque han cumplido con esos compromisos”, sostuvo el comunicado.
Lerber Dimas Vasquez antropólogo y docente catedrático experto en violencia urbana y crimen organizado en la Sierra Nevada, también se refirió a esta problemática indicando que “la Lengüeta era una bomba de tiempo y las autoridades samarias lo sabían”. Incluso Dimas relacionó esta posesión ilegal de tierras con varios crímenes ocurridos en él área rural de Santa Marta.
“Hicieron caso omiso del asesinato de Orrego; de Natalia y Rodrigo y de la quema de la casa de control de parques. No vengan con el cuento de que esto es nuevo”, añadió en un comentario que publicó en sus redes.
El antropólogo igualmente considera que la invasión no es una decisión autónoma de los campesinos y que ha faltado decisión política para atender lo que viene sucediendo. “Ni el Estado ni el distrito, hicieron nada”, anotó.
Hicieron caso omiso del asesinato de Orrego; de Natalia y Rodrigo y de la quema de la casa de control de parques. No vengan con el cuento de que esto es nuevo
Daño ambiental
Margarita Villafaña, denunció que los campesinos con la toma de la tierra han causado un retroceso al progreso ecológico que se había conseguido en esta área de reserva natural durante los últimos años.
“Para adecuar el terreno y poder construir, están podando árboles y plantas y destruyendo el hábitat de muchos animales que han tenido que migrar a otros lugares”, precisó.
La presencia masiva de personas en el sector, en plena pandemia del covid-19, de la misma manera significa riesgo para la salud y vida de los arhuacos, especialmente de las 50 familias que habitan en la zona.
Esta preocupación también la expresan al Gobierno en su escrito donde detallan que “nos hemos mantenido en aislamiento en nuestro resguardo, y aun así seguimos en riesgo de exterminio físico y cultural por el ingreso de innumerables personas que atentan contra nuestro territorio, además violando las medidas de cuarentena y que podrían causar además de la ya consumada tragedia ambiental, el etnocidio de nuestro pueblo”.
Los indígenas pidieron al Gobierno Nacional y territorial desalojar a los invasores y reestablecer los derechos territoriales de los indígenas, campesinos y de la Nación, así mismo restablecer la seguridad y el orden público en la Sierra Nevada de Santa Marta; cumplir con los compromisos pactados con los campesinos de la región e instalar la Mesa Técnica Nacional para implementar el Plan de Atención en Salud para el control del Covid y para implementar el programa de seguridad alimentaria para los pueblos indígenas.
ROGER URIELES
Especial PARA EL TIEMPO
Santa Marta