En La Visita asistimos, como amigos íntimos, a la revelación de una verdad oculta entre los secretos a voces, las prohibiciones, las fantasías infantiles, las ausencias y los recuerdos de una familia marcada secretamente por la violencia.
Dos líneas temporales se entretejen en esta trama laberíntica. En una, las fantasías inocentes de Manuel y los recuerdos de Violeta llenan los vacíos dejados por un padre ausente y una madre que evade las preguntas punzantes.
En otra, Ángela, madre de Violeta y Manuel, recorre las viejas heridas de su pasado: el desplazamiento forzado, la última canción de su padre, las crueles burlas de una ciudad hostil, el amor roto por la persecución política y otros episodios que la obligaron a silenciar su propia verdad para sobrevivir y proteger a su familia.
Como propuesta teatral, La Visita establece una atmósfera íntima que convierte al espectador en un amigo de la casa o en un pariente cercano, que es a la vez testigo y partícipe del drama familiar.
En la obra, la música, las luces y los objetos son presencias de una memoria silenciada, pero viva: una chaqueta empolvada es el espejismo de un padre, un bolero es el eco de un amor perdido, un colador de café es el recuerdo de un abuelo y una vieja marioneta es el anhelo de una madre en el exilio.
La memoria golpea la puerta y pugna insistentemente por entrar. En la casa no solo está la familia protagonista de esta historia, sino también cada uno de los espectadores. En este sentido, la obra genera un lazo fraterno que despierta en los asistentes las resonancias de su propia memoria, que se expande y evoca ese pasado que no solemos nombrar.
La Visita nace de la tesis 'La guerra que no vivimos: palimpsesto familiar', escrita por el director del grupo, José Luis Mondragón, para la Maestría en Construcción de Paz de la Universidad de los Andes. Una investigación narrativa sobre cómo las familias recuerdan el conflicto armado “que no vivieron en carne propia”.
Y es que, ¿en qué familia no hay una abuela que migró del campo huyendo de la guerra, una madre que militó en algún movimiento universitario o hasta un padre desaparecido en las convulsiones de la violencia?
Los rastros de esa experiencia común motivaron esta creación colectiva del Teatro Al Alba. Actores y actrices del grupo rastrearon estas huellas en sus propias familias y, a lo largo de un proceso creativo de más de año, construyeron este microuniverso familiar, que es a la vez un retrato intimista de miles de familias que hoy conforman las grandes ciudades.
La obra es una oportunidad de darle cuerpo, voz y vida a los secretos familiares. Es una invitación a reconciliarnos con ellos, a volverlos a ver sin juzgarlos, a darles un lugar en el escenario y, ojalá, en nuestras propias vidas como colombianos.
La Visita, una obra que nos invita a encarar la verdad a través del fascinante hechizo del teatro, tendrá únicamente tres funciones,
del 19 al 21 de agosto a las 7 p.m. en la Sala Seki Sano de Bogotá en el teatro Seki Sano (Calle 12 # 2-65). Aquí puede adquirir sus boletas:
https://www.eticketablanca.com/evento/la-visita-agosto-2021/Raúl Durán Ayala
Crítico teatral