“Él no es un ángel, pero es increíblemente humano”. Así es como Brendan Fraser describe a Charlie, el protagonista de La ballena (2022), un profesor de inglés agobiado por una obesidad severa y que, en un último intento por enmendar errores del pasado, busca reconectarse con su hija Ellie (Sadie Sink), a la que abandonó cuando ella tenía ocho años.
La película, que ya se encuentra en las salas del país, distribuida por Cine Colombia, acumula 34 premios y 118 nominaciones –entre ellas tres a los Óscar por mejor actor (Brendan Fraser), mejor actriz de reparto (Hong Chau) y mejor maquillaje y peinados–. Se ha consolidado como uno de los trabajos más retadores de Fraser en sus 30 años de carrera.
La ballena, dirigida por Darren Aronofsky, el mismo detrás de cintas como El cisne negro (2010) y Réquiem por un sueño (2000), es la adaptación cinematográfica de la exitosa obra teatral con el mismo nombre escrita por Samuel D. Hunter, que narra muchas de sus vivencias personales como hombre gay y en su lucha con el sobrepeso y la ansiedad alimentaria.
Aronofsky la vio por primera vez en 2012 y quedó absolutamente fascinado. Habló con Hunter para volver su obra una película y allí se abrieron retos para cada uno: Hunter se dedicó a adaptar el guion para cine –que, por insistencia de Aronofsky, no debía salir del apartamento de Charlie–, y el director debía encontrar a la persona indicada para el papel.
“Consideré a todo el mundo –estrellas de cine, desconocidos y perdonas que no fueran actores– pero ninguno cuadraba para el papel”, recuerda Aronofsky, y confiesa que le tomó diez años encontrar al intérprete de Charlie. “Necesitaba a alguien a quien le creyeran que era Charlie, pero que a la vez tuviera una profundidad increíble”, concluye.
La metamorfosis de Fraser
Entonces pensó en Brendan Fraser y en febrero de 2020 decidió reunirlo con el resto del elenco para hacer una lectura del guion en un teatro de Nueva York. No tomó mucho tiempo para que tanto Aronofsky como Hunter estuvieran de acuerdo en que habían encontrado a la persona indicada. “Él realmente entendió lo que era sentir la pérdida de la manera como lo hacía Charlie. Y entendió que si lo interpretaba desde un lugar oscuro y melancólico la historia iba a morir, entonces lo que Brendan hizo fue conectar con la alegría y el amor que hay en Charlie”, afirma Hunter.
Una vez asegurado el personaje, surgió la cuestión de la representación de la obesidad. Tenían que hallar la manera de convertir a Fraser en un hombre de 275 kilos. Y si bien el actor subió de peso, eso jamás habría sido suficiente. Por eso los productores decidieron pasarlo por un escáner que moldeó su cuerpo para que así pudieran desarrollar las prótesis que iba a necesitar. El resultado fue un traje de aproximadamente 50 kilos y rutinas de maquillaje de hasta 6 horas para darle vida al protagonista de la historia.
Él realmente entendió lo que era sentir la pérdida de la manera como lo hacía Charlie
Mientras tanto, Fraser y Aronofsky se dedicaron a estudiar todo lo que había que saber sobre la obesidad, pues creían que esta era una oportunidad de hacer una representación honesta de las personas que la padecen. “Desgraciadamente, muchos de los personajes retratados en los medios y que viven con obesidad reciben un trato horrible: o son humillados o se burlan de ellos”, dijo el director a Vanity Fair.
Para ello decidieron consultar a la doctora Rachel Goldman, psicóloga especialista en desórdenes alimentarios y el tratamiento de la obesidad y miembro de la Coalición de acción contra la obesidad (OAC, siglas en inglés). Ella, además de dar pautas para la interpretación de Fraser, logró ar al equipo con personas que estaban dispuestas a hablar en profundidad de su experiencia viviendo con obesidad. “Aprendí después de hablar con estas personas que, como todos, quieren que sus historias sean contadas y que se cuenten con justicia y honestidad. Esa fue una de mis motivaciones, apuntarle a ser completamente auténtico”, afirma Fraser.
Con todas las piezas en su lugar, la película vio la luz por primera vez en septiembre de 2022, durante el Festival de Cine de Venecia, en el que Fraser consolidó su poderoso retorno a la industria cinematográfica. Porque no solo se trató de una transformación física del actor, sino también de una recuperación después de un largo periodo en el que su carrera parecía haber llegado a su fin.
Retorno con gloria
“Me ha llevado 32 años llegar hasta aquí, estaba en una zona oscura y ahí es donde me encontraron”, dijo Fraser en su discurso en los Critic’s Choice Awards tras ganar el premio a mejor actor el 15 de enero. Parte del gran recibimiento que ha tenido La ballena se debe a que se ha visto como el gran retorno del actor.
Fraser se volvió famoso por papeles en los que interpretaba personajes ingenuos y divertidos. Muchos lo recuerdan por La momia (1999) y George de la selva (1997), y por mucho tiempo se enfrascó en ese tipo de roles, cada vez con menos éxito. Sus producciones dejaron de recaudar dinero y, después de un bochornoso episodio en los Globos de Oro de 2010, parecía que Hollywood había dejado de tomarlo en serio.
A esto se le sumó que Fraser atravesó en los últimos años una fuerte depresión, causada en parte por un hecho que denunció en 2018 a la revista GQ, en la que afirmó que había sido víctima de acoso sexual por parte de Philip Berk, entonces presidente de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, los responsables de los Globos de Oro. Razón por la cual, no obstante haber sido uno de los favoritos para la última edición de premios por su papel en La ballena, el actor declinó la oferta y no se presentó a la ceremonia.
Una de las razones por las que Aronofsky lo escogió fue porque quería a alguien que, como el protagonista de la película, necesitara una segunda oportunidad. Fraser reconoce que desde un principio se sintió intimidado por la producción, pues requería una labor mental y física extenuante.
“Tuve que combinar todo lo que había aprendido en mi vida profesional, tomar todos los elementos de construcción del personaje y volverlos uno solo, a la vez que organizaba todo dentro de mí en esa misma línea”, afirma el actor. Y expresa gratitud por lo que logró durante el rodaje de la película: “Todo lo que tengo lo dejé en esa pantalla, no hay nada que me haya guardado. Fue un intenso viaje personal y salí al otro lado completamente cambiado”.
SANTIAGO GÓMEZ CUBILLOS
ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO
En Twitter: @SantiagoGomez98