El 10 de enero de 1976 se estrenó la que, hasta el día de hoy, permanece como una de las películas más controvertidas y explícitas de la historia. ‘Saló’ o ‘Los 120 días de Sodoma’ fue el último filme dirigido por Pier Paolo Pasolini y, desde antes de su estreno, parecía que traería problemas.
Su argumento relata los últimos días oscuros del fascismo italiano por medio de cuatro funcionarios que reúnen a 18 personas, entre hombres y mujeres, para causarles daño físico, psicológico y sexual.
Los acontecimientos criticados inician cuando los protagonistas, el Presidente, el Duque, el Obispo y el Magistrado, empiezan a explotar sexualmente a sus víctimas.
Durante las cuatro partes en las que se divide el largometraje, (Anteinferno, Círculo de las manías, Círculo de la mierda y el Círculo de la sangre), los actos se van volviendo más sádicos hasta el punto de ocasionarles la muerte a muchos de los implicados.
Sus escenas de sexo no consensuadas, la ingesta de materia fecal, la muestra explicita de escenas de sexo y genitales fueron criticadas e incluso censuradas en algunos teatros.
En Australia, por su parte, fue vedada de los cines en 1976, permitida en 1993 y recensurada de nuevo en 1998.
En Inglaterra, ‘Saló’ fue retirada de la cartelera de Londres a los tres días de haberse iniciado su exhibición, a consecuencia de las quejas de un espectador.
El último trabajo
Como se afirmó con anterioridad, ‘Saló’ fue la última película que Pier Paolo Pasolini iba a estrenar semanas antes de que este fuera asesinado brutalmente en 1975.
La revista cultural estadounidense ‘Garage’ asegura que la razón de su muerte fueron los golpes propinados por un joven de 17 años que afirmó que el director estaba coqueteando con él. Sin embargo, luego de 30 años del suceso y siete de estar en la cárcel, el mismo hombre rectificó que esa no había sido la verdad sino que había sido obligado por quienes querían acabar con las ideas comunistas que profesaba Pasolini.
Luego de su muerte, el productor de ‘Saló’, Alberto Grimaldi, fue condenado a dos meses de prisión y el material fue confiscado. Es por esto que, aunque la película fue terminada en 1975, se pudo estrenar hasta un año después, tras un fallo ordenado por el Tribunal Supremo, en el cual afirmaban que se le debía entregar el material a sus dueños originales.
A pesar de su trágico final, este director tuvo más trabajos que se destacaron, entre ellos: ‘Edipo’ (1967), ‘El hijo de la fortuna’ (1967), ‘Porcile’ (1969), ‘Los cuentos de Canterbury’ (1972) y ‘Las Mil y una noches’ (1973).
Incluso, distintos medios aseguraron que ‘Saló’ era la primera película de una trilogía que se llamaría ‘La trilogía de la muerte’, la cual sería la contraparte de ‘La trilogía de la vida’ que había filmado antes el mismo director.
¿Cómo se origina ‘Saló’?
En realidad, Saló fue el nombre de una república creada entre 1943 y 1945 por Benito Mussolini, conocida por ser la última en presentar resistencia ante el grupo de los aliados de la Segunda Guerra Mundial. Los hechos que se desarrollan en la película son llevados a cabo por hombres que habitan allí.
La trama en sí tampoco es completamente original, pues está basada en el libro ‘Los 120 días de Sodoma’, escrito por el Marqués de Sade. La novela de este polémico escritor relata las aventuras de pasión y sadismo que vivieron un aristócrata, un eclesiástico, un banquero y un juez de Francia durante cuatro meses.
Al igual que en la cinta, ellos secuestran a un grupo de mujeres y hombres y practican todo tipo de actividades sexuales que se dividen en ‘Pasiones simples’ y ‘Pasiones complejas’.
Cabe resaltar que esta obra original también fue objeto de censura y recibió extensas críticas que la acusaban de ser pornográfica, excesiva y pervertida.
De acuerdo con críticos del cine, la idea que quería transmitir Pasolini en ‘Saló’ era la corrupción de las personas cuando se encontraban en posiciones de poder, pues con los beneficios que este les traía era más fácil abusar de los derechos de otros no tan poderosos.
Además de ser una crítica directa al fascismo de Benito Mussolini, el largometraje también defendía la idea de que las personas aceptaban más los horrores cuando estos eran llevados a la ficción que cuando presenciaban este en la realidad.
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