El polémico negocio de transformar las cenizas de los muertos en árboles, cuadros y diamantes: las familias pagan hasta $ 180 millones

Los destinos tradicionales para las cenizas de cremación suelen ser su almacenamiento en urnas o su esparcimiento en lugares significativos. Sin embargo, algunas familias han explorado alternativas más creativas y simbólicas como una forma de inmortalizar a sus seres queridos fallecidos.

Una de estas alternativas incluye la transformación de las cenizas en objetos especiales, como árboles, pinturas e incluso diamantes genuinos. Estas opciones pueden tener un costo elevado, llegando hasta R$ 260 mil (aproximadamente 189 millones de pesos colombianos), pero para muchos, el valor emocional que representan es incalculable.

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Un ejemplo de esta tendencia es lo que hizo la ex esposa de Jô Soares. En el documental 'Un beso de Gordo', disponible en Globoplay, Flávia Soares mostró una pequeña piedra preciosa creada a partir de las cenizas del presentador. 

Durante una entrevista en el programa 'Conversa com Bial', Flávia expresó: "Es muy pequeño, no es algo que tenga valor comercial, pero tiene todo el valor del mundo para mí", destacando el profundo significado personal de este objeto.

En Belo Horizonte (MG), otra Flávia tomó una decisión distinta para honrar la memoria de su hija, Gabriela Muller, una joven arquitecta que falleció a los 25 años a causa de la leucemia. 

En lugar de optar por los destinos tradicionales para las cenizas, decidió transformarlas en un Ipê amarillo. Este árbol ahora está plantado en un bosque diseñado específicamente para este propósito en Nova Lima (MG).

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Flávia Muller expresó que la experiencia de visitar el lugar donde se encuentra el árbol es muy reconfortante. "Me siento muy bien allí. Ni siquiera se puede comparar con un cementerio. No tiene nada que ver con eso. Incluso hemos hecho un picnic, hay mariposas, canto de pájaros", comentó, destacando la atmósfera serena y natural del bosque, que contrasta con la tristeza asociada a los cementerios tradicionales.

Estas nuevas formas de homenajear a los seres queridos están resignificando el proceso de duelo, ofreciendo alternativas que van más allá de lo convencional. Esta tendencia también está generando nuevas oportunidades de negocio y dinamizando el mercado funerario en Brasil. 

Pequeños empresarios han encontrado un nicho en la creación de joyas personalizadas a partir de las cenizas, tanto de personas como de mascotas. Además, existen otras opciones innovadoras, como enviar los restos al espacio, lo que añade una dimensión completamente nueva a la manera de recordar a los seres queridos. 

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En Brasil no existe una legislación federal específica que regule la dispersión de cenizas de cremación en ambientes naturales ni la comercialización de productos elaborados con ellas. Así lo explica el abogado Berlinque Cantelmo, socio de Cantelmo Advogados Associados. 

Según Cantelmo, en general, las familias tienen la libertad de disponer de las cenizas como deseen, siempre que respeten las normativas generales de salud pública y saneamiento. Algunas ciudades del país han implementado regulaciones propias para abordar esta cuestión, pero no existe una norma unificada a nivel nacional.

En el caso de Flávia Muller, la decisión de cómo disponer de las cenizas de su hija, Gabriela, fue un proceso emocionalmente complejo. La noche del 7 de agosto de 2020, un médico acudió a su hogar con la difícil tarea de informar que su hija, de 25 años, hospitalizada en coma debido a la leucemia, no tenía esperanza de recuperación.

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Frente a la devastadora noticia, Flávia compartió sus sentimientos: "Lo sentimos, ¿sabes? Y me dirigí al médico y le dije: 'No puedo enterrar a mi hija, hacer todo ese ritual para una niña llena de vida'".

Fue en ese momento de dolor cuando Flávia y su familia conocieron, gracias al médico, la propuesta de un nuevo emprendimiento que ofrece transformar las cenizas de cremación en árboles. La mañana siguiente, cuando Gabriela falleció, este fue el destino elegido para sus cenizas, convirtiéndose en un símbolo de vida y renovación para su familia.

El proceso para transformar las cenizas de cremación en un árbol comienza con la elección por parte de la familia del tipo de árbol y el lugar específico dentro del parque en Nova Lima (MG) donde se plantará. La primera ceremonia consiste en la siembra de la plántula, en la que las cenizas se mezclan con la tierra que contendrá la semilla elegida por la familia.

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Una vez sembrada, la planta se mantiene en el centro de incubación en Belo Horizonte (MG) por un período de hasta dos años. Durante este tiempo, se asegura que la plántula esté suficientemente desarrollada y lista para ser trasladada al suelo del parque.

Cuando llega el momento, la familia lleva a cabo una segunda ceremonia, en la que se realiza la plantación definitiva del árbol en el parque.

Este innovador sistema fue desarrollado desde un enfoque técnico-científico en colaboración con la Universidad Federal de Viçosa (UFV), según explica Hugo Tanure, fundador de Parque Brasil, el grupo de soluciones funerarias que incluye a BioParque.

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 Tanure destaca que "esta tecnología permite que la semilla aproveche las cenizas para crecer, al nutrirse con los minerales resultantes de la cremación". De esta manera, las cenizas se convierten en un elemento vital para el crecimiento del árbol, simbolizando un ciclo de vida que se renueva. 

Actualmente, rendir un tributo mediante la plantación de un árbol a partir de las cenizas de un ser querido tiene un costo que oscila entre R$ 15 mil (11 millones de pesos colombianos) y R$ 20 mil (14 millones de pesos colombianos), sin incluir el valor de la cremación. 

Además del árbol individual, las familias tienen la opción de adquirir un jardín con cuatro árboles o incluso un bosque más exclusivo, que incluye hasta 20 árboles.

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Selma Capanema, ejecutiva de negocios del emprendimiento, detalla que en las modalidades de jardín y bosques, las familias pueden contratar servicios adicionales de ornamentación y paisajismo exclusivos.

"Se pueden alquilar tótems de vidrio para identificar a la persona homenajeada, con foto, código QR, pajarera...", enumera Capanema, destacando las diversas opciones personalizadas que pueden acompañar a estos espacios conmemorativos.

En el caso de Gabriela, la familia optó por comprar un jardín en el parque. Recientemente, también plantaron en el lugar un jacarandá, utilizando las cenizas de la abuela de Gabriela. 

Flávia, su madre, comparte que "se cumplirán cuatro años de la muerte de mi hija y, por lo menos cinco veces al año, voy allí [al parque], en fechas especiales, en su cumpleaños, el Día de la Madre... para oler mi ipê amarillo", subrayando la conexión emocional y el consuelo que encuentra en este espacio conmemorativo.

Los diamantes creados a partir de cenizas de cremación son posibles gracias al carbono presente en estas, un elemento clave que permite su transformación en diamantes genuinos mediante un proceso artificial. 

Este proceso imita lo que ocurre en la naturaleza, como explica Cassandra Terra, especialista y docente del Departamento de Geología de la Universidad Federal de Ouro Preto (UFOP).

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"Hay un método que se acerca lo más posible a lo que sucede en la naturaleza. Toman el carbono, que puede provenir de la naturaleza o de las cenizas de alguien, y lo ponen en hornos de alta presión y alta temperatura para sintetizar el material", detalla Terra.

Mylena Cooper, empresaria y propietaria de una red de servicios funerarios en la región sur de Brasil, conoció esta tecnología en ferias internacionales dedicadas al sector y decidió establecer un laboratorio de fabricación en Curitiba (PR). 

Los diamantes se producen utilizando 300 gramos de cenizas, pero también pueden crearse a partir de hebras de cabello humano o incluso de pelo de mascotas, que también contienen carbono. El valor de estos diamantes varía según su tamaño y color, y puede alcanzar hasta R$ 260 mil (un poco más de 180 millones de pesos). 

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Sin embargo, "el diamante que más se vende cuesta alrededor de R$ 5 mil" (aproximadamente 3 millones de pesos), afirma Mylena, directora de El Diamante. Todo el proceso de producción, que incluye el tiempo en el horno y el trabajo de lapidación, dura aproximadamente tres meses.

Los clientes tienen la opción de quedarse solo con el diamante, o pueden optar por adquirirlo ya montado en joyas como pendientes o anillos. La producción de la piedra puede realizarse tanto con cenizas almacenadas durante un largo período como con cenizas de una cremación reciente. 

Mylena comparte una experiencia personal al respecto: "Mi abuela fue enterrada y, años después, murió mi abuelo, quien fue cremado. Luego exhumamos el cuerpo de mi abuela, hicimos la cremación e hicimos diamantes con las cenizas de los dos juntos, uno para cada hermano". 

El envío de cenizas al espacio es un servicio innovador que algunas empresas brasileñas ofrecen, en colaboración con compañías estadounidenses. Este tipo de tributo ha ganado notoriedad, especialmente después de que las cenizas del actor James Doohan, conocido por su papel como Scotty en la serie Star Trek, fueran enviadas al espacio.

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En el negocio de Mylena Cooper, la asociación se realiza con la empresa Celestis, y los costos de estos servicios varían entre R$ 25 mil (cerca de 18 millones de pesos colombianos) y R$ 82 mil (Aproximadamente 60 millones de pesos colombianos) dependiendo de la opción seleccionada. 

En la opción más económica, una nave espacial lanza cápsulas de vuelo que contienen las cenizas al espacio exterior. Después de experimentar la gravedad cero, las cápsulas regresan a la Tierra y se devuelven a las familias. 

En la opción más costosa, las cenizas se envían como una "carga secundaria" en naves espaciales comerciales y científicas, y permanecen en el espacio de manera indefinida. También existen vuelos que permiten que las cenizas orbiten alrededor de la Tierra o incluso aterricen en la Luna.

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Además, las familias pueden optar por seguir el lanzamiento del cohete en persona, pagando el viaje por separado. Estos lanzamientos suelen tener lugar en Florida o México, según explica la empresaria Mylena Cooper. 

Si los familiares no pueden asistir al evento, tienen la opción de verlo a través de una transmisión en vivo, lo que permite que participen en este tributo único desde cualquier parte del mundo.

En el sector funerario, las innovaciones no solo provienen de grandes empresas, sino también de pequeños empresarios que han encontrado nichos específicos para ofrecer servicios únicos. 

Un ejemplo es la artista Flávia Lemos, de Río de Janeiro (RJ), quien identificó una oportunidad en el mercado mientras trabajaba produciendo rios para mascotas. "Tenía una marca de lazos para perros, rios de lujo, y seguía varias páginas de Instagram relacionadas con ella. Hasta que un día vi a alguien haciendo esas joyas afectivas y pensé que era interesante", comenta Flávia.

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Hoy en día, Flávia fabrica piezas de resina a partir de cenizas de cremación, tanto de mascotas como de personas. Sus creaciones incluyen colgantes, amuletos, dijes de pulseras y objetos como placas y pirámides, que permiten eternizar a los seres queridos de una manera tangible y personal. 

El proceso comienza cuando Flávia recibe las cenizas por correo y las tamiza para eliminar el polvo más fino, que no se ve estéticamente agradable en las joyas. Luego selecciona las partículas más grandes y las mezcla con la resina. "Doy un máximo de 20 días hábiles", explica la propietaria de Sublime Amor Biojoias.

Los productos que Flávia ofrece tienen un costo que comienza en R$ 119 (87.624 pesos colombianos) y no se limitan solo a cenizas de cremación. También se pueden crear para conmemorar otras etapas importantes de la vida, utilizando elementos como cabello, dientes de leche e incluso leche materna, lo que permite a los clientes preservar recuerdos significativos de diversas formas. 

Julyana Czezacki, una emprendedora de Maringá (PR) con licenciatura en moda, también se ha especializado en el segmento de joyería personalizada con cenizas de cremación. 

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Ella fabrica joyas de murano, un tipo de vidrio artesanal, que tienen un costo que oscila entre R$ 300 y R$ 600. Julyana describe su proceso creativo: "Derrito [el vidrio] y pongo un poco de ceniza. Hay vidrio de color en el interior, cenizas y una capa de vidrio transparente en el exterior. Luego se mete en el horno".

Además de atender pedidos privados, Julyana ha establecido una asociación con un crematorio, lo que permite ofrecer su servicio de joyería personalizada directamente a los clientes que buscan una manera especial de recordar a sus seres queridos.

La empresa de Julyana atiende a los tres estados de la región sur de Brasil y, además de las joyas de murano, ofrece diversas opciones para almacenar cenizas. Entre estas se incluyen urnas decorativas, urnas solubles en agua para disposición en ambientes acuáticos, y biournas diseñadas para plantar, lo que añade un enfoque ecológico a las formas tradicionales de rendir homenaje a los fallecidos.

Otra opción que ofrecen algunos crematorios es la posibilidad de encargar un cuadro hecho con cenizas, una obra creada por el artista José Adalberto Boh, originario de Maringá (PR). 

Aunque este servicio no tiene una alta demanda, según Cézar Przybysz, gerente de operaciones del Crematorio Angelus, representa una forma única y personalizada de rendir homenaje a un ser querido.

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La técnica de Boh consiste en mezclar las cenizas con pintura acrílica de resina y polvo de mármol. El proceso de creación de la obra de arte dura aproximadamente 90 días, y el costo oscila entre R$ 4 mil y R$ 5 mil (aproximadamente 3 millones de pesos) , detalla el artista, quien a sus 80 años sigue activo en su oficio.

"Ahora estoy pintando al padre de un caballero de Curitiba", comenta Boh, y añade: "También lo he hecho por una nieta que perdió a su abuela y quería llevar el cuadro a su boda".

En São Paulo (SP), la artista Cláudia Eleutério también trabaja con cenizas, pero su técnica implica mezclarlas con pintura al óleo. Cláudia ha patentado lo que denomina "arte pictocrematorio" y ya ha pintado a su propia abuela utilizando esta técnica. 

Esta forma de arte ofrece a las familias una manera de mantener viva la memoria de sus seres queridos a través de una obra tangible y significativa.