El té que es un potente antioxidante, fortalece el corazón y depura el cuerpo

El saúco, científicamente conocido como Sambucus nigra, es un arbusto que crece en las regiones templadas de Europa, América del Norte y Asia. Se caracteriza por sus pequeñas flores blancas y bayas de color negro o rojizo. Antiguamente, los egipcios lo utilizaban para tratar quemaduras y como tónico fortalecedor.

Este arbusto, que alcanza su altura máxima en 10 años, crece en altitudes que varían desde los 20 hasta más de 3,000 metros sobre el nivel del mar, en una variedad de hábitats que van desde bosques de montaña hasta entornos tropicales.

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Las flores y frutos del saúco son comestibles, y la infusión hecha con sus flores aprovecha sus propiedades terapéuticas.

El té de saúco tiene numerosas aplicaciones terapéuticas, especialmente en el tratamiento de gripes y resfriados.

“Posee muchas propiedades que pueden aprovecharse tanto de las flores como de las bayas. Es una planta con funciones antiinflamatorias, antisépticas y también tiene efectos antivirales”, explica Yael Hasbani, Health Coach especializada en Nutrición Holística.

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El fruto del saúco, de color rojizo fuerte, debe su tonalidad a los fitoquímicos que aportan propiedades antioxidantes, combaten el daño celular y refuerzan el sistema inmunológico.

Su perfil nutricional es notable, con componentes como:

• Ácidos: sus bayas contienen ácido málico, ácido cítrico, ácido oxálico y, en menor medida, ácido linolénico.
• Aceites esenciales: tanto las flores como las bayas tienen aceites como alfa-terpineol, betulina, geranil y beta-amirina.
• Vitaminas: los frutos del saúco contienen vitaminas A, B1, B2, B3, B7 y C.
• Minerales: incluye pequeñas cantidades de potasio, hierro, calcio, sodio, manganeso, fósforo, magnesio y zinc.

Aunque el té de saúco es el método de consumo más popular, también se pueden utilizar jarabe o extracto de saúco, elaborados a partir de las bayas, para obtener sus beneficios.

“El té de sauco es muy efectivo para tratar cuadros virales de resfríos mientras que el jarabe y el extracto –que son diluidos en agua– sirven para combatir afecciones puntuales de la garganta dadas sus altas concentraciones”, afirma Hasbani.

Hasbani explica que el jarabe y el extracto generalmente se consumen puros, en una dosis máxima de una cucharada. En cambio, el té de saúco se prepara infusionando una pequeña cantidad de flores secas en agua caliente.

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Se recomienda esperar unos 5 minutos antes de colar la infusión y se destaca que llevarla a ebullición puede reducir sus propiedades y eficacia.

La riqueza en compuestos beneficiosos y su historia de uso medicinal resaltan la importancia de esta infusión como una aliada para la salud integral, siendo ampliamente estudiada en el ámbito científico. Algunas pruebas destacadas incluyen:

• Tratamiento de gripes: un estudio de la Universidad de Queensland, Australia, demostró que la infusión de flores de saúco y el extracto de bayas (300 mg, tres veces al día) pueden reducir la intensidad y duración de los síntomas de gripes y resfriados.
• Salud cardiovascular: debido a su alto contenido de antocianinas –pigmentos vegetales que dan su color intenso–, es beneficioso para el corazón. Un estudio publicado en el British Journal of Nutrition encontró que la ingesta de seis tipos de flavonoides del saúco reduce significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
• Efecto depurativo: la investigación “Efecto de extractos de Orthosiphon stamineus Benth, Hieracium pilosella L., Sambucus nigra L. y Arctostaphylos uva-ursi (L.) Spreng” concluyó que el extracto hidroalcohólico de saúco aumenta la frecuencia urinaria y la excreción de sales.

Hasbani menciona la dificultad de encontrar estos derivados del saúco en los comercios. Además, advierte sobre la importancia de verificar la procedencia de las flores, extractos o jarabes, ya que “hay partes de la planta que pueden llegar a ser tóxicas, en especial sus hojas”.

Mujeres embarazadas, madres lactantes, niños y bebés no deben consumirlo porque esta planta puede provocar interacciones a nivel placentario, según señala Hasbani.

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Otro grupo que debe tener precaución son los inmunodeprimidos, es decir, aquellas personas con un sistema inmunitario debilitado.