En una tranquila comunidad suburbana al norte de
Oklahoma City, Estados Unidos, un niño de 11 años quedó boquiabierto al hacer un descubrimiento inusual mientras
pescaba en el estanque detrás de su casa.
Charlie, acompañado de su madre Janna Clinton, disfrutaban de una tarde como tantas otras, sin imaginar que pronto se encontraría cara a cara con una asombrosa sorpresa.
El pequeño pescador estaba concentrado en su tarea cuando de repente se escucharon gritos de emoción provenientes del estanque.
"¡Oh, Dios mío, mamá! ¡Dios mío!", exclamaba Charlie, lo que inicialmente hizo pensar a Janna que su hijo estaba exagerando, contó en declaraciones al medio NPR. Sin embargo, la curiosidad pudo más y la madre se acercó al lugar para ver qué había capturado su hijo.
En lugar de las habituales lubinas o bagres que solían atrapar en ese estanque del vecindario, Charlie había pescado un pez de aspecto extraño y, lo más sorprendente, con lo que parecían dientes humanos.
Sin saberlo había atrapado un pacú, un tipo de pez de agua dulce originario de América del Sur, conocido por estar emparentado con la temida piraña.
De acuerdo con el Departamento de Conservación de Vida Silvestre de Oklahoma, que registró la situación en sus redes sociales, lo más probable es que la presencia de estos peces se debía a que algunas personas los compraban como mascotas y los liberaban cuando se les queda pequeño el acuario.
Aunque son inofensivos, su presencia puede ser perjudicial para la fauna autóctona, ya que es una especie exótica invasora que puede dañar los ecosistemas locales. Pueden llegar a medir hasta 1 metro y medio y pesar 88 kilos.
"Se ruega a los pescadores que capturen pacúes en Oklahoma que los retiren de la cuenca y se pongan en o con su guarda de caza local", fue la solicitud que hizo el Departamento a la comunidad.
Janna explicó que el estanque era de captura y liberación, por lo que no tenían conocimiento de que tenían en sus manos a un pez con estas cualidades. "Cometimos un error allí", dijo al Daily Star. Agregó que Charlie se quedó en los estanques hasta altas horas de la noche tratando de atraparlo de nuevo.
SOPHIA SALAMANCA GÓMEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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