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Este es el vino de un millón de pesos que dejó ‘empeñados’ a unos jóvenes con la cuenta: ¿por qué es tan especial?
El grupo de amigos tuvo la oportunidad de probar uno de los vinos más renombrados y codiciados de Portugal, el Pêra-Manca.
La historia del Pêra-Manca se remonta a la Edad Media. Foto: TikTok: @thalytaemily / Facebook Adega Cartuxa
A veces, los errores pueden traer buenas sorpresas: Thalyta Figueiredo, una arquitecta, junto con su novio y amigos, se encontraron gastando más de 3.000 reales (equivalentes aproximadamente a más de $2'200.000 pesos colombianos) en dos botellas de vino durante una cena el pasado domingo. Thalyta compartió esta experiencia en una entrevista con 'G1'.
La buena noticia es que el grupo tuvo la oportunidad de probar uno de los vinos más renombrados y codiciados de Portugal, el Pêra-Manca. Este vino es producido por Adega Cartuxa, una de las bodegas más prestigiosas de la región de Alentejo, que pertenece a la Fundación Eugénio de Almeida.
Pêra-Manca es un nombre familiar en Brasil: alrededor del 22 por ciento de los ingresos totales de Cartuxa provienen de la exportación de vinos a este país. La empresa también comercializa otras marcas reconocidas, como EA y Cartuxa, pero Pêra-Manca es el pináculo de su producción. Según la propia bodega, estos son sus "vinos excepcionales".
"Es una situación ingrata para el consumidor que no planeaba gastar tanto, pero al menos no quedó insatisfecho con la calidad del vino. Solo con el importe a pagar", comentó João Teixeira, director comercial de Adega Cartuxa.
La historia del Pêra-Manca
La historia del Pêra-Manca se remonta a la Edad Media. Según la leyenda, en 1365, Nuestra Señora se apareció en Évora, lo que convirtió al lugar en un sitio de peregrinación y llevó a la fundación del Convento de Espinheiro. Los viñedos de Pêra-Manca pertenecían a los frailes del convento, y el nombre proviene del terreno cubierto de piedras sueltas o "pedras mancas".
Más tarde, los viñedos fueron arrendados a Álvaro Azedo, escudero del rey D. João I, convirtiéndose en el vino de la corte portuguesa. Tan popular fue que Pedro Álvares Cabral lo llevó consigo cuando llegó a Brasil y lo ofreció a los indígenas.
"Esta historia está documentada en una carta de Pero Vaz de Caminha al rey. En el primer o, Pêra-Manca fue una de las ofertas. Por eso, el vino tiene un cierto misticismo entre los consumidores brasileños", afirmó Teixeira.
La producción original de Pêra-Manca fue interrumpida en el siglo XIX debido a la plaga de la filoxera, y no fue hasta 1987 que José António de Oliveira Soares, heredero de la familia Soares, ofreció el nombre a la Fundación Eugénio de Almeida, que reanudó la producción del vino de alta calidad.
El actual Pêra-Manca se produce desde 1990 y puede elaborarse con uvas blancas o tintas. Thalyta y sus amigos optaron por el vino blanco de la cosecha 2019. Este vino se elabora a partir de uvas seleccionadas de las variedades Antão Vaz y Arinto, provenientes de viñedos antiguos que ofrecen una producción más limitada y de mayor calidad.
"Arinto aporta frescura, mientras que Antão Vaz añade aroma, sabor y estructura. Es un vino muy gastronómico, con una sedosidad increíble, con notas florales y de frutas tropicales", explicó Teixeira. El proceso de elaboración es meticuloso, con una fermentación cuidada y una maduración de 12 meses en o con levaduras y otros 12 meses en botella.
Se producen alrededor de 80.000 botellas al año, lo cual es bajo en comparación con la demanda. Esto explica los altos precios, que en Colombia rondan el millón de pesos. Los amigos pagaron más debido al margen de beneficio del restaurante.
Se producen alrededor de 80.000 botellas al año, lo cual es bajo en comparación con la demanda. Foto:Página Oficial Adega Cartuxa
El vino tinto Pêra-Manca es aún más exclusivo, elaborado con uvas Trincadeira y Aragonez. La producción es limitada y solo se lanzan nuevas añadas cuando las uvas cumplen con los estrictos estándares de calidad. Hasta ahora, solo se han lanzado 15 ediciones del tinto, la última de la cosecha 2015, y a finales de este año se presentará la cosecha 2018 en la feria ProWine en São Paulo.
La producción de tinto es aún más reducida, con alrededor de 30.000 botellas en años de lanzamiento, pero solo 21.000 botellas para la cosecha 2018. Los precios del tinto superan los 5.000 reales, lo que equivale a más de $ 3'700.000 pesos colombianos.
"Es una producción pequeña y la demanda siempre ha superado la oferta. Pero no vamos a cambiar la composición ni abandonar los viñedos específicos que producen Pêra-Manca", aseguró Teixeira. El tinto sigue el mismo cuidado proceso de elaboración y maduración en barricas de roble francés de alta calidad.
Según Teixeira, el resultado es un vino robusto, con aromas de frutas rojas maduras, pimienta y especias, con un potencial de conservación por muchos años. "El mayor elogio que puedo hacer a la cosecha 2018 es que recupera la identidad más pura de Pêra-Manca. Trincadeira llegó en su mejor estado posible, en máxima expresión", concluyó Teixeira.
¿Qué le pasó a los jóvenes?
Lo que comenzó como un almuerzo tranquilo entre amigos terminó convirtiéndose en una anécdota viral que causó revuelo en TikTok.
Un grupo de jóvenes en Salvador, Brasil, experimentó una confusión monumental con el precio de una botella de vino, lo que resultó en una cuenta de 4.512 reales, equivalentes aproximadamente a más de $ 3'340.000 pesos colombianos. El incidente ocurrió el domingo 7 de julio y fue ampliamente compartido el lunes 8 de julio.
El origen del problema fue una mala interpretación del precio del vino por parte de uno de los integrantes del grupo. Thalyta Figueiredo, una arquitecta de 27 años, compartió en una entrevista cómo ella, su novio y dos amigos más, terminaron pagando una suma exorbitante en el restaurante Mistura, ubicado en la Avenida Contorno.
Según Thalyta, la idea inicial era elegir el vino más económico para mantener los gastos bajo control. Sin embargo, la dificultad para acceder al menú digital llevó a que su amiga Juliana interpretara mal el precio de una botella de vino blanco Pera Manca.
La joven pensó que la botella costaba 165 Reales, (cerca de $122.000 pesos colombianos, de acuerdo al cambio actual), cuando en realidad el precio era diez veces mayor: 1.650 reales (aproximadamente $1'221.664 pesos colombianos).
Thalyta mencionó que aunque notaron ciertos detalles que evidenciaban un servicio de alta calidad, como la atención minuciosa de los camareros, no se dieron cuenta del error hasta que llegó la cuenta.
"Quien recibió la factura fue Pedro, el novio de Juliana. Cuando la mostró, sentí un dolor en el estómago y un calor intenso", relató Thalyta. Al revisar la factura y el menú, confirmaron que habían cometido un grave error.
El total de la cuenta, que ascendía a $4.512,09 Reales (3'340.764 pesos colombianos), debía ser dividido entre los cuatro amigos, resultando en una cifra individual de 1.128,02 reales ($835.189, pesos colombianos). A pesar de la tensión y la vergüenza, lograron pagar la cuenta.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de O Globo, y contó con la revisión de un periodista y un editor.