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Infarto cerebral agudo: los pacientes tienen 4 horas y media para ser atendidos a tiempo y salvar sus vidas; los síntomas que le indican que está sufriendo uno
A diferencia del accidente cerebrovascular hemorrágico, este puede llegar a desencadenarse por la falta de oxígeno.
El riesgo de sufrir un infarto cerebral agudo está vinculado a una serie de factores específicos. Foto: iStock.
Cada año, se estima que alrededor de 6.2 millones de personas mueren a causa de accidentes cerebrovasculares en todo el mundo, según el doctor Andre Machado, neurólogo de Cleveland Clinic.
De estos casos, el 85% son accidentes cerebrovasculares isquémicos, también conocidos como infartos cerebrales, cuya prevalencia ha incrementado un 50% en los últimos 20 años.
El 15% restante corresponde a accidentes cerebrovasculares hemorrágicos. Se calcula que una de cada cuatro personas sufrirá un infarto cerebral en algún momento de su vida.
El infarto cerebral agudo es la segunda causa de muerte a nivel mundial, representando el 7% de todas las defunciones, según explicó la neuróloga Marla Gallo. Además, es la principal causa de discapacidad y la segunda causa de demencia, después del Alzheimer.
El estrés crónico puede aumentar el riesgo de padecer un infarto cerebral. Foto:iStock
La demencia vascular se produce como resultado de múltiples infartos cerebrales, lo que convierte a este problema en una cuestión de salud pública seria. El 63% de los infartos cerebrales ocurre en personas menores de 70 años, lo que desmiente la creencia de que es una enfermedad exclusiva de los adultos mayores.
Un infarto cerebral agudo se produce por la obstrucción súbita de una arteria que irriga el cerebro, lo que interrumpe el flujo sanguíneo y provoca la muerte de las células cerebrales.
A diferencia del accidente cerebrovascular hemorrágico, que se produce por la ruptura de un vaso sanguíneo, el infarto cerebral agudo se desencadena por la falta de oxígeno y nutrientes en el cerebro.
Según Oswaldo Cachay, neurólogo de la Clínica Internacional, este tipo de accidente cerebrovascular puede causar daños neurológicos permanentes o incluso la muerte si no se trata de inmediato.
La oclusión de una arteria cerebral puede ser provocada por un trombo, es decir, un coágulo de sangre dentro de una arteria que irriga el cerebro. También puede originarse cuando un coágulo o fragmento de placa se forma en otra parte del cuerpo, como en el corazón, y viaja a través del torrente sanguíneo hasta llegar al cerebro, donde bloquea una de las arterias, según explicó la neuróloga.
El riesgo de sufrir un infarto cerebral agudo está vinculado a una serie de factores específicos que son responsables del 90% de los casos. Entre ellos se incluyen la hipertensión arterial, diabetes, sobrepeso u obesidad, sedentarismo, mala alimentación, contaminación ambiental, tabaquismo, altos niveles de colesterol LDL, consumo excesivo de alcohol y disfunción renal.
Además, el neurólogo Andre Machado destacó que las enfermedades cardíacas, como la fibrilación auricular, el estrés crónico y un historial previo de enfermedades cerebrovasculares, también pueden aumentar significativamente el riesgo de padecer un infarto cerebral.
Signos que indican que está sufriendo un infarto cerebral agudo
Los signos de un infarto cerebral agudo suelen aparecer de forma súbita. Entre los más comunes se incluyen la dificultad para hablar o entender el habla, debilidad o parálisis en un lado del cuerpo, pérdida repentina de visión en uno o ambos ojos, dolores de cabeza intensos, confusión repentina, pérdida del equilibrio o coordinación y dificultad para caminar.
Es crucial identificar estos síntomas a tiempo para buscar atención médica de inmediato.
El 80% de la población no suele reconocer los síntomas de un infarto cerebral, lo que retrasa la búsqueda de ayuda médica. Para facilitar la identificación de los signos, se utiliza el acrónimo FAST: F de asimetría facial o caída del rostro, A de debilidad de los brazos, S de alteración en el lenguaje y T de tiempo, lo que indica que se debe actuar rápidamente.
La doctora Gallo subrayó la importancia de este método para mejorar la detección temprana y tratamiento del infarto cerebral agudo.
Aunque los síntomas del infarto cerebral son similares en ambos sexos, las mujeres pueden presentar síntomas adicionales o más sutiles, como fatiga generalizada, cambios en el estado mental, náuseas, vómitos y dolor en el pecho o en el rostro.
Estos síntomas, a menudo, no se reconocen de inmediato como signos de un infarto cerebral, lo que puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento. Según el especialista de Cleveland Clinic, esta situación contribuye a un mayor riesgo de muerte por esta condición en las mujeres.
Algunas personas pueden experimentar advertencias previas a un infarto cerebral completo, conocidas como ataques isquémicos transitorios (TIA). Estos ataques ocurren cuando se produce una interrupción temporal en el flujo sanguíneo al cerebro.
Los síntomas de un TIA son similares a los de un infarto cerebral, pero suelen durar solo unos minutos y desaparecen sin necesidad de tratamiento. A pesar de su corta duración, los TIA son un indicativo de que la persona está en riesgo de sufrir un infarto cerebral completo y, por lo tanto, son considerados una emergencia médica que requiere atención inmediata. Aproximadamente un tercio de los individuos que sufren un TIA experimentan un infarto cerebral completo en los días o semanas posteriores.
La doctora Nandy Vega, subdirectora médica de MAPFRE, subrayó la importancia de los familiares o personas cercanas al paciente en la detección temprana de los síntomas. Debido a la confusión o incapacidad para comunicarse, las personas que sufren un infarto cerebral muchas veces no se dan cuenta de lo que está ocurriendo.
Por ello, si el entorno reconoce las señales de alerta, es fundamental actuar rápidamente y buscar atención médica, ya que la rapidez en el tratamiento puede salvar vidas y aumentar las probabilidades de una recuperación favorable.
La importancia del tiempo en un infarto cerebral agudo
El tiempo es un factor clave en el tratamiento de un infarto cerebral agudo, ya que tras un accidente cerebrovascular, el paciente tiene una ventana crítica de 4 horas y media para recibir un diagnóstico y tratamiento oportunos.
Según la doctora de la Clínica Ricardo Palma, cada minuto que pasa provoca la muerte de aproximadamente dos millones de neuronas, lo que puede convertir una pequeña lesión en el cerebro en un daño irreversible.
Si el paciente recibe atención dentro de este período, se puede salvar una mayor cantidad de tejido cerebral y preservar su función. De lo contrario, el daño puede ser tan extenso que el tratamiento podría no ser efectivo e incluso aumentar el riesgo de hemorragia.
Para diagnosticar un accidente cerebrovascular isquémico de manera efectiva, se utilizan diferentes métodos de imagen que permiten identificar el área del cerebro afectada, el tejido dañado y el vaso sanguíneo bloqueado.
La doctora Marla Gallo destacó que, idealmente, desde que el paciente ingresa hasta que se interpretan las imágenes, el proceso debe durar entre 30 y 45 minutos. Este tiempo garantiza una decisión rápida sobre el tratamiento, minimizando el daño y mejorando el pronóstico.
Un tercio de los individuos que sufren un TIA experimentan un infarto cerebral completo Foto:iStock.
Generalmente, se realiza una tomografía simple en menos de 20 minutos desde la llegada del paciente a la emergencia, aunque en algunos casos se complementa con resonancia magnética o angioresonancia.
Durante este intervalo de tiempo, existen dos tratamientos principales para abordar un infarto cerebral. El primero es la trombólisis endovenosa, que consiste en istrar un medicamento por vía intravenosa para disolver el coágulo en el cerebro y restaurar el flujo sanguíneo.
El segundo tratamiento es la trombectomía mecánica, que implica el uso de un catéter para introducir un stent retriever o una aspiradora especializada, con el fin de capturar y extraer el trombo.
No atender a un paciente dentro del margen de tiempo recomendado tras un infarto cerebral puede resultar en daños cerebrales irreversibles. Esto genera discapacidades físicas y cognitivas permanentes, como parálisis, dificultad para hablar o comprender, problemas de memoria y cambios en la personalidad, según el neurólogo Andre Machado.
Además, las personas que no reciben tratamiento a tiempo tienen un mayor riesgo de sufrir otro infarto cerebral en el futuro, lo que aumenta el peligro de muerte y agrava las secuelas.
Medidas preventivas para reducir el riesgo
Para reducir el riesgo de sufrir un infarto cerebral, es esencial controlar los factores que representan el 90% del riesgo. Entre las medidas preventivas recomendadas por la neuróloga, destacan:
Tener un buen control de la presión arterial.
Llevar una dieta equilibrada.
Tener un índice de masa corporal saludable entre 18,5 y 24,9.
Tomar los medicamentos prescritos para controlar condiciones crónicas, como la diabetes o las enfermedades cardíacas.
*Este contenido fue hecho con la asistencia de la inteligencia artificial, basado en información de El Comercio Perú (GDA). Contó con la revisión del periodista y un editor.