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La valiente historia de la vendedora de arepas agredida en Villavicencio que ahora tiene negocio en Estados Unidos
Lina María Quintero, quien fue víctima de un indignante ataque en Colombia, ahora cuenta con dos locales de arepas. El más grande está en California.
Lina María Quintero es considerada como un gran ejemplo de resiliencia. Foto: Cortesía

PERIODISTAActualizado:
Como era costumbre, Lina María Quintero Ardila, joven oriunda de Villavicencio, de 26 años y madre soltera de un niño de 11, sacó aquel día de noviembre de 2022 su puesto de arepas junto a su mamá.
Día en el que la mujer agredió a Lina y a su mamá. Foto:Cortesía.
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Inexplicablemente, la señora que las amenazaba sacó una bolsa llena de excremento de sus perros y se la lanzó lanzó al puesto de comidas.
Semanas después de lo sucedido, Lina fue víctima de secuestro por varios hombres, quienes la abordaron cuando ella se dirigía a comprar el carbón para su negocio. Los sujetos la habrían obligado a conducir hacia un lugar apartado de la carretera, donde abusaron de ella.
Lina María Quintero en videollamada con Andrea Valdiri. Foto:Cortesía.
Su decisión de querer montar un puesto de arepas ambulante se había dado después de que a su mamá no le dieran trabajo por la edad que tenía. Lina, para ese entonces, se encontraba cursando sexto semestre de istración de Empresas. Y con determinación buscó salir adelante, sin importar las dificultades.
La secuencia en la que la mujer le lanzó excremento al negocio informal desató una ola de indignación en redes sociales. Los internautas se volcaron en su apoyo y las puertas de internet empezaron a representar esperanza. La que abrió Andrea Valdiri, una de las creadoras de contenido más conocidas en Colombia.
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'Influencer' cambió su vida
Gracias al apoyo de sus seguidores, la joven fue elegida y agregada a un grupo de WhatsApp en el cual se encontraban algunas de las personas que trabajaban para Valdiri, además de los otros ganadores del concurso.
Ella me llamaba por celular, por videollamada y me escribía mensajes muy bonitos
"De hecho, me colaboró con una marcha en la que se pedía justicia por lo que me había pasado”, comentó la joven. Asimismo, Valdiri le regaló cinco millones de pesos que le sirvieron a Lina Quintero para poner un local formal de arepas frente al lugar donde vendía de manera ambulante en Villavicencio.
Restaurante de Lina María en Villavicencio. Foto:Cortesía.
Una decisión que le cambió la vida
Quienes la amenazaron le dijeron que, si no pagaba, la única opción de que no la mataran era entregándose a un supuesto grupo paramilitar de un pueblo del Meta.
Ante lo sucedido, Lina tomó la decisión de viajar rumbo hacia Estados Unidos. De inmediato comenzó a realizar todos los trámites para solicitar las visas de ella y de su pequeño hijo, un proceso que suele tomar meses.
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Aún hoy recuerda que desde un principio había querido “hacer las cosas bien”. Es decir, sacar la visa, “tomar un descanso, un respiro, a ver si podía hacer una vida en el exterior”, pero las cosas no se le dieron como ella esperaba y— enfatiza— salvar su vida era una prioridad.
Empezar otra vez de cero
La joven emprendedora realizando la larga travesía para llegar a Estados Unidos. Foto:Cortesía.
“Irse por el hueco no es tan fácil, porque conlleva muchas necesidades y dificultades, ya que se pasa hambre y frío, además de la exposición al sol. Y sin hablar de quienes tomaban la decisión de irse con niños y bebés”, explicó Lina, quien se demoró siete días para llegar a Estados Unidos en marzo de 2023.
A pesar de haber llegado a territorio estadounidense, luego de soportar todo tipo de dificultades, Quintero declaró: “Nunca, nunca le insisto a las personas a que se vengan por el hueco”.
Según cuenta, el pasado 17 de marzo de 2024 se le otorgó el permiso de trabajo y su seguridad social, con el fin de que dentro de ocho meses o un año pueda obtener la residencia temporal.
Lina sostiene que el esfuerzo y las ganas de salir adelante han hecho que Dios ponga "personas maravillosas" en su camino, incluso en un país completamente desconocido.
Las arepas le ayudaron a salir adelante
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Sin esperarlo, a tres años del inicio de la pandemia por coronavirus, logró dar con un laboratorio en donde realizaban las pruebas de covid-19 y solo trabajaban colombianos. Algunos, justamente, eran de Villavicencio, por lo que fue un “milagro para ganar clientela y hacer clientes fijos”, según relató.
Así era como Lina empacaba los pedidos de sus clientes en Estados Unidos. Foto:Cortesía.
De a poco, con los ingresos obtenidos, Lina consiguió la oportunidad de usar un carro en cuyo baúl vendía sus alimentos en compañía de su hijo. Así, las personas que la conocían por lo que le había pasado en Colombia podían llegar directamente y comprarle.
“A mí me decían: ‘ella es la niña de las arepas de Villavicencio", recordó.
Todo lo que me pasó se convirtió en cosas buenas, así que yo trato de dejar todo eso atrás y disfrutar de tantas cosas maravillosas que me han pasado
Claramente, ella tenía una visión de emprendedora, por lo que se le ocurrió usar sus redes sociales para promocionar su trabajo. Lina publicó los alimentos que vendía y el lugar exacto de San José de California en el que se encontraba ubicada, lo que ocasionó que muchas personas comenzaran a escribirle para realizarle pedidos.
“Acá hay muchos emprendimientos, pero por falta de visibilidad no les da. Así que dije: ‘'si hay muchas personas que usan las redes sociales para hacer videos pendejos, yo por qué no voy a promocionar mi trabajo'”. Y así fue.
De vender en la calle a tener su propio negocio en Estados Unidos
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Inicialmente, comenzó a vender arepas y comidas rápidas desde las 5 de la tarde, y hasta las 12 de la medianoche. En un principio, vendía solo arepas rellenas, jugos naturales, salchipapas, chicharronadas, caldos de costilla y caldos de pescado “porque realmente era muy difícil conseguir este tipo de alimentos acá”. No obstante, al ver que todo el día el local estaba desocupado, se le ocurrió la idea de ofrecer almuerzos caseros.
El tener los almuerzos a ese precio es una bendición para la gente, porque en realidad no se encuentran por menos de 18 dólares y más cuando se trata de comida casera
Según relata Lina, el primer mes comenzaron vendiendo el almuerzo a 13 dólares y un mes después le subieron a 15. “El tener los almuerzos a ese precio es una bendición para la gente porque en realidad no se encuentran por menos de 18 dólares, y más cuando se trata de comida casera”, agregó Quintero.
Comida casera en el restaurante de Lina Quintero. Foto:Cortesía.
'Uno bendice para ser bendecido'
Quintero, quien ya conocía de sobra aquello por lo que pasan los migrantes, no dudó en decirle a su amiga que ella la recogía.
Llegada de la hermana de la amiga de Lina a Estados Unidos. Foto:Cortesía.
Llegó el día y Lina se dirigió al aeropuerto a recoger a la hermana de su amiga, quien al igual que ella en su momento se sentía perdida porque se enfrentaba a una ciudad gigantesca y un idioma que no dominaba.
Al tiempo de estar allí, la mujer consiguió trabajo haciendo aseo, pero no le pagaban lo que esperaba. Además, había personas que se aprovechaban de ella por ser inmigrante, según relató Lina.
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Ella se convirtió en mi mano derecha, pues la bendecí para ser bendecida
Llevar a la mujer fue una gran idea, pues, según Lina, tiene muy buena sazón. La puso a cargo de la preparación de los almuerzos, mientras que en la noche ella se encargaba de hacer la receta para las arepas. “Ella se convirtió en mi mano derecha, pues la bendecí para ser bendecida”, destacó.
Además de esta mujer, Lina tuvo la fortuna de encontrarse con otra conocida de antaño: la mamá de la secretaria que trabajaba en la escuela de fútbol Llaneros, en Villavicencio, donde su hijo asistía.
El reencuentro llevó a que Lina María le ofreciera trabajar con ella, ya que la señora le comentó que trabajaba vendiendo empanadas en las plazoletas, pero a veces caminaba dos, tres o cuatro horas y ni siquiera alcanzaba a vender al menos una.
“Yo le dije: 'Doña Janeth, vaya a las tres de la tarde y empezamos'. De hecho, a esa hora ella ya tiene que llegar almorzada, pero yo le dije ‘Tranquila, llegas allá y tienes tu almuerzo y tu pago’; incluso, como cerramos tan tarde, yo la llevo hasta su casa”, agregó.
Compañeras que le colaboran a Lina en el local. Foto:Cortesía.
Yo enfrenté varios desafíos en la vida, migré hacia otro país y tengo una nueva vida, así que sí se puede salir adelante
LAURA DANIELA ALARCÓN VARGAS
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