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Ni dietas bajas en carbohidratos ni bajas en grasas, este es el secreto para cuidar su corazón
● Un estudio de la Universidad de Harvard que analizó a casi 200.000 personas concluyó que lo más importante es la calidad de los alimentos.
● Tiene que leer las etiquetas de los alimentos para identificar y evitar ingredientes de baja calidad, como azúcares añadidos.
Durante años, las dietas bajas en carbohidratos o en grasas se han promovido por sus beneficios en el control del peso y en la mejora de parámetros metabólicos como los niveles de glucosa y colesterol. Sin embargo, su eficacia específica para prevenir enfermedades del corazón sigue siendo motivo de discusión científica.
Aunque estas estrategias alimentarias parecen contribuir a ciertos indicadores de salud, la comunidad médica aún no alcanza un consenso respecto a su impacto en el riesgo cardiovascular. Investigaciones recientes demostraron resultados mixtos, y los expertos consideran necesario ir más allá de la cantidad de macronutrientes ingeridos, poniendo el foco en la calidad de los alimentos.
La clave está en la calidad de lo que se come
Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Harvard ha hecho un seguimiento de casi 200.000 personas durante varias décadas para evaluar cómo influye la alimentación en la salud del corazón. Los resultados indican que no basta con reducir grasas o carbohidratos: lo decisivo es el tipo de alimento que compone esas dietas.
"Descubrimos que lo que se come en dietas bajas en carbohidratos o grasas es tan importante como la dieta en sí", explica el doctor Zhiyuan Wu, investigador postdoctoral en el laboratorio del doctor Qi Sun, en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.
El análisis del equipo distinguió entre versiones saludables y no saludables de las dietas bajas en carbohidratos o grasas. Aquellas que incluían alimentos de origen vegetal y cereales integrales mostraron efectos positivos en la salud del corazón y el metabolismo.
En cambio, los planes alimentarios que priorizaban alimentos procesados y de baja calidad se relacionaron con un aumento en el riesgo de enfermedades cardíacas.
"Las versiones saludables de estas dietas -ricas en alimentos de origen vegetal y cereales integrales- se asociaron con mejores resultados en la salud cardíaca y una mejor función metabólica. Por el contrario, las dietas bajas en carbohidratos y grasas, con énfasis en alimentos poco saludables, se asociaron con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas", explica.
Los hallazgos fueron presentados por Wu durante la conferencia 'Nutrition 2025' de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, realizada en Orlando entre el 31 de mayo y el 3 de junio.
Un análisis a largo plazo con miles de participantes
El estudio incorporó a 43.430 hombres del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud (1986-2016), 64.164 mujeres del Estudio de Salud de Enfermeras (1986-2018) y 92.189 mujeres del Estudio de Salud de Enfermeras II (1991-2019). A lo largo de varias décadas, se evaluaron sus hábitos alimentarios y la aparición de enfermedades coronarias.
Mediante cuestionarios detallados, se asignaron puntuaciones a las elecciones alimentarias dentro de estas dietas. Los alimentos como cereales integrales, frutas, verduras, legumbres y frutos secos fueron considerados saludables, mientras que las grasas saturadas, proteínas animales, patatas y cereales refinados fueron clasificados como de baja calidad.
"Este enfoque nos permitió comprender mejor los efectos biológicos de estas dietas y reforzó nuestros hallazgos", subraya Wu.
Las legumbres no buenas para el corazón. Foto:iStock
Una mejora del 15 % en la prevención de enfermedades cardíacas
Los resultados indicaron que quienes eligieron alimentos saludables dentro de sus dietas, ya fueran bajas en grasas o carbohidratos, tuvieron una reducción aproximada del 15 % en el riesgo de padecer enfermedad coronaria. Por el contrario, las personas que siguieron variantes poco saludables de estas mismas dietas mostraron un riesgo elevado.
"Nuestros hallazgos sugieren que mejorar la calidad de los alimentos es crucial para mejorar la salud cardíaca", reafirma Wu.
"Independientemente de si se sigue una dieta baja en carbohidratos o en grasas, priorizar los alimentos integrales, mínimamente procesados y de origen vegetal, y limitar los cereales refinados, el azúcar y los alimentos de origen animal, puede reducir significativamente el riesgo de enfermedad coronaria", agregó.
Salud cardiaca. Foto:iStock
De cara al futuro, los investigadores proponen orientar las recomendaciones dietéticas no solo en torno a macronutrientes, sino también a factores individuales como la genética, el estilo de vida y biomarcadores metabólicos. Asimismo, planean examinar cómo estas dietas afectan otras enfermedades, incluyendo la diabetes tipo 2 y el cáncer.
Como consejo general, los expertos sugieren incrementar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos, y evitar carnes procesadas, azúcares añadidos y carbohidratos refinados.
Además, recomiendan prestar atención a las etiquetas de los productos para identificar ingredientes de baja calidad.
*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información de Europa Press, y contó con la revisión de la periodista y un editor.