Qué es la escritura expresiva, el método recomendado por Harvard para reducir el estrés

El estrés, una de las principales preocupaciones en la sociedad actual, sigue afectando la salud de muchas personas. Sin embargo, existen formas de reducirlo, y no se requiere invertir mucho tiempo. 

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Según investigadores de la Universidad de Harvard, una técnica sencilla puede ayudar no solo a procesar sentimientos y traumas, sino también a enfrentar las tensiones diarias que, en perspectiva, pueden parecer menos graves.

¿Cuál es este truco para combatir el estrés? La respuesta es simple: escribir. Llevar un diario o anotar pensamientos y reflexiones en papel puede ser una herramienta poderosa. Esta práctica permite canalizar el estrés y analizar eventos de manera objetiva.

Los estudios incluso han demostrado que la escritura expresiva puede reducir la ansiedad en personas que tienden a preocuparse constantemente.

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Al expresar abiertamente sus pensamientos y sentimientos más profundos, las señales cerebrales relacionadas con la negatividad disminuyen. Los sujetos liberan tensión y pueden concentrarse mejor en sus tareas, como los exámenes.

Si necesita un momento para reducir el estrés y recuperar la concentración, pruebe escribir. Podría convertirse en un hábito beneficioso que le acompañe a lo largo de la vida.

Vivir con dolores que dificultan el disfrute del día se ha convertido en una experiencia común para al menos tres de cada diez personas en todo el mundo.

La incidencia global del dolor ha experimentado un marcado aumento en la última década, alcanzando un preocupante 32,1 por ciento, según datos recopilados en el estudio Tendencias del dolor y disparidades en su crecimiento, realizado en 146 países desde 2009 hasta 2021.

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) define el dolor como "una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada, o similar a la asociada, a una lesión tisular (daño en un tejido) real o potencial".

Este crecimiento alarmante del dolor en todo el mundo se atribuye a varios factores principales. El estrés, la falta de optimismo, el envejecimiento de la población y los estímulos estresantes relacionados con dificultades económicas son algunos de los elementos que contribuyen a esta preocupante tendencia.

En América Latina, la situación es igualmente grave, con un informe de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT) que revela que entre un 27 por ciento y un 42 por ciento de los latinoamericanos sufren de dolor crónico.

"El dolor crónico afecta la calidad de vida, la capacidad para trabajar, el estado de ánimo, las relaciones familiares y sociales, así como la calidad del sueño. Incluso puede causar depresión, dado que aquellos que lo padecen pueden modificar su percepción de sí mismos, experimentar cambios abruptos de humor y desorganizar su estilo de vida al permanecer inactivos durante largos períodos", dijo el Dr. Diego Bashkansky, director médico corporativo de Adium, una compañía farmacéutica líder en Latinoamérica.