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‘La gente quiere escuchar pop de una forma nueva’

Entrevista con ‘Kike’ Santander, uno de los compositores más importantes de América Latina.

Santander fue presidente de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación.

Santander fue presidente de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación. Foto: Marketeam Agency

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Nació en Cali. Compositor, productor discográfico, arreglista y empresario colomboestadounidense, ‘Kike’ Santander es uno de los principales compositores latinos contemporáneos. Ha trabajado con artistas como David Bisbal, Cristian Castro, Thalía, Chayanne, Alejandro Fernández, José Luis Rodríguez y Gloria Estefan, entre otros, ha compuesto más de 700 canciones y vendido más de 25 millones de álbumes en todo el mundo.
Médico cirujano –una de sus facetas poco conocidas–, desde hace algunos años está comprometido con mejorar la calidad de vida de las personas, a través del mundo de la tecnología y la innovación, integrando sus conocimientos en el campo de la música y la medicina.
Durante más de 15 años ha combinado su carrera en la medicina con sus conocimientos de composición y producción, creando “música terapéutica”, fundamentada en la teoría de sincronización cerebral, impulsando el bienestar holístico.
Actualmente se encuentra grabando una película autobiográfica, entre Miami, Cali y Bogotá.‘Kike’ Santander habló con EL TIEMPO:

Voy a empezar esta entrevista un poco al revés de como empiezo todas las entrevistas y le voy a pedir que usted cuente qué destaca en este momento de su vida.

Está muy bien planteada la dificultad (risas). Creo que básicamente soy una persona que nace con talento musical y que siempre ha buscado expandir su talento más allá de los límites que implica componer canciones o cantar para el entretenimiento. Básicamente, soy una persona que nace con tres ejes principales en sus intereses de vida: la espiritualidad, el arte y un interés científico. Son tres ejes muy claros... y, al final del día, todo está conectado.

¿Cómo empieza todo?

Yo, sin pretenderlo y sin saber qué quiere decir holístico, nací holístico.
A los 23 años me encontré frente a una gran cantidad de preguntas. Entonces, me gradué de médico. Llevo treinta años de carrera de músico y cuarenta meditando. La pregunta sería ¿cómo hacer todo esto profesionalmente?, y creo que ahí entra el término holístico, que es la unión, la complementariedad de las diferentes cosas. Yo, sin pretenderlo y sin saber qué quiere decir holístico, nací holístico, eso quiere decir que me interesa alimentar mi mente, mi cuerpo y mi mundo emocional.

Lo primero que llama la atención es pensar en su exploración del mundo espiritual siendo una persona de ciencia, pues dentro de la comunidad científica ha existido alguna reticencia a este tema. ¿Cómo aceptan dentro del mundo de la ciencia el tema de la meditación?

Creo que la respuesta más actualizada está en la mecánica cuántica. Este es un término del cual es facilísimo abusar, porque ahora entonces hay jabón cuántico, un champú cuántico, polvos para los pies cuánticos (risas). El modelo de la mecánica cuántica explica que todas las partículas que conforman la materia del universo se comportan simultáneamente como partículas y como ondas, esta doble naturaleza de la materia, sumada al fenómeno del entrelazamiento cuántico, es lo que da lugar a una serie de fenómenos que de otra manera serían inexplicables. Somos parte de un ecosistema en el que, bajo las premisas de la doble naturaleza de la materia y su capacidad de entrelazarse cuánticamente, podemos afectar nuestra realidad desde la intención, el pensamiento y el sentimiento, que, a su vez, también son materiales. Esta mirada abre una nueva visión en la que la psicología, la física y la espiritualidad convergen en un dominio común.

¿Y eso qué significa?

El entrelazamiento cuántico es un fenómeno ya demostrado en el que las partículas de la materia se pueden relacionar íntimamente entre ellas sin importar el tiempo ni la distancia. En esta nueva concepción cuántica del cosmos todo está relacionado con todo, bajo una causalidad que no es explicable por la relatividad espaciotemporal de Einstein. Estamos entrando en la época pos-Einstein. Este paradigma pone nuevos límites a la capacidad de comprobación siguiendo el método científico tradicional, ya que aún no existen instrumentos de medición que puedan detectar el comportamiento íntimo del dominio cuántico. Otro hallazgo que muestra las limitaciones de la ciencia es que los instrumentos de medición y nuestros sentidos solo pueden detectar directamente el 4 por ciento del universo. El 96 por ciento restante está conformado por lo que llaman “materia oscura” y “energía oscura”, que solo pueden ser detectadas indirectamente por sus efectos en la gravitación y la expansión del universo.

El mundo de la música y del entretenimiento se perciben como mundos bastante superficiales. Lo escucho hablar y me pregunto cómo convivió en ese mundo con todo esto que tiene en la cabeza…

No me interesa ser parte de la farándula. No se trata de luchar o de rechazar el mundo, sino tomar de él lo que uno considera que lo alimenta a uno.
Cada cosa en su sitio. Uno tiene la opción de “estar en” y no “ser parte de”. Entonces, esa es la clave. Depende de las necesidades inconscientes de uno. Si uno lo que está buscando es, por ejemplo, reafirmar el ego y sentirse importante, el mundo del entretenimiento es un pastel maravilloso: el reconocimiento público, la farándula, las alfombras rojas. Y entonces uno entra en ese mundo de la vanidad, que yo lo conozco porque lo he sufrido. Pero, al mismo tiempo, uno puede entrar ahí profesionalmente, con metas muy concretas como ganarse la vida o disfrutar del paseo. A mí me interesa ganarme la vida con eso, disfrutar de eso, pero no me interesa en absoluto pertenecer a eso. No me interesa ser parte de la farándula. No se trata de luchar o de rechazar el mundo, sino tomar de él lo que uno considera que lo alimenta a uno y no tomar lo que te va a intoxicar. Yo soy muy preciso en la dosificación que tomo del mundo del entretenimiento.

Hablemos de su regreso a la música…

Este regreso a la música tiene varios factores: uno es que hubo una clara transformación del modelo de negocio, que pasó del CD a la parte digital y se vino toda esta debacle, esta sequía en la industria de la música para los compositores, productores, artistas. Fue una transformación muy brutal. Segundo, tenemos que hablar de un auge de la música urbana, a la cual yo no pertenezco. Naturalmente, no es buena ni mala, no es mejor ni peor, es lo que es. Pero uno tiene que saber cuáles son las fortalezas y la mía no es la música urbana. Entonces, hubo un desinterés porque la industria de la música dejó de ser lo que era cuando yo estaba en ella.

¿Y qué ha cambiado en la música? ¿Qué lo lleva a regresar?

Me desinteresó estar metido con otros diez compositores haciendo una canción entre diez. Y ahora todo vuelve. Todo regresa como a un cauce donde la música pop está teniendo un espacio cada vez más amplio. La gente quiere escuchar pop de una forma nueva. La gente está buscando letras más ricas, melodías más ricas, arreglos musicales, menos lineales, menos obvios. Entonces estoy introduciéndome en un ecosistema de compositores y productores superbuena onda en el que nos estamos divirtiendo muchísimo y del cual están saliendo canciones que todos sentimos que nos encantan. Básicamente, se trata de ir con el flujo de la vida. Yo pasé por diferentes cosas y ahora estoy regresando a enfocarme 100 por ciento en la música, tanto del entretenimiento como la música de la salud y el bienestar a través de mi aplicativo.

¿Qué viene a hacer a Colombia?

Eso es totalmente coincidencial. Hay una sincronicidad en las cosas de la vida que, si uno está sensible a ella, puede alinear las cosas de forma mucho más sinérgica. Entonces, hay dos cosas. Una es que yo fui invitado como speaker del Foro Impacta para hablar de todo lo que hemos estado hablado. Me pidieron que diera una conferencia en el aspecto de salud mental, de herramientas prácticas para el bienestar de las personas. Coincidencialmente, un cineasta colombiano, que se llama Alberto Gómez y que tiene un gran nivel artístico y creativo, decidió que quería hacer un documental sobre mi vida. Estamos en plena filmación del documental, superintensa todos los días, muchas horas diarias, en la cual yo abrí mis puertas, mis ventanas, sin defensas, sin maquillajes.

De las canciones que usted ha escrito, ¿cuál es la que más orgullo le genera y por qué?

Devuélveme el amor, que la cantó uno de mis héroes que es Luis Miguel. Es una canción que yo escucho y digo ¡qué canción más bonita!
Depende del término orgullo. Si es orgullo digamos de valores, posiblemente sería la canción de Más allá de Gloria Estefan. ¿Por qué? Porque se le cantó al papa Juan Pablo II, se le cantó al papa Francisco. La cantó Gloria Estefan dos veces en el Vaticano. Yo estuve en el Vaticano tocando la guitarra y cantando, y eso tiene un valor especial. Si hablamos de orgullo a nivel de popularidad, podría ser Let’s get loud, la canción de Jennifer López que se cantó en múltiples ocasiones. Y la más reciente fue con Shakira, en el cierre del Super Bowl. Orgullo porque yo siento que logré escribir una canción muy bonita, podría ser, por ejemplo, Devuélveme el amor, que la cantó uno de mis héroes que es Luis Miguel. Es una canción que yo escucho y digo ¡qué canción más bonita!, ¡qué linda melodía!, !qué linda letra! ¿De dónde me salió esta inspiración? (risas). Otra canción de la cual estoy orgulloso es Azul, de Cristian Castro, dedicada al amor de mi vida que es Adriana (su esposa).

¿Cómo hacer que la gente entienda que la espiritualidad y la meditación no son modas 'new age', sino que son un estilo de ver el mundo, que sirve y que puede cambiar la vida de una persona?

Uno siempre tiene que hablar en términos de grados de profundidad y entender que las cosas no son blancas o negras. No es que de un momento a otro yo soy espiritual o no lo soy. No, la espiritualidad tiene grados y esos grados pertenecen o corresponden al interés que recibe la persona como herencia, que son diferentes niveles de relación de interés con lo espiritual y que ni siquiera se tiene que llamar espiritual... podemos llamarlo metafísico. Yo comencé también con unos intereses religiosos. Entraba a la iglesia y sentía algo especial. En algún momento pensé que me interesaba ser cura, pero me encanta la materia, me encantan las mujeres, me encantan las cosas físicas. Me encontré con mis contradicciones, mis contradicciones tan fuertes de decir una parte mía quiere esto y la otra parte mía no quiere esto. Yo necesitaba entender esta situación tan caótica dentro de mí. Y eso me llevó a la búsqueda de conocerme a mí mismo. Hay muchas formas de entrar a la pregunta de lo espiritual.

¿Qué ha aprendido en este viaje?

Hay que vigilar la pretensión de manipular o de controlar lo incontrolable. Uno tiene que saber qué puede controlar, y uno lo que puede controlar es el intento de ser lo más impecable posible en el intento de cada cosa. Hacer la mejor canción que yo pueda, tener la mejor relación de mi matrimonio, estar lo más atento cada día a aprovechar mi día, etcétera. Ser lo menos reactivo en cada cosa. Hay un punto en el que uno tiene que soltar la pretensión del resultado. Entonces, si uno se entrega a la impecabilidad lo más que uno pueda, el universo se encarga de unir los puntos. Yo voy aprendiendo, me veo como un aprendiz y es bueno verse como un aprendiz, porque entonces los fracasos son o se convierten en lecciones. Las curvas de la vida se pueden convertir en aprendizaje y la vida misma, con todos sus problemas, son el sustrato que lo hace a uno o lo puede hacer a uno más sabio, más fuerte, más compasivo, más amoroso, más comprensivo.
ÚRSULA LEVY
Para EL TIEMPO
@Uschilevy

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