El cubrimiento de la garantía es uno de los ganchos que mejor usan los fabricantes al vender sus vehículos. Sin embargo, esto debe mirarse más allá del tiempo o kilometraje, pues la letra menuda de las inclusiones, exclusiones y condiciones es amplia y variada.
La clave para que esto se cumpla es que los mantenimientos se hagan dentro de los tiempos estipulados por la marca en sus centros de servicio; y que no haya modificaciones que alteren los sistemas originales del vehículo, como modificar las dimensiones de los neumáticos o instalar otro sistema de sonido o luces. Por eso hay que fijarse muy bien la letra menuda.
Lo primero que se debe tener claro es el cubrimiento, tanto en tiempo como en kilometraje, pues esto varía entre marcas y también entre los modelos de un mismo fabricante. Hay marcas que ofrecen dos o tres años sin límite de kilometraje, lo que se conoce como ‘garantía total’, pero el fabricante decide si lo aplica a todos sus modelos o excluye algunos y fijas sus propias cláusulas para otros.
Y así como algunas ofrecen garantía sin límite de kilometraje, en otras, varía según el tipo de vehículo. En algunos pueden ser 50.000 o 100.000 kilómetros, pero esto depende de si es un auto, una pick-up o SUV. Otras incluyen mantenimiento gratis durante un tiempo, pero este ítem se debe revisar con lupa para estar seguros de qué incluye y qué no.
Esto es relevante pues así como hay fallas de fábrica que pueden ser solventados por un llamado a revisión, hay piezas que al estar sujetas a un desgaste por su uso, no siempre están cubiertas por la garantía. En todo caso eso no las exime de ser propensas a un desgaste o daño prematuro por error de fabricación y no únicamente por un “mal manejo” por parte del propietario.
Las marcas por lo general ofrecen garantía para todas las partes del vehículo por defectos de fabricación o ensamble. Para determinar si esto pasó, el proceso de verificación lo hacen bajo estos parámetros sus técnicos, con la ayuda de máquinas especializadas de diagnóstico. Luego de un análisis son ellos los que tienen el veredicto final sobre la razón por la cual ocurrió el daño, si fue por un defecto de fábrica o desgaste normal de la pieza.
Pero ojo, en casos de componentes sujetos a desgaste tales como amortiguadores, embrague, pastillas de freno -cuando se presentan fallas prematuros-, o sea daños antes de la vida útil esperada, se evalúa cada caso en particular y si no se debe a un maltrato o uso inapropiado del vehículo (tales como empleo en competencias, sobrecarga, uso no acorde al especificado, no seguir las instrucciones de los manuales de garantía y mantenimiento o del propietario, etc.) se concede la garantía.
Los análisis se hacen desde dos frentes, uno, el componente afectado. Este puede dar evidencia sí estuvo dañado por una mala operación o defecto de calidad. Y dos, a través de la extracción directamente del computador del carro para revisar cómo están funcionando los testigos (alertas) en caso de alguna falla electrónica, o se pueden ver aceleraciones y demás que evidencian si fue por un defecto de fábrica o uso inadecuado del propietario.
La tecnología ha avanzado hasta llegar al punto de contar con equipos especializados para determinar si hay desgaste prematuro, o en piezas como los amortiguadores pueden concluir si su daño fue por un hueco, una falla de calidad, o sobrepeso.
Las fallas electrónicas
Estas son hoy en día un punto crucial pues gran parte de los carros dependen de sistemas electrónicos. Por eso, cualquier intervención que se haga puede repercutir en un fallo complejo. De ahí que las marcas hacen claridad en que no habrá cubrimiento de la garantía, si por ejemplo, hubo alguna instalación ajena de luces o sistema de sonido.
Llegado el caso en que haya que hacer uso de la garantía, esto se hace a través de los canales de servicio de la marca. Si hay una discrepancia entre la marca y el cliente, por ejemplo porque se alega que un fallo no puede ser cubierto por la garantía, el cliente puede acudir a la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
De acuerdo con esta entidad es posible acudir a ellos por Garantía del bien o por Garantía del servicio. Una vez abierto el caso frente a la Superintendencia, el proceso tiene una duración aproximada de siete meses antes de que se dé un veredicto, el cual igualmente puede ser apelado por cualquiera de las dos partes.
Lo ideal es que desde el principio tenga claro cómo funciona la garantía de su vehículo para saber no solo qué aplica, sino también las excepciones. De esa forma, en caso de ser necesario la garantía podrá ser aplicada en el momento y manera adecuada, sin necesidad de ir a instancias más largas y complejas.