Klin, la marca de calzado infantil del perrito que es ejemplo de sostenibilidad

La compañía que es ejemplo, aporta en la gestión de residuos, incluida la reutilización de restos textiles y sintéticos, que se envían a industrias de coprocesamiento. En el ámbito social, la empresa apoya a más de diez instituciones de servicios sociales, como Teleton y la Instituição Casa do Zezinho.

“La sostenibilidad es un diferenciador para nuestra industria, especialmente en comparación con las empresas asiáticas. La certificación de Origen Sostenible viene precisamente para confirmarlo y aumentar nuestra competitividad”, afirmó Carlos Mestriner director de la firma junto a su hermano, Vladimir Mestriner.

La empresa que puede ser vista como un  ejemplo en el sector, tiene de historia cuarenta años de recorrido en los pies de los niños desde del año 1983. Inició su andar con Augusto Mestriner y la idea base fue cumplir con el sueño y  deseo de crear una empresa diferente a todo lo que existía en el mercado del calzado hasta entonces. 

Los zapatos debían acoger los pies de los niños como si fueran el abrazo de una madre, el cariño de un padre. En 1991 Klin empezó a viajar. Hoy los productos están en más de 50 países, como Colombia, Japón, Sudáfrica, México, Estados Unidos, Inglaterra, Australia. Son una gran familia con más de 2.500 personas y una fábrica de 5.000 metros cuadrados, en Birigui, São Paulo, Brasil.

La marca que tiene como mascota  a un perro ovejero amigable que aporta fantasía e imaginación infantil en los  zapatos y siempre está cerca de los niños ayuda para crear con espíritu alegre y divertido recuerdos y  huellas de la infancia.

Con cuatro plantas de producción en Brasil la empresa produce más de 15.000 pares por día y emplea a más de 2.500 personas.

La certificación creada por la Asociación Brasileña de la Industria del Calzado (Abicalçados), cuenta con la  colaboración con la Asociación Brasileña de Empresas de Componentes para Cuero, Calzado y Artefactos (Assintecal), la de  Origen Sustentable está  basada en las mejores prácticas internacionales, sigue la pauta de 104 indicadores distribuidos en cinco dimensiones: gestión económica, ambiental, social, cultural y de sostenibilidad. 

Actualmente más de 90 empresas de calzado y componentes, que representan más del 45 por ciento  de la producción nacional de Brasil en el sector, se encuentran certificadas o en proceso de certificación y son la prueba de que esa es la apuesta de la industria para el desarrollo de nuevos negocios.

La idea es diferenciarse de sus competidores en Asia,  pues agregan, que el  caminar saludable pasa  por esta intención de ser una empresa que no usa cuero, que tiene un portafolio extenso de posibilidades y que exporta a 53 países en cuatro continentes. Así además de alianzas hay seguridad del cumplimiento de estándares de calidad.

"La industria de Brasil puede además destacarse en producción en nivel de desarrollo de productos y en el equilibrio del medio ambiente, además de que producimos por año cinco millones de pares, queremos crecer y tenemos espacio en las tiendas multimarcas y vemos muchas similitudes entre el mercado de  Colombia y el de Brasil. Por ejemplo es visible en los colores, diseños y en el cuidado de los materiales y del producto final para darlo a nuestros clientes”, indicó Camila Chamoun, gerente internacional de Klin.
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​Para la directiva el espacio de crecimiento en un mercado como el colombiano debe acompañar esa apuesta del país de mejorar las condiciones  de los empleados, de la producción y del  cuidado del ambiente. "En Colombia actualmente estamos vendiendo 8.000 pares por colección y son dos por año, creamos piezas únicas, usamos tendencias actuales, damos vida a cada detalle y también esperamos que más marcas se sumen para hacer las cosas de esta forma", aseguró.