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Las minas de carbón y las térmicas buscan un lugar en la transición energética de Colombia

Le están apostando a la energía solar y a proyectos de eficiencia energética para reducir sus emisiones.

Parque solar de Termotasajero Foto: Mauricio Moreno / EL TIEMPO

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Lina Quiroga Rubio

PERIODISTA ECONÓMICA22.08.2024 21:58 Actualizado: 28.08.2024 03:00

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"El problema no es el combustible, sino las emisiones", dice el presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), Alejandro Castañeda. Y en línea con esa afirmación, asegura que las termoeléctricas quieren ser parte de la transición energética de Colombia.

Una transición energética que, según Drummond, debe ser un proceso gradual y equilibrado, que permita al país reducir sus emisiones de carbono sin comprometer su seguridad energética, y manejando responsablemente la transición socioeconómica de las regiones que hoy son productoras de minerales o hidrocarburos.

Colombia representa solo el 0,6 por ciento de las emisiones de CO2 a nivel mundial, y de ese total, la generación térmica pesa entre el 3,5 y 5 por ciento. Pero estas empresas no se quedan quietas en el propósito de buscar soluciones que permitan mitigar, compensar o neutralizar esas emisiones.

Una de ellas es apostarle a la generación de energía solar. Por ejemplo, en 2018 Termotasajero decidió cancelar la construcción de una tercera unidad de generación a carbón y, a cambio, desarrolló una planta solar.

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Comenzó a operar en enero de 2023 con una capacidad de 5,2 megavatios y 9.600 es solares que están ubicados solo a unos cuantos metros de las unidades de generación a carbón.

Con la producción de energía solar, Termotasajero logra evitar la emisión de 185.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) o el equivalente a la siembra y manutención de tres millones de árboles durante 10 años.

Adicionalmente, la compañía tiene un paquete de proyectos solares que espera construir en Tolima, Huila y Antioquia, una vez la Upme les apruebe los puntos de conexión al Sistema Interconectado Nacional (SIN). Suman alrededor de 200 megavatios de capacidad instalada y las inversiones alcanzarían los 200 millones de dólares.

Pero no es la única, al menos ocho empresas de las 14 que están afiliadas a Andeg tienen entre sus planes desarrollar proyectos de energía solar por hasta 600 megavatios en total.

Reducirá la huella de
carbono en un 4,6 por
ciento para el 2030

Sumado a esto, las termoeléctricas están haciendo inversiones para disminuir sus emisiones a través de una mejor eficiencia. Un ejemplo de esto es el cierre de ciclo combinado de Termocandelaria, que tiene una eficiencia de casi el 80 por ciento, lo cual significa que produce mucha más energía con menos consumo de combustible.

Pero no solo las térmicas le están apostando a la energía solar. Las mineras que producen carbón en el país también han comenzado a desarrollar proyectos de este tipo para complementar sus operaciones.

Drummond, con operaciones en el Cesar, avanza en la construcción del parque solar Cañahuate I. La energía que generen los 114.000 es que serán instalados se usarán, principalmente, en la operación de la compañía. De esta manera se reducirá la huella de carbono en un 4,6 por ciento para el 2030.

Estos proyectos son una muestra de que el carbón y las energías renovables no convencionales pueden complementarse en la apuesta por la transición energética de Colombia.

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De hecho, el carbón es el producto "oculto" de la transición energética, pues se requiere para la producción del acero, necesario para la elaboración de es solares, baterías, y aerogeneradores, claves para seguir avanzando en la transición energética.

Para reducir sus emisiones de CO2, Drummond también hizo la conversión de vehículos livianos a gas natural vehicular y cuenta con una planta de procesamiento de llantas residuales, con la que se promueve y fortalece el modelo de economía circular, entre otras iniciativas.

Cerrejón es otro de los principales productores de carbón térmico en Colombia y opera hace más de 40 años en La Guajira, donde tiene su mina a cielo abierto, una línea férrea y el puerto de exportación.

A la par con sus operaciones, cada año la compañía invierte miles de millones de pesos en el desarrollo de programas ambientales que contribuyan a la protección del bosque seco tropical, la fauna y flora de la región, además de ríos y arroyos con el fin de evitar y mitigar el impacto de sus operaciones en la calidad del aire y del agua.

Desde el inicio de sus operaciones la empresa ha transformado más de 5.000 hectáreas, donde anteriormente desarrollaba minería a cielo abierto y viene realizando procesos de protección de áreas que ha permitido la conformación de un corredor biológico de más de 25.000 hectáreas, entre la Serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta que hoy es un hogar de paso para el tránsito de especies amenazadas como el jaguar.

Las mineras de carbón y coque que operan en el interior del país, afiliadas a la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón), también están ejecutando varias estrategias e iniciativas para la transición energética y la descarbonización.

Han puesto en marcha planes de eficiencia energética porque el consumo de electricidad representa un costo relevante en las operaciones del carbón y entre 2022 y 2024 se ha incrementado el 16,51 por ciento. Así mismo, programas de plantación de árboles para la captura de carbono.

Además, estas compañías han venido estudiando el desarrollo de granjas solares para autogeneración; sin embargo, Carlos Cante, presidente ejecutivo de Fenalcarbón, asegura que son apuestas aún incipientes que financieramente no cierran, pues autogenerar o cogenerar implica una nueva línea de negocio para las empresas.

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Si se deshacen de las térmicas nadie podrá apalancar la confiabilidad suficiente

"Se requiere del acompañamiento y liderazgo del Gobierno en apoyar técnica y financieramente de estas inversiones, por ejemplo, con tasas compensadas, y con incentivos tributarios eficientes, incluso, acompañando y garantizando la viabilidad en el cumplimiento de los procesos de licenciamiento ambiental de estos proyectos", manifiesta.

Las empresas de este sector son conscientes de que la transición energética tiene que darse, pero esto no debe traducir en acabar con un sector que ha sido clave para la economía y la seguridad energética del país.

Se trata más de diversificar la matriz energética y compensar, mitigar o neutralizar las emisiones para que Colombia logre la carbonoturalidad al 2050, ya que las térmicas serán las que respalden la entrada de proyectos solares o eólicos debido a su intermitencia en la generación de energía, al igual que a las hidroeléctricas en épocas de sequía.

"No pueden decir que se van a deshacer de las térmicas porque si se deshacen de las térmicas nadie podrá apalancar la confiabilidad suficiente que estas plantas brindan. Así entre toda la energía renovable no convencional que se quiera, nunca se tendrá la confiabilidad que dan las térmicas actualmente", afirma el presidente ejecutivo de Andeg.

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