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Tiendas y panaderías de barrio, asustadas con los impuestos a ultraprocesados
Así es cómo funciona el nuevo tributo a las bebidas y a los alimentos ultraprocesados.
Las tiendas de barrio que hay en el país, la mayoría en los estratos 1, 2 y 3, están asustadas por la entrada en vigor el 1.º de noviembre del impuesto a las bebidas y a los alimentos ultraprocesados. Igualmente, si bien se excluyó el pan, algunas panaderías no se escaparán de pagar estos nuevos tributos.
Y es que una tercera parte de los ingresos totales de las tiendas o panaderías proviene de este tipo de productos. Fenaltiendas calcula que el 16 por ciento de lo que ganan es por cuenta de las bebidas azucaradas y otro 16,8 por ciento por los ultraprocesados.
“Los hogares colombianos, en particular los de estratos populares, tendrán que pagar un sobreprecio en estos productos, lo que generará un impacto en el costo de la canasta familiar”, aseguró Jaime Alberto Cabal, presidente del gremio de los comerciantes Fenalco.
Del lado de los alimentos, en la ley aparece una lista de 15 partidas arancelarias que pagarán una tarifa de 10 por ciento en el 2023,de 15 por ciento en el 2024 y de 20 por ciento a partir del 2025. Se encuentran productos de panadería, pastelería, galletería, chocolates, embutidos, cereales, confituras, mermeladas, purés, hortalizas preparadas o conservadas, preparaciones para salsas o helados.
Esto significa que quedarán gravados desde los pasabocas hasta las arepas precocidas y las salchichas. Tampoco escaparán a los impuestos el chocolate de mesa, el chocorramo, las hojuelas o copos de maíz, las papitas, los platanitos, las rosquitas y la salsa de tomate. Entre los excluidos están el arequipe, la leche, el pan y el salchichón.
Bogotà. 10 de Agosto del 2022. Imágenes para ilustrar proyecto de la reforma tributaria que cursa en el congreso. Foto: Sergio Ivan Acero Yate / El Tiempo. Foto:Sergio Acero Yate
Cabe destacar que no son responsables del impuesto los productores personas naturales que tienen ingresos brutos provenientes de estas actividades inferiores a unos 424 millones de pesos. Se empieza a cobrar si facturan más.
Además, el director de la Dian, Luis Carlos Reyes, aseguró que es un tributo monofásico, es decir que solo se debe causar una única vez. En el caso de los tenderos, estos no serían responsables como tal, sino el productor e importador. Sin embargo, cuando el tendero se abastece de alimentos o bebidas, su proveedor le factura el impuesto, por lo que sus inventarios serán más costosos y el tendero lo tendrá que vender más caro.
Del lado de las bebidas, tendrán un impuesto en función de su nivel de azúcar añadido por cada 100 mililitros (ml) las gaseosas, los líquidos a base de malta, tipo té, refrescos, zumos y néctares de fruta, energizantes y aguas saborizadas, entre otros.
panadería de barrio Foto:MAURICIO MORENO
Impacto en la inflación
Con estos dos nuevos impuestos, se espera una mayor presión inflacionaria y una afectación en el gasto de los hogares colombianos, el cual ha venido contrayéndose en medio de la todavía alta inflación (10,99 por ciento anual a septiembre) y desaceleración de la economía.
Según estimaciones del propio Ministerio de Hacienda, el efecto sobre la inflación total sería de 0,21 puntos porcentuales (p. p.) en este 2023, de 0,11 p. p. en el 2024 y de 0,12 p. p. en el 2025. El rubro más afectado sería el de las carnes, pues es el que más pesa de los gravados dentro de la canasta familiar.
“Este impuesto tiene el carácter de disuasión del consumo. Su razón es de salud pública. No se están gravando ni las frutas, ni las verduras, ni los tubérculos, ni la leche, ni los huevos, ni el pollo, ni la carne, el pescado, los granos o el pan”, sentenció el representante de la cartera de Hacienda, Ricardo Bonilla.
Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar, advierte que la norma no considera que muchos de estos productos se pagan con monedas en el mercado y que los tenderos suelen redondear los precios, lo que podría elevar el impacto. Igualmente, asegura que como el margen de las empresas es muy reducido se transmitiría el 100 por ciento del impuesto al precio final.
“Poner la medida en el último trimestre del 2023 podría tener un impacto negativo en el gasto que, si bien es lo esperado y lo deseado por la implementación de la tasa, dejaría a los hogares en niveles de consumo inferiores al 2019 y por lo tanto las ventas y producción de la industria se verían aún más afectadas”, sentenció Herrera.
Si bien afecta a todos los consumidores, el mayor impacto será en las familias de menores niveles de ingresos, que destinan cerca del 75 por ciento de su dinero a la compra de alimentos.
En total, según últimos datos, con estos dos impuestos se recaudarían 2,6 billones de pesos en el 2024; 1,4 billones serían de la tarifa a los alimentos ultraprocesados y 1,1 billones por cuenta de las bebidas azucaradas. El recaudo subiría a 3,8 billones de pesos en el 2025 y llegaría a 4,1 billones de pesos en el 2026.
Desde la Cámara de Alimentos de la Andi advierten que si bien afecta a todos los consumidores, el mayor impacto será en las familias de menores niveles de ingresos, que destinan cerca del 75 por ciento de su dinero a la compra de alimentos. “Son más de 70 productos diferentes que hemos identificado. (...) Afecta a cerca de 44.925 industrias que producen los alimentos. El 98,2 por ciento de ellas son micro y pequeñas que tienen pocas capacidades para mitigar los efectos mediante ampliación del portafolio o la innovación”, dice la Cámara, liderada por Camilo Montes.
Bogotà. 10 de Agosto del 2022. Imágenes para ilustrar proyecto de la reforma tributaria que cursa en el congreso. Foto: Sergio Ivan Acero Yate / El Tiempo. Foto:Sergio Acero Yate
La preocupación es tanta que desde Fenaltiendas calculan que las tiendas y panaderías de barrio reducirían un 8 por ciento sus ingresos en este primer año y que en tan solo tres años se podría poner en riesgo al 25 por ciento de ellas.
Marcela Morales, directora de la Asociación Nacional de Fabricantes de Pan en Colombia (Adepan), explica que hay unas 24.000 panaderías y que el 85 por ciento de ellas son de barrio. “Si bien se excluyó el pan, las panaderías tendrán que pagar cada vez que se vendan tortas, pasteles, galletas o postres, entre otros”, dijo.
Desde la Cámara Fedemol de la Andi, la cual representa a las 21 empresas molineras que producen toda la harina de trigo fortificada, también hay preocupación. Pilar Ortiz, su directora, dice que la harina no está gravada, pero sí las categorías de productos derivados como las galletas o la pastelería. “El problema es que estas normas se aplican solo para los formales y existe una alta informalidad en este sector”, opinó.