Reforma pensional y mercado de capitales /Análisis de Juan Pablo Córdoba

Pasa con la reputación o la credibilidad, que tarda una vida entera construirlas, pero pueden perderse en un instante. También es común encontrar que, con el paso de los años, las personas tienden a subvalorar algunas de las cosas que tienen, precisamente porque están ahí y siempre han estado ahí, y desconocen el tiempo y el esfuerzo que muchos otros antes que ellos invirtieron para lograr que esas cosas estuvieran ahí.

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Esto es lo que está a punto de pasar con nuestro mercado de capitales de aprobarse la reforma pensional. Como el mercado de capitales está ahí y sirve para financiar a la Nación, pareciera que desconocemos el esfuerzo de más de 30 años que ha tomado construir lo que tenemos y el valor de cada una de las partes que lo conforman.

En particular, el régimen de ahorro individual del sistema de pensiones ha sido la pieza angular del crecimiento del mercado de capitales desde la década de los 90. Gracias a la existencia de es profesionales de portafolios, con recursos crecientes y con vocación de ser invertidos a muy largo plazo, fue que despegó nuestro mercado de capitales y que hoy permite que en Colombia se puedan financiar, en el sector privado, autopistas de doble calzada, aeropuertos, parques eólicos o solares y sistemas de transporte masivo, entre muchos otros.

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Un mercado de capitales permite a una sociedad soñar en grande o, mejor aún, financiar esos sueños. El mercado de capitales transforma empresas como lo hizo a través de la democratización de acciones con Ecopetrol, ISA y GEB, transforma países como lo hizo con las carreteras 4G y puede contribuir a la transformación del planeta, al facilitar la financiación de la transición energética.

La propuesta de reforma pensional del Gobierno tiene elementos positivos, como la eliminación de los subsidios a las pensiones altas y el fortalecimiento del pilar solidario no pensional. Pero la reforma, en su esencia, tiene como objetivo acabar el sistema de ahorro individual que ha sido la fuente de construcción de ahorro financiero en el país y que es hoy el pilar fundamental de las reformas pensionales en el mundo.

Lo que los países están haciendo es dar cada vez más fuerza al componente de ahorro individual y limitar el espacio de los componentes de reparto, que por diseño son insostenibles y explican los elevados costos fiscales de los sistemas de pensiones. La reforma del Gobierno hace todo lo contrario: pasa el 80 por ciento de la población al sistema de reparto de Colpensiones, sin corregir los desbalances estructurales de ese sistema, y desangra el sistema de ahorro individual.

Como resultado de esto, la deuda pensional del país se elevará en unos 30 puntos del PIB sin aumentar la cobertura, se disminuirá el ahorro nacional porque el Gobierno sí se va a gastar parte de los recursos en pagar las pensiones actuales de Colpensiones y el mercado de capitales perderá su principal fuente de recursos y de crecimiento, lo que augura un deterioro en las condiciones de financiación de la economía, de las empresas y de los grandes proyectos. La obsesión de quitarles los recursos a las AFP y crear un fondo de ahorro público sin institucionalidad, sin experiencia y sin claridad sobre cómo se van a gestionar esos recursos, pone en serio riesgo el ahorro de los colombianos. Lo irónico es que tenemos los elementos para lograr todos los objetivos sociales de la reforma, sin acabar con el mercado de capitales.

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La reforma debe limitar el pilar de reparto a 1 s. m. l. v., crear una AFP pública que gestione los recursos de los afiliados que quieran que ese sea su , pero en cuentas individuales y con las mismas condiciones de los es privados, y se debe respetar el derecho a elegir de los colombianos.

De lo contrario, de aprobarse la reforma como está, el Gobierno celebrará su éxito, pero el país verá morir su mercado de capitales y con ello, perderemos la capacidad de financiar esos sueños que transforman vidas, regiones y comunidades y el ahorro financiero se hará cada vez más pequeño.

JUAN PABLO CÓRDOBA

Presidente de la Bolsa de Valores de Colombia