Esperanza Gómez: 'No soy solo pornografía, quiero que me dejen de discriminar'

Ante la Corte Constitucional la modelo y actriz porno Esperanza Gómez  explicó las razones que la llevaron a presentar una tutela en contra de Instagram luego que la red social le cerrara su cuenta personal varias veces por el contenido que publicaba.

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Gómez señaló que antes de hacer entretenimiento para adultos, hizo muchas actividades como modelo y entretenimiento mainstream, por lo que no entiende por qué una foto de ella en lencería es calificada por Instragram como pornografía, pero las que suben otras modelos, no.

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"Desde el año 2009 hasta 2011 ejerzo la profesión como actriz de entretenimiento para adultos. En ese momento yo no tenía ninguna red social ya que no sentía la necesidad de utilizarlas. A partir del 14 de febrero de 2014 decido abrir Instagram porque siento que es una manera de generar ingresos diferentes", empezó explicando Gómez.

"Estuve casi cuatro años sin hacer nada de entretenimiento para adultos y veo que en mayo de 2021 cierran mi cuenta con 5.7 millones de seguidores. Yo antes de ser actriz de entretenimiento para adultos fui modelo de campañas publicitarias como con Bavaria y la Chica Águila, siendo imagen de diferentes marcas de lencería, de ropa deportiva, de moda y belleza, pero Instagram decide encasillarme en la pornografía y Esperanza Gómez no es solamente pornografía", indicó.

La modelo dijo que en sus redes sociales mostraba actividades como cocinar, ir al gimnasio, sobre alimentación saludable, paseando a su mascota, en viajes de trabajo y reiteró que varias marcas la contrataban para diferentes publicidades y no solo para entretenimiento para adultos. 

"Hago publicaciones similares (a otras) en esta red social, pero todo lo que hace Esperanza Gómez en Instagram y para Instagram, es pornográfico. Me parece el colmo que una persona con la notoriedad pública que tengo yo, la quieran encasillar en algo que no es 100 por ciento pornografía", agregó.

"Esperanza Gómez es una marca, un producto y quiero posicionarme no solo siendo reconocida por el entretenimiento para adultos, sino que la gente vea que tengo un potencial de engagement bastante elevado. Muchas empresas importantes como Netflix, Rappi, clínicas de belleza y otros artistas me contrataron para hacer imágenes de videos, etc, es decir, entretenimiento mainstream, no porno, que fue lo que inicié haciendo en mi carrera", agregó.

En la audiencia virtual, Gómez señaló que una foto de lencería no es pornográfica, pero que Instragram la convierte en eso, así como los seguidores que no están de acuerdo con ello, al tiempo que advirtió que su trabajo es completamente legal.

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"Me molesta que Instagram empiece a censurar mi contenido, me tildan que siempre hago contenido explícito y ofreciendo servicios sexuales y  Esperanza Gómez ha sido orgullosamente actriz porno, sí, pero nunca he sido prostituta ni escort. Yo no soy prostituta y si en algún momento la hubiera ejercido como una fuente de trabajo, me sentiría orgullosa y también exigiría el respeto, la dignidad y el derecho al trabajo", agregó.

Gómez le dijo a la Corte que quiere que le respeten su derecho a la igualdad. "Yo quiero que me dejen de discriminar", agregó al indicar que la misma situación le ha pasado a personas que conoce en la industria porno.

"Estoy cansada del acoso, de la persecución porque no es el único perfil que me han cerrado. Yo no soy señores solamente pornografía", señaló Gómez en la diligencia virtual en la que explicó como, por ejemplo, Instagram le censuraba una foto, pero no pasaba lo mismo con cuentas de terceros que publicaban esa misma foto.

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"¿Por qué en mi perfil verificado esa publicación sí infringía las normas de Instagram pero en perfiles falsos no?", dijo Gómez al estimar que subir fotos sensuales no es hacer pornografía y al asegurar que en esa plataforma nunca ha publicado contenido explícito.

"Me siento vulnerada en mis derechos", agregó la indicar que la Corte Constitucional sí puede interferir en este asunto porque ella es colombiana y reside en Colombia. Igualmente, la modelo relató que en la red social se ven publicaciones de desnudos como en el perfil de la reconocida revista Play Boy, que no son censurados.

"Salen completamente desnudas, se medio cubre con unos cuadritos diminutos las partes íntimas y ¿por qué a estas compañías o a estos perfiles no los censuran, pero a Esperanza, sí?", señaló la modelo.

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Ante las preguntas de las magistradas sobre si actualmente tiene cuenta en Instagram, Gómez dijo que sí, que tiene apenas 600.000 seguidores, y que la usa para las mismas actividades que en sus otras dos cuentas.

"Me contratan para una campaña de ropa interior y por eso me censuran porque, según ellos, estoy vendiendo servicios sexuales. Salgo en la cama tomándome una foto vestida, en ropa interior, pero asocian la cama con pornografía. Uso expresiones como 'sensual' y eso no es pornografía, menciono 'sensualidad' vestida y me censuran. Así digan que no me censuran, por ser la imagen del contenido adulto en Colombia, sí lo están haciendo, para mi es una persecución, un acoso a mi derecho a trabajar", señaló.

"Yo quiero crear un precedente, de que nosotras tenemos el derecho al trabajo. Hay una chica que trabajó conmigo y por el hecho de ser transexual también le cerraron su cuenta. No podemos seguir permitiendo que estas plataformas, por el hecho de ser compañías privadas, tengan el derecho de vulnerar nuestros derechos", agregó Gómez.

La tutela fue presentada en mayo de 2021 cuando Instagram, cuyo propietario es Meta (Facebook), desactivó su cuenta en la que tenía más de cinco millones de seguidores por supuestamente infringir las normas comunitarias de Instagram al ofrecer “servicios sexuales”.

Gómez asegura que nunca infringió los derechos de autor ya que 'posteaba' contenido real apto para todo público, cumplió las normas legales, respetó al resto de de la comunidad, no amenazó ni acosó a ninguna persona y siempre usó un lenguaje apropiado.

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Además, sus publicaciones nunca incluyeron servicios sexuales para adultos, pues contenían fotografías suyas en las que aparecía en ropa interior, así como también lo hacen otras modelos e influencers, a las que no les han desactivado su cuenta.

La audiencia fue citada por la magistrada Natalia Ángel Cabo, quien es ponente del caso, para escuchar a la empresa mencionada así como a varios expertos en libertad de expresión.

“El caso analizado es novedoso, puede tener impactos sobre muchos otros s de la red social Instagram y está relacionado con un espectro amplio de temas que van desde el derecho corporativo hasta la libertad de expresión y la igualdad, pasando por la prevención de la explotación sexual y de la trata de personas”, indicó la Sala al momento de citar a la audiencia.

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En la audiencia, participó la abogada Irma Rivera Ramírez como representante de Facebook Colombia S.A.S quien solicitó desestimar la tutela presentada por Gómez al indicar que esa entidad no istra el servicio de Instagram y que no es parte del contrato entre Meta Plataforms Inc. y Esperanza Gómez.

"Facebook Colombia es una entidad legal de naturaleza comercial que ha operado hace más de ocho años y no tiene injerencia en la operación, control u istración de ningún objeto en línea", señaló al indicar que su objetivo es sobre todo de ventas.

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Rivera insistió en que no tiene la capacidad de eliminar ni de reestablecer una cuenta de Instagram y que, por ser una empresa diferente a Meta, no tiene responsabilidad alguna en este asunto ni le vulneró derechos a la modelo.

De otro lado, aunque no participaron en la audiencia pública, portavoces de Meta en Colombia aseguraron que "Instagram no permite contenidos que faciliten, fomenten o coordinen encuentros y servicios sexuales comerciales".

"Queremos que Instagram sea un lugar donde la gente pueda expresarse, pero también tenemos la responsabilidad de mantener a nuestra comunidad segura, conformada por personas desde los 13 años de edad, de diferentes culturas, de todo el mundo”, agregaron.

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Igualmente, señalaron que las normas de la comunidad que están disponibles en la página de Meta no permite publicar contenido en el que se ofrezcan o soliciten servicios sexuales que incluye tanto material sexual explícito como solicitar u ofrecer conversaciones sexuales, fotos o imágenes de desnudos o de juguetes sexuales o "lenguaje propio de la jerga sexual".

En los estándares de la comunidad está igualmente incluido un criterio sobre contenidos sugerentes hacia actividades sexuales, como emoticones "en función de un contexto o cuya naturaleza suele ser sexual".

Igualmente, se explicó que con la ayuda de la tecnología y los equipos de revisión, Meta detecta y revisa a diario millones de piezas de contenido en Facebook e Instagram y que el proceso tiene varias partes pues si una persona infringe las normas de la comunidad, es avisada.

"Aplicamos un sistema de faltas para contabilizar las infracciones y responsabilizar a sus autores del contenido que publican. Dependiendo de la política vulnerada y el historial de infracciones , es posible que la cuenta responsable se restrinja o desactive", indicó Meta que señaló que esas decisiones se pueden apelar y llegar hasta el Consejo Asesor de Contenido.

Carolina Botero, directora de la Fundación Karisma, dijo que Internet debe ser un espacio libre y que las empresas intermediarias tienen el deber de proteger derechos humanos en las decisiones que toman de moderación en los contenidos, al tiempo que aseguró que la eliminación de cuentas en redes sociales puede conducir a una limitación de derechos fundamentales.

Botero dijo que los problemas que más se presentan están relacionados con contenidos que están en zonas grises. "Creemos que por libertad de empresa las empresas tienen libertad para definir las reglas en su red social con una clara sujeción de la legalidad. Al (hacerlo) están dando la forma al servicio que ofrecen y así atraen a determinadas audiencias. Estas reglas de comunidad son la base de la moderación de contenido y no es fácil establecerlas o usarlas porque al final están moderando artefactos de la expresión", dijo.

La experta indicó que frente a contenidos de reglas gris, en donde la pauta la dan las reglas de la comunidad, sí se deben aplicar estándares internacionales de derechos humanos y ofrecer información sobre los procedimientos, los parámetros que fijan las tomas de decisión, entre otros.

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Botero dijo que debido a la influencia que tienen las redes y el dominio que tienen sobre los mercados, aunque se desarrollan en un espacio privado, estas se convierten en un espacio público digital que está mediado por actores privados y cuyo concepto está en desarrollo

"En ese espacio las tensiones de derechos son permanentes. Mientras la empresa más crece e intermedia más comunidades, más tensiones vamos a tener", dijo al explicar que las plataformas saben y actúan en términos de derechos humanos.

Ahora, sobre Instagram, Botero dijo que es claro que la red no quiere que se use para que las personas busquen servicios sexuales o desnudos, citó el informe que publicó la empresa sobre acciones tomadas al respecto y explicó que tiene un proceso para llevar a cabo esa moderación de contenido y consejo asesor.

"A pesar de todo eso, a Meta le pasa lo que muchas redes sociales y es que hay muchas críticas sobre sus procesos", dijo Botero quien citó un concepto de la Relatoría Especial de las Naciones Unidos que critica la forma desigual en la que ese proceso se realizaría.

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Sobre el caso de Esperanza Gómez, Botero dijo que una evaluación con enfoque de género debe valorar los sesgos existentes en las normas comunitarias de la plataforma para evitar "perpetuar perjuicios sobre actividades como la realizada por la accionante".

"Las empresas tienen derecho a poner sus reglas pero deben evitar el impacto negativo en derechos humanos, garantizar que sean claras, proporcionales, transparentes y aplicarlas sin discriminación y el debido proceso", dijo la experta de la Fundación Karisma.

"Lo que la demandante está sosteniendo es que ha actuado conforme a las reglas. El problema será hasta donde la prueba es posible, si fue algo proporcional o no", dijo al indicar que, la parecer, cuando se cierra la cuenta se borra todo el contenido.

Por su parte, la experta en libertad de expresión, internet y medios digitales Olga Lucía Camacho dijo que la moderación de contenidos en una escala global y constante es una tarea de grandes proporciones, que se hace con base en reglas y sobre contenidos que no necesariamente son ilegales, pero que son considerados dañinos como lo es el anuncio de servicios sexuales para adultos.

Camacho dijo que la aplicación de las reglas, tanto por máquinas o por seres humanos, hay campo a errores por la forma en que se da el proceso ya que, por ejemplo, puede darse entre 40 y 48 segundos.

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"Meta tiene aproximadamente  15.000 moderados de contenidos (humanos) a nivel global que aglutinan en total a 2.3 mil millones de s. Un moderador por cada 186.000 cuentas", dijo la experta al indicar que esto sucede para ambas redes, Instagram y Facebook al indicar que por eso se usa más la moderación por parte de tecnologías que, en todo caso, no pueden analizar las publicaciones como lo hacen los humanos.

Lo anterior, sobre todo, sobre el análisis de contexto de la publicación, el uso del lenguaje de doble sentido o diferenciar un ofrecimiento de servicio sexual o "mostrar un aviso con ropa interior".

"Estas condiciones impactan en la elevada alta tasa de error en la moderación de contenido que de hecho ya ha sido advertida por el Consejo Asesor de Meta", dijo Camacho al citar el último informe de la entidad al respecto y señalar que los mecanismos de apelación que tienen la misma red no garantiza la revisión del caso, como le pasó a Esperanza Gómez quien hizo esa petición en más de 20 oportunidades.

A su turno, el exdirector de la Fundación para la Libertad de Prensa, Carlos Cortés, aseguró que es importante que se vuelva a enfocar el debate sobre la moderación de contenidos y libertad de expresión en el contexto constitucional colombiano y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

"La moderación de contenidos no se debe equiparar con un acto de censura en general, porque en cada caso pueden haber elementos o tensiones distintas", señaló Cortés al citar una ley de Estados Unidos según la cual las plataformas no son responsables de los contenidos de sus s ni sobre las decisiones de la moderación.

Cortés indicó que si bien ha habido mucho debate sobre esta ley, es la que aplica a la mayoría de redes sociales y la que se vuelve referente para debates como estos, relacionados con la moderación de contenidos en redes sociales que son espacios que habilitan la participación de s.

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"La libertad de expresión no es el único fin que tienen estos espacios. En esa medida, las plataformas tienen la potestad de estructurar espacios donde balanceen la libertad de expresión con otros valores y derechos relevantes como la seguridad, la viabilidad comercial y la protección de los derechos de los niños", señaló.

El experto dijo que sería equivocado esperar que todos los espacios digitales tengan el mismo tipo de ejercicio de derechos dado que tienen enfoques y objetivos diferentes. Así, no se podría obligar a una red social a obligar la difusión de cualquier tipo de contenido, iría en contra del funcionamiento de estos espacios. "Hay una necesidad de ponderación, pero no aplicar un carta de derechos robusta", dijo.

Cortés quien es fundador del proyecto Linterna Verde insistió en que la moderación de contenidos se hace con base en reglas comunitarias y señaló que, por ejemplo, hoy Twitter tiene una regla más permisiva sobre contenido explícito que Meta que tiene una política más estricta, con excepciones sobre, por ejemplo, contenidos educativos o protestas.

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Cortés señaló que hay otro estándar diferente sobre el ofrecimiento de servicios sexuales y problemas prácticos en la moderación frente a contenidos ante la masividad de la red social y el contexto en que se realizó una publicación.

"Pienso que hay una pregunta sobre el análisis de los problemas prácticos de la moderación de contenidos que no es menor, hay preguntas sobre ciertas normas que crean las plataformas y no es simplemente una pregunta sobre si es una forma de censura o no sino de qué manera esas normas están dialogando con estándares y derechos fundamentales", agregó Cortés.

El experto detalló como, por ejemplo, en otras redes sociales se han vetado a personas de nacionalidad rusa, en el marco de la guerra con Ucrania, o personas que tienen acusaciones sobre acoso sexual, pero cuyo contenido no tiene que ver con ello, para indicar la complejidad del debate alrededor de la moderación de contenido.

Tras la realización de esta audiencia, el despacho de la magistrada Natalia Ángel deberá preparar el proyecto de fallo que defina este debate.

@JusticiaET