Agentes encubiertos, el arma de la Policía para 'cazar' a ladrones

El mercado de Bazurto, la plaza más tradicional de Cartagena, fue el escenario de la primera evaluación del ambicioso plan que lanzó la Policía Nacional para este 2023 que tiene como primer objetivo reducir el hurto a personas en todas sus modalidades.

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Es lunes 2 de enero —arrancando el año— y sobre las ocho de la mañana es muy poco el movimiento en el sector. Los comerciantes empiezan a abrir sus locales y a ofrecer sus productos, el olor a pescado se mezcla con el olor a frutas y en medio de la cotidianidad del lugar se ve a un grupo de trabajadores encargados de barrer las estrechas calles de la plaza, a su paso se suman los vendedores ambulantes y hasta habitantes de calle que buscan algo de comer.

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La mañana transcurre en calma y el número de compradores aumenta, a la par que el ruido y el movimiento en el lugar. De un momento a otro, dos hombres, que pedían comida, tiran al piso un costal (en el que llevaban material reciclable) y gritan: “Policía Nacional, quieto”, el hombre a quien dirigían el llamado corre y es perseguido por los agentes encubiertos.

En cuestión de segundos una pareja que se encontraba recogiendo la basura se une a la persecución del joven, de unos 22 años, que los trata de evadir al pasar la vía por la que circula la línea de Transcaribe; en el cruce, una mujer, vendedora de cigarrillos y frescos, lo intercepta y lo tira al piso, desenfunda su arma, se identifica como integrante de la Policía y lo notifica de una orden de captura en su contra por hurto agravado.

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La mujer, que es una patrullera de 26 años, toma aire mientras uno de los ‘habitantes de calle’ lo esposa, al tiempo que le lee sus derechos. El joven no se resiste, pero en su mirada se nota confundido y hasta incrédulo; él es señalado, junto a tres personas que fueron capturadas ese mismo día en otras zonas de la ciudad, de integrar un grupo dedicado al hurto a personas en la modalidad de ‘raponazo’, en inmediaciones de Bazurto y el Centro Histórico.

La patrullera lleva un año en Cartagena y seis en la institución, hace parte de la Dirección de Inteligencia de la Policía Metropolitana y le dijo a EL TIEMPO que han venido adelantando planes preventivos y de difusión para ubicar e identificar a los delincuentes comunes, “se puede iniciar con el registro de las personas, la verificación de sus antecedentes y la búsqueda de fuentes humanas, ciudadanos que quieran denunciar, que conozcan de actividades ilícitas”, afirmó.

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De hecho, el hurto a personas —en todas sus modalidades— es uno de los ítems que más afecta a los ciudadanos y que incide directamente en la percepción de inseguridad.

El año pasado se instauraron 351.544 denuncias y en 2021 fueron 280.134, una cifra que se puede considerar como de subregistro porque se estima que hay un alto número de personas que no reporta la acción delictiva de la que fue víctima.

En esa línea, el director de la Policía Nacional, general Henry Sanabria Cely, lanzó una estrategia de seguridad ciudadana que vuelca un cuerpo élite de la dirección de inteligencia —personal experto en rastrear a los grandes capos y delincuentes del país, de concretar las grandes operaciones de seguridad nacional— para que lidere otros grupos de inteligencia de las unidades regionales y se den a la tarea de identificar y capturar a ese delincuente común que a diario afecta la integridad y bienes de los colombianos.

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Un equipo de periodistas de EL TIEMPO estuvo con el general Sanabria, quien viajó a Cartagena para verificar los primeros resultados del plan que se puso en marcha en todo el país (en diciembre del año pasado), y que a través de pilotos se ha ido consolidando como la estrategia “que busca disuadir al delincuente en su actuar con base en la prevención y la presencia policial”, aseguró el director de la institución.

De acuerdo con el oficial, el objetivo es “impactar todo el tema del hurto, proteger el derecho al patrimonio”, y disminuir las lesiones y hasta las muertes de las víctimas que ponen resistencia a los robos, todo esto, aseguró, de la mano de la Fiscalía General.

Al mismo tiempo, aseguró el oficial, se busca “aprovechar el potencial de inteligencia y actuar contra el tráfico de drogas (microtráfico), la prostitución, en especial cuando se trata de menores de edad, y las extorsiones”.

Para concretar el plan de acción, cada grupo de inteligencia sectorizó, en su ciudad, el delito a través de denuncias y de labores de vecindario para definir las horas, días y puntos donde más se registraba el hurto a personas.

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“Establecido el lugar por intervenir, los policías de inteligencia definieron cómo se integrarían a la zona, como mínimo durante tres días, y cómo se caracterizarían, lo que el común denomina como infiltración, para pasar inadvertidos y así perfilar a los delincuentes que afectan la seguridad ciudadana”, afirmó el general Sanabria.

Para el oficial es base de este plan de choque la experiencia del personal de inteligencia, porque además impactara las “plazas de mercado, el sistema de transporte masivo, parques, centros comerciales y en temporada escolar estarán en los alrededores de los colegios ayudando a proteger a nuestros niños y adolescentes del tráfico de drogas”, puntualizó.

En total son 10.000 hombres y mujeres de la Dirección de Inteligencia y del Gaula los que están a cargo de la estrategia, que personalizando a mototaxistas, recolectores de basura, taxistas, vigilantes privados, habitantes de calle, vendedores formales, informales y operarios de servicios públicos, entre otros oficios, buscan impactar al delincuente común y disminuir su accionar en beneficio del ciudadano.

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Ese mismo día, en Bazurto, la Policía dio captura a un hombre de 21 años que portaba 50 dosis de cocaína, “a él lo veníamos perfilando, con mi compañero estábamos caracterizando a dos trabajadores de una empresa muy reconocida dedicada a barrer las calles, al aseo de la ciudad”, dijo otro patrullero que hace parte de la operación.

Él lleva años en grupos de inteligencia y llevaba cerca de una semana en su rol, “portaba el uniforme de la empresa, entraba a trabajar a la hora establecida y hacía lo mío, barrer y recoger la mugre de la plaza. Paralelo a ello, ya teníamos información de que determinado hombre movía un expendio de drogas en el sector, lo vigilábamos y recolectábamos las pruebas para su judicialización”.

El patrullero, vestido con un overol verde, prosiguió su relato, “lo ubicamos, lo identificamos y así pudimos observar cómo entregaba la droga, cómo recibía el pago y se procedió a su captura”.

Todos los integrantes de la Dirección de Inteligencia, de las diferentes zonas del país, han viajado a Bogotá, donde realizaron el curso básico del sistema de inteligencia y contrainteligencia, que, entre otros, les da las herramientas para adelantar perfilamientos y aprender a caracterizar a personas en los diferentes entornos de la calle.

La estrategia, aseguró el general Sanabria, contempla un plan especial en el transporte público, identificar las rutas y puntos donde se registran la mayoría de los asaltos a los pasajeros, “y enviar a 15 o 20 policías de civil en una buseta, armados, y esperar. Se puede imaginar la sorpresa del delincuente cuando vaya a intimidar a los s y se encuentre con un grupo de policías”, puntualizó.

Ese mismo día, un grupo de inteligencia, de civil por obvias razones, abordo varias rutas que cubre el sistema de transporte masivo Transcaribe, a la espera de sorprender a algún delincuente; en otras ocasiones, se presentaron ante los pasajeros, les dieron a conocer el plan de seguridad y les entregaron unos pequeños volantes en los que invitaban a la denuncia.

“Que si sentimos miedo de que nos descubran, claro, siempre será una probabilidad, perder la vida, pero ser policía es una vocación de servicio y todo temor se pierde al ver los resultados, al proteger la integridad y vida de los ciudadanos”, le aseguró a este diario uno de los agentes encubiertos.

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Clara, usuaria de Transcaribe, se declaró entusiasmada ante los operativos en el transporte público y afirmó: “Ojalá los mantengan, esto se ve muy bueno, se siente uno cuidado por la policía, así de pronto capturan a esos que aprovechan el tumulto para tocarlo a uno inapropiadamente”.

El general Sanabria Cely señaló que se han adelantado —desde mediados de diciembre a la fecha— 716 actividades preventivas, 469 disuasivas y 258 de control en diferentes zonas del país, “y con base en el trabajo previo de nuestra inteligencia hemos identificado 1.536 puntos que se priorizaron para impactar con nuestras actividades encubiertas”.

A la par, se han adelantado 272 operativos con policías encubiertos en el transporte masivo y 121 en el público (buses, busetas), a lo que se suman 90 acciones en el transporte municipal, siempre con el objetivo de impactar al delincuente dedicado al hurto.

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A la estrategia, se han sumado actividades de inteligencia en los centros comerciales (82), sectores comerciales (271), terminales de transporte (155) y otros puntos donde se registran afectaciones a los ciudadanos mediante el hurto.

El director de la Policía señaló que esta semana se hará una primera evaluación, a nivel nacional, de los resultados de la estrategia, la cual reiteró “será la gran apuesta de la institución, evitar el delito con inteligencia pura”, y en esa línea destacó la captura de dos integrantes del grupo armado organizado ‘Robledo’, que delinque en el valle de Aburra, quienes están en proceso de judicialización.

Finalmente, el director de la Policía dijo que tras cada evaluación se fortalecerá o rotara la presencia de los agentes de inteligencia y que en pocos días se sentirán los resultados en Bogotá y otras capitales como Cali, Medellín y Cúcuta, donde se trabajará de la mano con los alcaldes para incorporar otro tipo de ayudas, como las cámaras para las vigilancias y la ubicación de más puntos por intervenir.

Subeditora sección Justicia

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