Eutanasia de Javier Acosta se suma a las casi 700 que se adelantaron en Colombia en los últimos 9 años

Este 30 de agosto falleció, tras practicarse una eutanasia, Javier Acosta, el joven hincha de Millonarios quien a través de redes sociales habló sobre el dolor que llevaba soportando varios años debido a afecciones de salud, puntualmente a una leucemia con la cual fue diagnosticado luego de contraer una bacteria. Su decisión de optar por la muerte medicamente asistida se suma a las casi 700 que se habían registrado en Colombia hasta 2023.  

De acuerdo con un informe, nueve años después de la reglamentación de los procesos de eutanasia en Colombia, en 2015, en el país se habían practicado 692 procedimientos a través del sistema de salud, con lo que este procedimiento se ha multiplicado por 67 desde 2015.

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Así lo consigna el informe ‘De muerte lenta #3’, realizado por el Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DescLab) con base en información reportada por el Ministerio de Salud y la Superintendencia Nacional de Salud.

El reporte señala que el 2023 ha sido el año con más eutanasias practicadas, con 271 procedimientos, lo que implica un aumento del 49,7 por ciento frente al 2022. Esta es una cifra significativamente menor en comparación con la del 2015, primer año de aplicación de la Resolución 1216 de 2015 (derogada por la Resolución 971 de 2021), cuando se desarrollaron solamente cuatro procedimientos.

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En Colombia, la eutanasia está permitida para quienes cumplen tres requisitos: manifestar el consentimiento libre, informado e inequívoco; haber sido diagnosticado con una lesión corporal o enfermedad grave e incurable; y que esta cause dolores insoportables que sean incompatibles con la idea de vida digna. Tras la solicitud del procedimiento, debe activarse un Comité Científico-Interdisciplinario para Morir Dignamente, que analiza si se cumplen los requisitos para darle vía libre al procedimiento.

En ese sentido, también es posible conocer información sobre las solicitudes de eutanasia; el informe de DescLab relata que en total se han registrado 1.322, nuevamente siendo el 2023 el año con mayor número de peticiones, pues se registraron 829, lo que significa un promedio de 69 mensuales. Esto representa un aumento del 79,8 por ciento en relación con el número de solicitudes en 2022.

El documento hace un balance e indica, además, que el año pasado, de cada 10 solicitudes efectuadas se aprobaron 3,3 procedimientos eutanásicos.

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“De las 829 solicitudes elevadas por las personas durante el 2023, se activaron los respectivos comités científico-interdisciplinarios para la muerte digna en el 94,6 por ciento de los casos (para 784 solicitudes). En el restante 5,4 por ciento (45 casos), los respectivos comités no fueron activados. De las 784 solicitudes que derivaron en la activación de los respectivos comités, 364 personas cumplieron con los requisitos y el procedimiento fue aprobado, 60 personas no cumplieron requisitos y el procedimiento fue negado. A 345 personas se les reportó la defunción antes de la decisión del comité de pacientes. El restante, correspondiente a 60 solicitudes, no tienen cierre de atenciones por parte del respectivo comité”, dice el informe ‘De muerte lenta #3’.

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Frente a las edades de los solicitantes, si bien desde 2017 la Corte Constitucional permitió que menores de edad accedan a la eutanasia, históricamente la gran mayoría de procedimientos (691 casos) se practicaron sobre mayores de 18 años. En 2022 se registró el primer y único caso hasta ahora llevado a cabo en un adolescente.

Sobre la distribución por sexo, con corte al 31 de diciembre de 2023, un total de 366 hombres (52,9 por ciento) y 325 mujeres (47 por ciento) ejercieron su derecho a una muerte digna a través de la eutanasia.

Frente a los hallazgos del informe Lucas Correa, director de DescLab, le dijo a EL TIEMPO que el crecimiento de la eutanasia en Colombia ha sido exponencial desde su reglamentación y que el único año en el que se registró una disminución fue en 2020, durante la pandemia de covid-19.

“Al mirar la radiografía, les atribuimos el aumento a varios factores: el primero, que esto es legal y las personas están accediendo a un procedimiento legal y reglamentado desde 2015. Otro factor es el paso del tiempo y el a la información, porque más personas solicitan el procedimiento y más personas conocen sus derechos. Además, el registro en medios de comunicación sobre el tema ha ayudado a que las personas conozcan más sus derechos”, comentó.

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Las cifras presentadas por DescLab también dejan ver una tendencia que podría tener que ver con una decisión de la Corte Constitucional; en 2021 este alto tribunal eliminó el requisito de tener una enfermedad terminal para acceder a la eutanasia. Entonces, mientras que en 2021 se reportaron 112 casos de muerte médicamente asistida a través de la eutanasia, lo que corresponde a un promedio de 9,3 procedimientos eutanásicos al mes, en 2022 fueron 181 procedimientos, es decir, 15 cada mes, en promedio; y en 2023 la cifra llegó a 271 procedimientos, para un promedio mensual de 22,5.

Con respecto a este tema, Correa dijo que, si bien hay unos cambios importantes, son necesarios más datos (de más años) para compararlos. Lo que sí se ve ahora en las cifras es que “han disminuido las eutanasias relacionadas con diagnósticos de cáncer; por ejemplo, en el 2019, el 14 por ciento de las solicitudes eran por diagnósticos distintos al cáncer; en 2023 esa cifra llegó a 26,6 por ciento; comienza a verse una tendencia en la que las enfermedades no oncológicas empiezan a tener más prevalencia”.

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El informe de DescLab explica el cambio en las cifras de 2021 señalando que del total de solicitudes de las cuales se tiene registro desde ese año, el 56,7 por ciento (749 solicitudes) las elevaron personas que tenían una enfermedad incurable avanzada; el 27,2 por ciento (360 solicitudes) las hicieron personas con enfermedad en estado terminal; el 10,1 por ciento (134 solicitudes) fueron elevadas por personas con condiciones graves e incurables; el 3,9 por ciento (52 solicitudes) correspondió a personas con lesiones, y el restante 2 por ciento (27 solicitudes) se hicieron en casos de agonía.

“Para 2023, el 57,8 por ciento (479 solicitudes) las elevaron personas con enfermedades incurables avanzadas, y el 28,1 por ciento (233 solicitudes) las hicieron personas con enfermedades en estado terminal. En ambos casos el aumento de solicitudes reportadas entre 2022 y 2023 tuvo un aumento del 90 por ciento. El incremento más significativo lo tuvieron las solicitudes elevadas en casos de lesiones, las cuales pasaron de 15 casos en 2022 a 34 casos en 2023, con un aumento del 126,7 por ciento”, se lee.

Aun así, las cifras a la fecha dejan ver que en Colombia los diagnósticos de cáncer son el principal tipo de enfermedad por la cual las personas solicitan la muerte médicamente asistida a través de la eutanasia, pues el 76 por ciento de todos los procedimientos (526 casos) fueron practicados a personas que tenían un diagnóstico principal relativo a esta enfermedad, según el informe.

“No estoy seguro de que lleguemos a un 50 y 50 entre las solicitudes con origen oncológico y las que no, y tal vez no tendría por qué llegar a esa igualdad en las cifras porque las enfermedades no oncológicas son, por ejemplo, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y el epoc, entre otras enfermedades, que son de menor ocurrencia que el cáncer. Lo que sí vemos es que hay un aumento de solicitudes y procedimientos por enfermedades no oncológicas, lo que significa que la eliminación de la barrera de tener una enfermedad terminal sí generó impacto en las cifras”, concluye Correa.

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Un dato sobre el que llama la atención DescLab tiene que ver con la concentración de procedimientos en tan solo dos regiones: Antioquia (Medellín) y Bogotá. Esos territorios reúnen el 84,3 por ciento de todos los procedimientos, ya que, en total, en Antioquia se han hecho 298 procedimientos (43,1 por ciento) y en Bogotá, 285 procedimientos (41,2 por ciento).

Además, en Caldas (Manizales) se han registrado cuatro casos; en Bolívar (Cartagena), Huila (Neiva) y Quindío (Armenia) se han registrado tres casos en cada uno. En Santander (Bucaramanga) se registraron 2 procedimientos, y en Tolima (Ibagué) y Atlántico (Barranquilla) se registró un procedimiento en cada lugar.

Para Correa, esa distribución es llamativa porque deja abierta la pregunta de si en otras regiones hay menos información sobre el procedimiento o más barreras para acceder a él. “Hay lugares que llaman la atención, como Barranquilla, que es la cuarta ciudad más grande de Colombia y reporta un solo procedimiento en todo este tiempo, ¿cómo es que en la cuarta ciudad más grande de Colombia solo hay un procedimiento? Es probable que la gente sepa menos de sus derechos y que estructuralmente haya más barreras”, indicó el director de DescLab.

MARÍA ISABEL ORTIZ FONNEGRA

Redacción Justicia

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