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Noticia
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Los lujos que había amasado el cabecilla de la red criminal ‘los Andariegos’, señalada del tráfico de más 1.000 migrantes a EE. UU.
La organización se había ‘especializado’ en mover a ciudadanos provenientes de países como Cuba, Haití, China, Somalia, Nigeria, Angola, Pakistán, India y Bangladesh.
La casa que había adquirodo el cabecilla de la organización. Foto: Cortesía
Las autoridades anunciaron la desarticulación de una red criminal transnacional dedicada a la trata de personas. La operación, realizada bajo orden judicial, culminó con la captura de ocho personas, destacándose entre ellos el cabecilla de la organización ‘los Andariegos’: Cristian Camilo Rivera Pérez.
Este hombre es señalado como el principal diseñador de un complejo esquema para obtener beneficios económicos a través del transporte ilegal de migrantes de diversas nacionalidades.
De acuerdo con la Dijín, los investigadores lograron obtener información especial en la que se estableció que el cabecilla de la organización, hacía 3 años trabajaba como taxista en un vehículo alquilado en la ciudad de Medellín, desde donde dio inicio a sus actividades delictivas.
Sin embargo, en cuestión de meses este hombre pasó de vivir en arriendo en una de las comunas más vulnerables, a vivir con un estilo de vida ostentoso en tan poco tiempo en uno de los sectores más exclusivos del municipio de Sabaneta en una casa que adquirió por más de 600 millones de pesos.
Los otros capturados de la organización. Foto:Cortesía
“Se logró detectar que adquirió varios vehículos de servicio público, una camioneta de alta gama avaluada en 200 millones de pesos y un apartamento en el municipio de Bello (Antioquia), registrados todos a nombre de otras personas, a la fecha estaba negociando para adquirir una finca por más de 2.000 millones de pesos, la cual pretendía pagar con dinero producto del tráfico de migrantes”, señaló la Dijin en un comunicado.
La red desmantelada operaba con un alcance internacional, facilitando la entrada de ciudadanos de países como Cuba, Haití, China, Somalia, Nigeria, Angola, Pakistán, India y Bangladesh a Colombia.
Los migrantes, unos 1.082, fueron introducidos al país principalmente por la frontera con Ecuador y luego trasladados a través de una intrincada ruta terrestre que comenzaba en Ipiales, Nariño, y culminaba en Necoclí, Antioquia. Desde allí, la organización trasladaba a los migrantes hacia Panamá y, finalmente, hacia los Estados Unidos.
Edwin Masleider Urrego Pedraza, director de la Dijín. Foto:Cortesía
La organización criminal, según el coronel Edwin Masleider Urrego Pedraza, operaba con un esquema comercial encubierto, ofreciendo dos rutas principales para los migrantes: la primera ruta, desde Ipiales a Necoclí, tenía un costo de 320 dólares por persona.
La segunda ruta, destinada principalmente a ciudadanos chinos, cubría el traslado desde Tulcán, Ecuador, hasta Bogotá, seguido por un vuelo a San Andrés Islas y un viaje posterior a Nicaragua, con un costo de 3000 dólares por persona.
Para evitar la detección por las autoridades, la red mantenía su operación en secreto al cambiar constantemente de números telefónicos y coordinar sus actividades mediante aplicaciones de mensajería instantánea. Además, ofrecían alojamiento temporal en hoteles de confianza ubicados en Cali, Cartago, Medellín y Necoclí, asegurando así la continuidad y discreción de su actividad ilegal.
La captura de estos ocho individuos, incluido el líder de la red, marca un avance significativo en la lucha contra el tráfico de migrantes y resalta la necesidad de una colaboración continua entre las autoridades nacionales e internacionales para combatir el crimen organizado transnacional.