#AquíFaltaAlguien. Así se llama la campaña que a lo largo del 2018 adelantó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para recordarles a los colombianos el drama que viven miles de familias que tienen personas desparecidas.
Christoph Harnisch, jefe de la delegación del CICR, habla de los retos en la búsqueda de desaparecidos, las dificultades que hoy se enfrentan para obtener información, y las expectativas en esta labor humanitaria con el nuevo Gobierno.
¿Cómo evalúa lo que hace Colombia para darle una respuesta efectiva al flagelo de la desaparición forzada?
Quiero destacar que es muy positivo que haya un entendimiento y un interés más grande frente al problema de la desaparición. Estamos en un tiempo de implementación del Acuerdo de La Habana con todas sus dificultades y puntos positivos. Hemos visto claramente que después de la concentración de las Farc en las zonas veredales, después del desarme, de esta espera, ahora estamos en un momento en el cual es más difícil obtener información sobre casos de desaparecidos.
Hemos visto un ambiente con más cautela o más miedo en las zonas afectadas por el conflicto armado interno. Se cerró un poco la ventana que había el año pasado, en términos de confianza de las familias en un proceso de búsqueda mucho más activo, con la participación de la exguerrilla en términos de información. Esto es el reflejo de una realidad que cambió en muchas zonas. Pasaron de tener mucha expectativa a mantener unas perspectivas muy negativas.
El Centro de Memoria Histórica habla de unas 80.000 personas desaparecidas, pero la dimensión total del fenómeno de la desaparición va a salir mucho más tarde. Ahora estamos en una situación en que la búsqueda se volvió más difícil, se requieren más esfuerzos y desplazamientos en terreno para tener información de las personas que tienen datos.
¿A qué se debe que ahora sea más difícil tener información y que haya más miedo?
Una dimensión importante es el tiempo. Primero se dio el desarme a finales de junio del 2017, y después hubo una transformación de las zonas veredales en espacios territoriales. Luego vino un tiempo de espera donde las personas que estaban en esas zonas veredales o espacios esperando la reincorporación comenzaron a tener dudas sobre su seguridad jurídica. Estos son factores que tienen una influencia sobre la voluntad de las personas para hablar y dar información.
Para obtener información se requiere un entorno con un mínimo de seguridad y confianza en el CICR y en las instituciones del Estado. Esto existía hacia el CICR el año pasado, pero ahora vemos que es más difícil. Las personas que tenían información o se fueron a otros lugares o no quieren dar datos sobre lo que pasó. Y los familiares no se acercan a las oficinas del CICR con la misma facilidad o no quieren hacerlo.
Estamos en un escenario que ya no es de conflicto armado con las Farc, pero es de posconflicto armado donde todavía no hay seguridad suficiente para tratar este tema de manera confidencial y de forma abierta. Este será el reto de la búsqueda de personas desaparecidas.
¿Los problemas en la reincorporación de los desmovilizados hacen que sea difícil tener información sobre los desaparecidos?
Es indudable. El discurso sobre la importancia de las víctimas empezó en las negociaciones, y después del Acuerdo y del plebiscito hubo en la mente de muchas de las víctimas una expectativa muy grande en términos de resultados. Esperaban que hubiera resultados para su caso. Claramente el tiempo pasó sin que nada sucediera, y esto generó un impacto muy grande haciendo que se cuestionaran realmente qué ha cambiado tras el acuerdo.
Hablamos de víctimas de un conflicto armado interno que es muy largo, víctimas que tienen un largo pasado de sufrimiento y de experiencias negativas en su vida. La lentitud de los impactos concretos de la implementación genera un efecto negativo para muchas de esas familias. Las víctimas esperan, ¿pero cuánto tiempo más deben esperar para ver un resultado concreto?. La Unidad de Búsqueda se tiene que volver una respuesta concreta.
Las víctimas esperan, ¿pero cuánto tiempo más deben esperar para ver un resultado concreto? La Unidad de Búsqueda se tiene que volver una respuesta concreta
Aunque hace rato se creó la Unidad de Búsqueda, el proceso para hacerla operativa ha sido muy lento... ¿Cree el CICR que para el Estado colombiano esa búsqueda no es aún una prioridad?
La búsqueda de personas desaparecidas es un tema que, a pesar de los llamamientos que hicimos en marzo de este año, parece que aún no es un tema prioritario. Pero hay una situación muy positiva y es que aunque va muy lenta la creación de la Unidad de Búsqueda, esa decisión fue muy importante porque por fin existe esta institución de búsqueda extrajudicial. Es un logro enorme que hay que destacar. Tenemos siempre expectativas más ambiciosas, pero ahora estamos en una situación en la que esperamos que haya recursos humanos y financieros para este trabajo. Esto no es responsabilidad sólo de un presidente, una istración, o un parlamento, sino que es una responsabilidad de la sociedad y de la política en los próximos años. Esta Unidad necesita un financiamiento para por lo menos los próximos 30 años y es una tarea muy pesada. No hay muchos países en el mundo, después de un conflicto, que hayan hecho todo este camino, desde la idea de una Unidad de Búsqueda hasta una aceptación jurídica muy fuerte y sólida.
En algún momento el Fiscal General hizo críticas a la Unidad porque sentía que podía interferir en los procesos penales. ¿Puede haber conflicto entre la institucionalidad formal y este tipo de órganos surgidos de los acuerdos de paz?
El potencial de una tensión entre las dos dimensiones siempre existe. Nuestra experiencia nos dice que si hay durante un conflicto una Fiscalía que hace su trabajo, no hay problema de desaparición. Ahora vemos una situación donde no hubo este esfuerzo de las partes en el conflicto armado, ni de las instituciones durante todos estos años. Por eso estamos muy convencidos de que para dar una respuesta a los familiares hay que tener esta herramienta extrajudicial, porque el primero objetivo es obtener información y entregar los cuerpos. El segundo, claramente, es que haya justicia penal. Pero si mezclamos los dos, siempre estamos en una situación en que muchas de las familias no van a dar ninguna información porque tienen miedo. Esto hay que entenderlo no sólo en términos jurídicos, sino en una lógica humana. Aquí es muy importante que la Unidad de Búsqueda reciba la información que haya, y pueda hacer su trabajo. La justicia ordinaria hará el suyo.
¿Quiénes son los responsables de que hoy se siga cometiendo desaparición forzada?
Lo que observamos es una continuación de esas dinámicas conflictivas con actores armados como el Eln, Epl, el Clan del Golfo y otros grupos organizados. Esto complica el trabajo humanitario en general y la búsqueda de personas desaparecidas. Algunas zonas, que fueron zonas de las Farc, hoy son zonas de otros dueños. Si en estas zonas hay cuerpos, hay fosas comunes, hay que negociar con nuevos dueños, nuevos grupos.
Esto puede complicar la búsqueda porque (esos grupos nuevos) qué interés tienen en dar información sobre lo que pasó. Tal vez no saben. Es un escenario mucho más difícil. Si hablamos de Catatumbo, Chocó, Nariño, Cauca, Putumayo, Norte de Santander, son zonas muy inestables con nuevos actores y el llamado que hacemos es que estos grupos, que son grupos armados, tienen la obligación de respetar la vida, y de ayudar a la identificación de dónde están los entierros.
Para no aumentar el número ya muy importante de desaparecidos, los grupos armados tienen responsabilidades mínimas en términos de tratamiento humanitario. La tienen sin importar quién sea, si tienen ideología o no, porque lo importante es que tienen control territorial. Es importante que no haya más desaparecidos, ni dejar a más familias en la espera.
Si en estas zonas hay cuerpos, hay fosas comunes, hay que negociar con nuevos dueños, nuevos grupos
La Unidad de Búsqueda tiene un término de 20 años. ¿En ese tiempo cree que será posible llegar a tener información sobre un gran número de las desapariciones forzadas que han ocurrido?
Eso no es posible. Ya sabemos que si hay un buen trabajo de búsqueda, con los recursos disponibles, muchos casos de desaparición se pueden resolver en términos de dar información, entregar restos mortales, identificarles, hacer el luto... Pero habrá muchos casos en donde no hay información suficiente, no habrá entrega posible, no habrá un luto posible. Lo mínimo que tendríamos que obtener es un sentimiento de que la Unidad de Búsqueda y las instituciones han hecho todo lo posible para encontrar a sus seres queridos, aunque no lo lograron.
En las justicias transicionales los mayores datos de fosas comunes se obtienen en los primeros años, como sucedió en Justicia Y paz. ¿En este momento con las Farc, estos primeros años también son decisivos para tener la mayor cantidad de información?
Sí. Lo muy positivo es la existencia jurídica de la Unidad de Búsqueda y la voluntad del Gobierno, aunque un poco difícil y lenta, de dar a esta unidad los recursos. Del lado de las Farc, de las personas con las cuales nosotros nos comunicamos, hay una voluntad de cooperación a largo plazo porque ellos no están escondiendo sus responsabilidades.En la mayoría de conflictos que vemos, este problema existe. Claramente es difícil para la estructura de las Farc obtener esta información desde sus bases. Este momento nos promete algunos resultados, pero siempre hay que tener en cuenta que el trabajo de búsqueda es a largo plazo y no se puede tener información y resultados muy rápidamente.
¿Qué se espera del Gobierno del presidente Iván Duque frente a los desaparecidos?
La expectativa que tenemos es que haya respeto para lo que ya existe y que haya apoyo importante a la Unidad de Búsqueda en términos de recursos humanos. Se requiere profesionales, recursos financieros, y supervisión. La expectativa es que haya un respeto hacia esta tarea que es fundamental. Sea directamente ligado al acuerdo de paz, o no, el tema de los desaparecidos sigue siendo un tema importante y hay que hacerlo. Si no quieren hacerlo como está escrito en el acuerdo, tendrían que proponer otras alternativas. Pero la tarea de buscar es un reto de la sociedad, sin importar quién sea. Por eso siempre vamos a luchar por el respeto de lo acordado y de este tema que es fundamental para la sociedad y para el país. Hay que acabar con los conflictos, y hay que tratar el tema de los desaparecidos. Hay familiares que llevan esperando más de 20 años.
MILENA SARRALDE DUQUE
JUSTICIA
@MSarralde