En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Editorial
'Mi hija tiene 18 y todavía le hago la cama; no puedo evitarlo'
Una madre escribió un relato sobre las razones por las que no puede dejar de consentir a su hija.
"El problema es que, 13 años después, todavía hago su cama", dijo Carol Lewis, madre de la joven. Foto: Istock
Una madre escribió un relato para el medio Business Insider, en el que describió cómo a pesar de que su hija de 18 años es capaz de hacer su propia cama, ella sigue haciéndola cada mañana.
Según Claudia Lewis, madre de la joven, esta tradición comenzó cuando Gracie, su hija, salía a estudiar.
"Recuerdo cuando mi hija era una niña pequeña, de unos 5 años. Mientras ella estaba en la escuela, yo me encargaba de hacer su cama cuidadosamente antes de salir al trabajo", relató Lewis.
Ahora, 13 años después, la madre aún realiza este gesto cada mañana, a pesar de que Gracie está en su último año de preparatoria y se prepara para ir a la universidad.
"Cada mañana, cuando ella sale para el colegio, me lanza besos desde su hombro, y yo sé que es perfectamente capaz de hacer su cama antes de salir pero no lo hace", comentó Lewis en su relato.
La madre reflexionó sobre por qué sigue con este hábito
Lewis dijo creer que lo que la motiva a seguir con este gesto es darse cuenta de que, a medida que su hija se independiza y crece, el tiempo que pasan juntas se va reduciendo cada vez más.
"El problema es que, a medida que Gracie se acerca a la adultez, su necesidad de mí va disminuyendo. Está por terminar los exámenes SAT, tiene un novio serio, un carro y un grupo de amigas independientes. Es un recordatorio de que poco a poco se aleja de mí, avanzando hacia esa etapa para la que la he preparado", explicó.
"¿De dónde viene esta irrefrenable necesidad de consentir a mi hija adulta?", se preguntó Lewis. Foto:iStock
La joven evita hacer trabajos domésticos
En su relato, la autora también mencionó que es consciente de que su hija evita algunas tareas domésticas a propósito, como por ejemplo lavar los platos que usa, y sin embargo, ella sigue limpiando su desorden.
“Por supuesto, no soy tan ingenua como para no darme cuenta de los trucos que como adolescente ha perfeccionado para evitar las tareas del hogar. Mi hija ha cultivado una actitud de indefensión que se ha vuelto una herramienta muy útil para liberarse de cualquier tipo de trabajo doméstico”, relató Lewis.
Y continuó: “Coloca los platos y las tazas sucios cerca del lavavajillas, pero no dentro de él, como si su proximidad a la máquina significara que, mágicamente, algún arte misterioso y oscuro los fuera a lavar y secar”.
Aunque esta madre parece estar perfectamente consciente de lo que sucede dice que lo que está intentando es aprovechar al máximo los últimos meses que tiene con su hija.
“Incluso si es solo ir a comprar un café en Starbucks y cantar ‘La novicia rebelde’ a todo pulmón, aprecio cada minuto, y si eso significa tener un día de pijamas y Netflix en la cama, entonces mejor que la cama esté perfectamente tendida", concluyó.