Una mujer de Estados Unidos logró escapar en el año 2000 de una secta dirigida por su padre en la que vivió desde su nacimiento y, poco más de veinte años después del momento de su huida, contó su historia por primera vez en público.
A lo largo de la historia estadounidense, diversas sectas cobraron relevancia por su inmenso alcance y popularidad en la población. Una de las más famosas fue la secta Templo, que tuvo lugar en la década de 1970 y su impactante final, con el suicidio masivo de sus , dejó claro hasta dónde pueden llegar los de los grupos.
En un territorio más reducido y con menor alcance, Nelson DeCloud, ex policía estadounidense, creó una secta para satisfacer sus propios impulsos sexuales con reunidos en un complejo en el que debió residir su hija, Yaya DeCloud, desde su nacimiento en diciembre del año 1981.
Sometida a constantes abusos físicos y emocionales, Yaya decidió escapar del lugar y concretó su plan en diciembre del 2000, a sus 19 años de edad. Actualmente viviendo
en Chicago, en el estado de Illinois, la mujer transgénero compartió su historia por primera vez, y explicó
cómo su padre utilizaba a Dios para manipular a los del grupo.
"Éramos 30 viviendo en una comuna, nunca nos aventurábamos a salir a la comunidad. Teníamos nuestro propio servicio religioso y no salíamos de la propiedad", expresó en primer lugar DeCloud sobre sus días en el complejo, según consignó The New York Post. En esa línea agregó que su padre controlaba todo y que era visto como "el intérprete de Dios", ya que todo lo que hacía era visto como una acción divina.
Respecto a la educación en el complejo, DeCloud señaló que asistían a una pequeña escuela que dictaba clases normalmente. "Teníamos un plan de estudios, estábamos en la escuela durante el día y mis hermanas eran las maestras. Aprendíamos como los estudiantes normales, con asignaturas como matemáticas, inglés y ciencias", comentó.
En el año 1993 hubo un punto de inflexión en el grupo con el encarcelamiento del líder de la secta, que continuó dirigiéndola desde prisión. No obstante, la joven ya estaba cansada de las estrictas reglas del grupo sobre la vida fuera de la sociedad y los constantes abusos, por lo que tomó una decisión determinante.
El escape de Yaya de la secta en Estados Unidos
Junto con sus dos hermanas, Yaya ahorró US$40 de los US$5 que recibía semanalmente por parte del grupo y escapó. A partir de la intercesión de una de sus hermanas, se mudó a una casa en California, y no volvió a ver a sus familiares hasta el año 2014, cuando fue a la cárcel en que se encontraba su padre antes de morir para despedirlo y decirle que aún lo amaba.
"A fin de cuentas, él era mi papá y todavía lo amaba. Todos sus hijos, excepto uno, estaban allí. Cuando llegamos, nos despedimos, formamos un círculo y oramos por él por última vez. Salimos todos a comer y luego nos separamos", reveló Yaya DeCloud sobre aquel encuentro.